La gastronomía no solo es un reflejo de las culturas, sino también una puerta de entrada a sus tradiciones, en el caso que nos ocupa, a las más dulces. Taste Atlas, una plataforma reconocida por catalogar y valorar las cocinas del mundo, destacó los destinos más emblemáticos para disfrutar de postres icónicos.
Dos lugares de Argentina, Rapa Nui y el Café Tortoni, con sus delicias de la casa, fueron sumados a esta nómina de los 100 espacios de postres más legendarios del mundo, que incluye desde tartas portuguesas hasta pudines de Turquía. La lista reúne los espacios que se han convertido en referentes internacionales por su excelencia en la repostería.
A continuación, los diez establecimientos que, según este ranking, son imprescindibles para los amantes de los postres.
Ubicado en la Rue de Belém, este establecimiento es famoso por sus tartas de nata, un postre tradicional portugués que ha conquistado paladares en todo el mundo. Aunque las tartas de nata se encuentran en múltiples lugares, Taste Atlas asegura que las mejores se elaboran aquí. Estas tartas, recién salidas del horno, son un símbolo de la repostería portuguesa y una parada obligatoria para quienes visitan Lisboa.
Con más de 150 años de historia, esta tienda de dulces en el distrito de Fatih es un ícono de la repostería turca. Fundada en 1864, ofrece una amplia variedad de delicias como lokum (delicias turcas), pudines de leche y börek. La publicación señaló que, aunque no es su especialidad el baklava, el postre internacionalmente más conocido de Turquía, Hafız Mustafa sigue siendo un referente para quienes buscan experimentar los sabores tradicionales en ese país.
En el corazón de Viena, este café histórico es conocido por su apfelstrudel, un postre que combina capas finas de masa con un relleno de manzana. Este dulce tiene raíces que se remontan al baklava, pero ha evolucionado hasta convertirse en un símbolo de la repostería austriaca. La Cafetería Central, se señaló en el ranking, también destaca por su ambiente elegante y su conexión con la historia cultural de la ciudad.
Fundada en 1927, esta pastelería es un pilar de la tradición repostera mexicana. Inicialmente conocida como Ideal Bakery, ha evolucionado hasta convertirse en un referente en la Ciudad de México. Su oferta incluye una amplia gama de productos, desde pan dulce hasta pasteles y tartas. Taste Atlas resalta su importancia como un lugar que preserva las tradiciones culinarias mexicanas.
Desde 1862, este café en el Barrio Francés de la multicultural ciudad de Luisiana, ha sido un punto de encuentro para locales y turistas. Su especialidad son los buñuelos, un postre de origen francés que se sirve acompañado de café tostado oscuro. Este lugar, abierto las 24 horas, es un símbolo de la herencia cultural de Nueva Orleans y un destino imprescindible para los amantes de los dulces.
Reconocido por su baklava, este establecimiento en el distrito de Beyoğlu es uno de los más destacados en Turquía. El baklava, elaborado con capas de masa filo, nueces y almíbar, tiene una historia que se remonta al siglo VIII. Aunque su origen exacto es motivo de debate, Taste Atlas señala que la versión turca es una de las más auténticas y deliciosas.
Este icónico establecimiento brasileño es conocido por sus quindims y natillas, postres que reflejan la riqueza de la repostería local. La Confitería Colombo, con su arquitectura histórica y su ambiente elegante, es un lugar que combina tradición y sabor, atrayendo tanto a locales como a turistas, dijo la publicación.
Fundado en 1858, este café es un símbolo del patrimonio cultural de Buenos Aires. Además de su ambiente histórico, es famoso por sus churros servidos con chocolate caliente. Según Taste Atlas, los churros del Café Tortoni destacan por su textura perfecta: crujientes por fuera y suaves por dentro. Además, la publicación mencionó la excelencia de sus alfajores. Este lugar es también un punto de encuentro para disfrutar de música de tango y tertulias literarias.
Conocida por sus churros, esta chocolatería es un referente en Madrid. Los churros, alargados y crujientes, se sirven tradicionalmente con chocolate caliente. Este postre, que tiene sus raíces en la cocina de los pastores españoles, es ahora un ícono de la gastronomía española y un favorito tanto en España como en América Latina.
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