Djokovic y una injusticia mayúscula en el Abierto de Australia: lo acusaron de fingir y, encima, lo abuchearon cuando no pudo más

Vivió a la sombra de Roger Federer y Rafael Nadal, como si no fuera digno que su nombre creara el apodo del Big Three. Pero los números son claros: Novak Djokovic es el tenista más ganador de su historia. ¿Se puede ser un villano? ¿No debería generar, simplemente, admiración? Parece que en Australia, el país de donde fue deportado en 2022 por no estar vacunado contra el coronavirus y también donde ganó su mayor número de Grand Slams (10), sí. O al menos para un grupo de fanáticos que lo abucheó cuando el serbio abandonó la semifinal con Alexander Zverev por una rotura muscular en el muslo izquierdo.

Su lesión no había sido tomada en serio antes. Ni en esta edición ni en la de 2023, cuando ganó el torneo -su último en Australia- pese a jugar con un desgarro de tres centímetros en el tendón de la corva de su pierna izquierda. «Cuando otros se lesionan son víctimas, si soy yo, estoy fingiendo. No necesito probar nada a nadie. Pero tengo la resonancia magnética de este año y la del abdominal (de 2021). Estarán en mi documental si me apetece enseñarlas. Estoy acostumbrado a estas cosas y, sin duda, me dan más fuerza», había declarado después de su victoria ante Alex de Miñaur en octavos de final de un Grand Slam que jugó con un aparatoso vendaje tras lastimarse en la final de Adelaida.

Ahora, las dudas comenzaron en el duelo de cuartos de final, cuando se lastimó. Carlos Alcaraz, antes de iniciar el cuarto set de un partido que perdió en cinco, pareció burlarse de Nole al levantarse para agarrarse la pierna como si tuviera una molestia, para luego volver a desplomarse en la silla. «Alguien que está pensando en retirarse, no juega así después», se quejó. También puso en duda el dolor del tenista de 37 años la leyenda John McEnroe, quien transmitía en vivo por TV el partido y alertó al público que lo seguía: «Esta no es la primera vez que vemos esto. No se dejen engañar». En su defensa, en la posterior conferencia de prensa, el dueño de 24 Grand Slams alegó: «Carlos me miraba más a mí que a sí mismo».

Pero el desgarro era tan real que 72 horas de recuperación no fueron suficientes, porque Djokovic aguantó en el court central del Melbourne Park solo 81 minutos, lo que duró esa batalla por el primer set que se extendió hasta que Zverev se impuso por 7-5. Entonces, el serbio no se fue a su silla sino que avanzó hasta la red, le comunicó al alemán que no podía seguir y lo abrazó. Lo que siguió fue inesperado: el abucheo de un grupo de fanáticos. ¿Pero fanáticos de qué si a quien silbaban era al ganador de dos medallas olímpicas (un oro en París 2024 y un bronce en Beijing 2008) y a quien fue número 1 del mundo por 428 semanas, en 12 años distintos, con más puntos ATP y llegando al final de la temporada como el mejor del ranking durante ocho años, todos récords en su haber?

Según la RAE, un fanático es un «partidario apasionado e intransigente de una persona o unas ideas», es decir, se trata de una persona terca, intolerante y exigente. Y, sí, entonces es ese el calificativo que mejor les cabe a quienes se hicieron protagonistas de uno de los momentos cruciales en la vida de Novak Djokovic, cuyo futuro en el circuito podría pender de un hilo muy delgado; también el de un regreso a Australia el próximo año. «Hay alguna posibilidad de que este haya sido mi último. ¿Quién sabe? Tendré que ver cómo va la temporada. Quiero seguir adelante», reconoció.

«Las lesiones son el mayor enemigo de un deportista profesional. En el pasado tuve algunas lesiones, como la de hace unos años, que incluso me ayudó a jugar mejor y ganar el torneo -comentó el actual 7° del mundo en referencia a la edición de 2023-. Esta vez no ha sido así. No puedo manchar los increíbles recuerdos, resultados y logros que he logrado aquí estos años sólo porque este año me haya retirado en semifinales«.

A diferencia de lo que había ocurrido en el partido anterior, Nole fue inmediatamente respaldado por Zverev, que se animó a retar al público cuando fue entrevistado en el court: «Sé que todos pagaron entradas para ver una gran batalla, pero deben entender lo que ha dado Novak al deporte en los últimos 20 años, ha dado toda su vida y ha ganado este torneo con una rotura abdominal y en los isquiotibiales. Si no ha continuado es por un problema en su pierna, así que hay que mostrar mucho amor para Novak también». En su cuenta de X, Djokovic le deseó que gane el título cuando el domingo enfrente al mejor tenista del ranking, el italiano Jannik Sinner.

El interrogante que se plantea ahora va más allá de Australia y afecta el futuro del de Belgrado, que también había jugado lesionado en 2021 pero con una rotura en el abdominal y abandonó dos de los últimos cuatro Grand Slams, ya que también se había retirado antes en Roland Garros para operarse la rodilla derecha. Esa vez, se recuperó en tiempo récord y se colgó el oro olímpico en París, lo que selló una carrera extraordinaria.

«Me he lesionado bastante en los últimos años. ¿Hasta qué punto preocupa? No lo sé. No se trata de que me preocupe en cada Grand Slam si me voy a lesionar o no, pero las estadísticas están en mi contra en los últimos años. No sé cuál es exactamente la razón. Quizás haya diferentes factores, pero seguiré adelante. Seguiré luchando por ganar más Grand Slams. Y mientras siga sintiendo que quiero aguantar todo esto, estaré aquí”, reconoció quien tenía la posibilidad de conquistar su undécima corona en el Rod Laver Arena, elevar hasta 25 el número de títulos de Grand Slam y, como consecuencia, recoger el trofeo número 100 de su carrera.

Dueño apenas de un título el año pasado -la medalla dorada-, los estudios médicos determinarán cómo seguirá el calendario del único tenista en la historia capaz de ganar todos los Masters 1000 dos veces. También si continuará con Andy Murray como coach, algo que puso en duda este viernes: «No lo sé. Estamos ahora decepcionados con lo que acaba de suceder, no hemos hablado del futuro todavía. Acabamos de salir de la pista. Tendré una charla con Andy y le agradeceré por haber estado aquí conmigo. Le daré mi valoración y veremos cómo se siente él, y de ahí daremos el siguiente paso».

Los comentarios están cerrados.