El caso de 'Patón' Bauza y la demencia frontotemporal: la comparación con Bruce Willis y los cabezazos a la pelota como causa posible


Edgardo Bauza camina a paso lento y algo encorbado. De un lado, lo tiene a su hijo Maximiliano y del otro a su esposa, Maritza Gallardo. Se emociona cuando Liga de Quito, el único club ecuatoriano que ganó la Copa Libertadores, lo homenajea y 42 mil personas ovacionan al DT que los sacó campeón. Acaba de cumplir 67 años y no dirige desde febrero de 2019, cuando dejó su puesto en Rosario Central y sus familiares descubrieron que tenía «actitudes raras». Durante un año y medio, el Patón se sometió a varias consultas y estudios médicos hasta que recibió el diagnóstico de demencia frontotemporal.

«Si uno lo ve físicamente es donde menos se le nota la enfermedad. Es raro verlo. Lo ves a él, pero no está del todo, es rara la situación», contó Maxi, que supo trabajar con su papá y ahora se desempeña en Delfín de Ecuador, por lo que se mantiene cerca del Patón. En 2022, cuando por primera vez habló del tema, se lamentó porque era complicado «tener una conversación fluida».

«La demencia frontotemporal no es solo una enfermedad», dice Gabriela Ferretti, neuróloga y legista (MN 81108), subrayando la palabra una. «Tenés varios cuadros clínicos donde el denominador común es que hay una atrofia del lóbulo frontal y del lóbulo temporal. No es como el Alzheimer. Son cuadros clínicos diversos con tres variantes de presentación: a nivel de la conducta, a nivel del habla y a nivel de síntomas motores. Puede empezar con cualquiera de los tres y, en general, termina progresando a las tres áreas», se explaya.

Guido Dorman (MN 144.347) es neurólogo de la clínica de memoria de INECO y del Hospital Ramos Mejía y diferencia «la variante frontal o conductual, que se caracteriza por cambios progresivos en la personalidad acompañado generalmente de alteraciones cognitivas de tipo disejecutivas, de la variante temporal o del lenguaje, donde la característica principal es un deterioro progresivo del lenguaje, ya sea expresivo, de encontrar palabras o de la compresión o los conceptos, que sería la variante semántica».

Al tener esa baja incidencia en la población mundial, cuesta diagnosticarla, sobre todo cuando empieza con las variantes de alteraciones de la conducta, porque se puede confundir con otras enfermedades, incluso con depresión o ataques de ansiedad. Ferretti aclara: «Primero, el entorno tarda en darse cuenta, porque siempre existe la justificación familiar a una actitud, como que está nervioso, tuvo un problema en el trabajo, se divorció. A todos nos pasan cosas en la vida. Como esto tiene un comienzo insidioso, como que va y viene, no queda muy claro. Eso respecto de lo conductual. Respecto del habla, podés tener afasias, como había empezado Bruce Willis. Con él dijeron que tenía una afasia progresiva primaria al principio, que es un cuadro que a veces se queda ahí: no puede hablar, no puede encontrar las palabras. Y después puede tener síntomas motores, como temblores, caídas más frecuentes, incoordinación en los movimientos. Son tres puntos absolutamente disímiles».

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