Alberto Fernández se presentó este martes en el cuarto piso de Comodoro Py, ante el juez federal Julián Ercolini en el marco de la causa donde se lo acusa de haber ejercido violencia de género contra la ex primera dama, Fabiola Yañez. En el escrito de 200 páginas al que accedió Clarín, dijo que el agredido fue él, “en los momentos de embriaguez ella se ponía violenta, me atacaba con una fuerza singular”, y negó todas las acusaciones.
El ex presidente de la Nación se encuentra acusado de lesiones graves agravadas por haberse cometido en un contexto de violencia de género y contra su pareja, Fabiola Yañez.
Después de las 10.15 Alberto Fernández ingresó al despacho del juez Ercolini. Lo primero que especificó, también ante el fiscal Ramiro González, es que no responderá preguntas sobre los hechos atribuidos.
Habló unos pocos minutos antes de retirarse. Se dirigió directamente a Ercolini y le dijo que «no es un juez imparcial», algo planteado en reiteradas ocasiones por parte de Alberto Fernández con el cual busco recusar al magistrado.
Bajo esa misma línea, el ex mandatario señaló que como recusó tanto al fiscal y al juez «no responderé preguntas».
Después de una hora, Alberto Fernández, sin responder preguntas, entregó un escrito de 200 páginas, al que accedió Clarín, con un descargo sobre los hechos imputados.
En el primer tramo del escrito, Alberto Fernández hizo una reiterada referencia a los “problemas de la ingesta de alcohol de Fabiola”.
“Fue precisamente en esos años, que comencé a advertir los altibajos en el ánimo de Fabiola. Ella reprochaba airadamente la conducta de su madre. No le perdonaba haberla «abandonado» (ese es el término que usaba) a manos de su abuela. A ese cuadro triste, le sumaba el hecho de que las veces que había querido acercarse a su padre biológico solo había recibido su rechazo”, contó Alberto Fernández.
Revelar esa información fue la antesala de sus siguientes argumentos. “Con frecuencia, le recomendaba que profundizara en su terapia psicológica, pensando que ese podría ser el espacio ideal para abordar y sanar el malestar que le causaba su pasado. Creía que, con el tiempo, podría encontrar herramientas para manejar esas emociones y seguir adelante”, indicó.
Dijo, a continuación, que al inicio del noviazgo comenzó “a notar su tendencia a consumir alcohol. Al principio, fui cuidadoso al expresarle mi preocupación, tratando de no ser invasivo. Observé que, después de excederse en el consumo, solía alejarse de la bebida durante dos o tres semanas, pero luego volvía a recaer. Este patrón me preocupaba”.
“El agredido fui yo”
Después de reiterar que Fabiola Yañez “tenía problemas con el alcohol”, Alberto Fernández negó todas las acusaciones que pesan sobre él.
“Abrí para ella todas las posibilidades de desarrollo invitándola a que me acompañe en su rol, en las giras internacionales y, fundamentalmente, dándole plena libertad para desplegar los programas que ideaba estando al frente de la Fundación del Banco Nación”, dijo después de relatar que en un viaje oficial a Israel la ex primera dama había “causado destrozos en la habitación al caerse y romper una mesa llena de botellas de bebidas alcohólicas”.
Avanzó en su declaración que fue solo por escrito y añadió: “Nunca cercené su libertad de movimientos y nunca le condicioné sus vínculos y amistades”.
Fue en ese momento que dijo: “Si debo decir que si alguien fue agredido en la pareja, ese fui yo. Si alguien debió soportar insultos y malos tratos en la pareja, ese fui yo”.
Para sostener esa línea argumentativa, dijo que en los momentos de embriaguez, “ella se ponía violenta, me atacaba con una fuerza singular. Yo solo atinaba a atajar sus manos para evitar sus golpes“.
Finalmente, en esta instancia de su descargo, dijo: “Las barbaridades que decía en ese contexto prefiero no volcarlas en estas páginas tratando de preservarme. ante tan nefasto recuerdo”.
Palabra contra palabra
Fabiola Yañez acusó a Alberto Fernández de obligarla a abortar el embarazo de 2016. La imputación no incluye este suceso, sin embargo, fue parte de la investigación. En su descargo el ex presidente contó otra versión de los hechos.
