El blanqueo debería ser el punto de inflexión para el cambio del sistema tributario nacional


En la Argentina un gran número de operaciones económicas se realiza por fuera del sistema. Hay dos motivos que impulsan a realizar estas maniobras: el ineficiente control estatal y una presión impositiva en aumento.

El combo de estos dos factores hace que el premio por evadir sea cada vez más grande y el riesgo de obtener esa “ganancia” sea pequeño. Y, como si fuera poco, los blanqueos les permiten hacer un borrón y cuenta nueva cada tanto.

Este Gobierno no es la excepción. Sin reducir casi los impuestos, logró aprobar una amnistía tributaria que le permite a los incumplidores declarar dinero a un costo nulo o muy bajo.

El blanqueo de efectivo es la opción por la que deberían elegir quienes no facturaron operaciones de ventas, ya que si los montos declarados son inferiores a u$s100.000 no abonarán el impuesto especial.

Otra clave es que esta franquicia se considera diferente de la de otros bienes. Así, si una persona tiene una propiedad sin declarar de u$s90.000 y u$s50.000 en efectivo, tampoco pagará multa alguna.

Esto es así porque existen dos pisos de u$s100.000: uno para el blanqueo de efectivo y otro para el de cualquier otro activo (inmueble, acciones, bonos, criptomonedas en la Argentina, etc.).

Existe también otro punto importante para tener en cuenta. Cuando se trata de blanqueo de efectivo, el costo de exteriorizar también puede ser cero si los fondos se mantienen depositados hasta el 31 de diciembre de 2025.

Pero hay más: existe la posibilidad de invertir ese dinero y obtener una renta. Las operaciones que permiten hacerlo son las que aprobó el Ministerio de Economía, entre las que figuran la compra de bonos o inversiones en proyectos inmobiliarios.

El detalle es que, aún cuando la persona decida retirar los fondos antes de esa fecha (31 de diciembre de 2025) sólo debería abonar un 5% en concepto de impuesto especial.

Un detalle para tener presente es que, para adherir al blanqueo de efectivo, alcanza con depositar el dinero en la cuenta especial (en bancos o ALyC). O sea: no hace falta presentar ninguna declaración jurada.

Del mismo modo, si se retiran fondos antes del 31 de diciembre de 2025, será la entidad bancaria o financiera la encargada de realizar la retención del 5% en concepto de impuesto especial.

Un punto de inflexión

Más allá de las ventajas que existen y del resultado que arroje el blanqueo, lo cierto es que, al igual que para los contribuyentes que hacen “borrón y cuenta nueva”, esta tiene que ser la oportunidad para que el Gobierno “baraje y reparta” nuevamente en materia tributaria.

Se dijo: la presión impositiva en aumento no hace más que incrementar el premio al evasor. Por eso, para lograr revertir esta situación es momento de bajar los gravámenes y simplificar el sistema fiscal.

Irlanda comprendió esto hace unos años y logró captar la atención (y las inversiones) de todos. Mejoró su economía gracias a la eliminación y a la reducción de sus impuestos.

En la Argentina ya ni se respeta la capacidad contributiva a la hora de crear nuevos tributos. El Aporte Solidario y Extraordinario, un impuesto patrimonial escondido detrás de un nombre engañoso, es uno de los últimos ejemplos.

Pero dado que las amnistías fiscales sirven para ingresar al circuito legal el dinero obtenido por operaciones en negro sin pagar impuestos (o pagando muy poco), es momento de poner en marcha una reforma integral.

Hay que eliminar impuestos como Débitos y Créditos bancarios (que alcanzaron hasta los subsidios otorgados a los empleados en plena pandemia) o los Derechos de Exportación.

Es necesario también simplificar el sistema valiéndose de las nuevas tecnologías. En un mundo en el que las operaciones son digitales, todo debería quedar registrado. Algo que facilitaría la tarea tanto para el que tiene que pagar como para el que debe controlar.

En definitiva, este blanqueo debería ser el punto de inflexión que le permita al Gobierno poner en marcha una reforma que permita captar inversiones y no ahuyentarlas como hasta ahora.

* Socio y CEO de Expansion Holding



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