El ex jefe de Estado dijo que después de comunicarle a su hijo que Fabiola Yañez estaba embarazada “repentinamente no vino más a mi departamento, nuestras charlas se discontinuaron, hasta casi no contestarlas. Admito que mis llamadas fueron insistentes y que su falta de respuesta solo me intranquilizaba ya que no sabía cómo estaba ella, ni el bebe que venía en camino”.
Al cabo de unos días, continuó relatando, “recibí su llamada diciéndome que había interrumpido por decisión propia el embarazo”. De esta manera buscó desvincularse de las acusaciones de Fabiola Yañez quien dijo que fue Fernández quien le pidió que abortar, que “solucionara” el tema.
Sus palabras en esa conversación, escribió en su descargo Alberto Fernández, “estaban llenas de acusaciones, señalando actitudes mías que consideraba de desatención hacia ella. Estaba claramente enojada y no dejaba espacio para que pudiera responder. Parte de su reacción era no escuchar lo que yo tenía para decir”.
Al concluirá esta parte de sus explicaciones, dijo que aquella llamada “reflejaba el peso de sus propios problemas, y que me estaba recriminando por situaciones que la afectaban profundamente. Llegué a pensar que, a través de la agresividad y los insultos, ella intentaba alejarme, quizás como un mecanismo de defensa, porque se sentía incapaz de avanzar por sí misma”.
Las marchas y contramarcha de la indagatoria
La primera fecha se había fijado para el 19 de diciembre pasado, pero después de recusar al juez Julián Ercolini y de que éste rechazara los argumentos planteados, el caso llegó a la Cámara Federal porteña. Ante esa primera circunstancia el magistrado resolvió postergar, durante una semana, la audiencia indagatoria.
Como el expediente llegó ante la instancia superior, donde de manera unipersonal el camarista Eduardo Farah resolvió confirmar al magistrado del caso, se ordenó que este martes a partir de las 11 de la mañana, bajo la representación de la abogada Silvina Carreira, Fernández deberá declarar.
A menos de 24 horas de tener que declarar, el ex Jefe de Estado presentó un escrito pidiendo la postergación de la indagatoria. El planteo fue rechazado por el juez del caso. En simultáneo, ante la Cámara de Apelaciones, Alberto Fernández en una audiencia unipersonal con el juez Roberto Boico, pidió recusar Ercolini y sostuvo que lo investiga «para vengarse, tiene animosidad hacia mí y me quiere preso».
En esta causa por hechos de violencia de género, el único acusado es Alberto Fernández, con lo cual una vez que se escuche su descargo, el magistrado deberá resolver si hay elementos suficientes para sostener la responsabilidad penal que la fiscalía a cargo de Ramiro González le atribuyó al solicitar que sea indagado.
Los delitos atribuidos
La imputación formulada en su contra refiere a lesiones leves y graves, agravadas por el vínculo y por haberse cometido en un marco de violencia de género contra la ex primera dama.
La investigación inició en agosto del año pasado, cuando la ex primera dama lo denunció penalmente horas después de la información exclusiva que publicó Clarín sobre las pruebas que en sus manos tenía la justicia federal que exponían posibles hechos de violencia contra Yañez.
El análisis de todas las pruebas reunidas durante los meses de pesquisa permitió al fiscal federal Ramiro González “acreditar que el ex presidente Fernández ejerció distintos tipos de violencia contra su pareja, prácticamente, desde el inicio de su relación. De acuerdo a las definiciones de la ley 26.485 de Protección Integral a la Mujer, se pudo detectar violencia psicológica, física y económica”.
Esos sucesivos actos de violencia, consideró el fiscal, ocurrieron durante «la particular relación asimétrica de poder con el agresor, por lo menos desde el año 2016 hasta que se formalizó la denuncia”.
Lo que señala la acusación es que Fernández “ejerció de un modo sistemático violencia psicológica contra Fabiola Yáñez bajo las formas de acosos, hostigamientos, controles, indiferencia, insultos, culpabilización, destrato, retiro de la palabra, ninguneos y hostilidad”.
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