El Gobierno anunció ayer que dictó decreto de necesidad y urgencia (DNU) para autorizar un nuevo programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que estaría ya “cerrado”, pero del que no se conocen aún detalles, ni siquiera para los legisladores que deberán ratificar o derogar en el Congreso el nuevo crédito del organismo multilateral al país.
En ese sentido, LA NACION buscó sintetizar qué se sabe y qué no del acuerdo con el Fondo que teje el ministro de Economía, Luis Caputo, y que será un hito clave para que los mercados mejoren sus expectativas.
1- ¿Por qué el Gobierno debe enviar al Congreso un acuerdo con el Fondo?
Lo establece la ley de Fortalecimiento de la Sostenibilidad de la Deuda Pública impulsada por Martín Guzmán en 2021, que dice en su artículo 2: “Dispónese que todo programa de financiamiento u operación de crédito público realizados con el Fondo Monetario Internacional (FMI), así como también cualquier ampliación de los montos de esos programas u operaciones, requerirá de una ley del Honorable Congreso de la Nación que lo apruebe expresamente”. El exministro de Alberto Fernández pasó por el Parlamento, pero el cristinismo se negó a aprobar la ley –aunque se sancionó- incluso cuando Guzmán dio todos los detalles del acuerdo.
2- ¿Por qué el Ejecutivo anunció que dictará un DNU para avanzar en el acuerdo?
El decreto de necesidad y urgencia (DNU) es dictado y luego se gira a una comisión bicameral del Congreso para ser evaluado por el mecanismo que impulsó la propia Cristina Kirchner en 2006. El DNU tiene vigencia de ley siempre y cuándo sea aprobado por una de las cámaras o no sea rechazado por ninguna (sanción ficta). Sólo un DNU fue rechazado por el Congreso. Fue en septiembre pasado, cuando el Parlamento se negó a avalar el giro millonario de fondos a la SIDE.
3- ¿Hay necesidad y urgencia?
El ministro de Economía, Luis Caputo, afirmó que sí en una entrevista en LN+. Si el Gobierno enviaba un proyecto de ley era probable, admitieron fuentes del Ministerio de Economía, que fuera rechazado por el Senado, donde el peronismo es primera minoría. “Si algo podemos justificar que es de necesidad y urgencia es esto”, afirmó en una entrevista. “La gente quiere salir de las restricciones cambiarias, tener mejores salarios… Seamos francos: si mandábamos esto a las dos cámaras, donde en el Senado hay mayoría kirchnerista y el kirchnerismo quiere que al país le vaya mal, se iba a demorar y mucho. Y no es un tema que se puede demorar y mucho, no podemos estar dando vueltas, es lo mejor para la gente. Hay necesidad y urgencia en esto”, dijo. No obstante, no se conoce el Staff Level Agreement (el acuerdo a nivel técnico) y, una vez aprobado este, el tratamiento del board del Fondo suele darse tres semanas después.
4- ¿Qué dice el Fondo sobre la necesidad de pasar por el Congreso?
El FMI no exige que el nuevo acuerdo pase por el Congreso, pero sí ha dicho en reiteradas oportunidades desde el gobierno de Mauricio Macri que un amplio apoyo político y social es crítico para el éxito del programa. Una aprobación -un no rechazo- del Congreso, aun bajo la modalidad del DNU, debería facilitar la aprobación por parte del board del Fondo al darle una mayor envergadura política al acuerdo, o a lo sumo ayudar a vencer cualquier eventual resistencia.
5- ¿Qué avance tiene el acuerdo con el Fondo?
Caputo dijo que el acuerdo está “cerrado” y sólo falta aprobación del directorio del Fondo. “Están definidos el programa y el monto. Hemos modelado muchos escenarios para aprobarlo, el staff estuvo de acuerdo y ahora lo manda al board, que decide si le pone el gancho”, dijo. Aún se desconoce qué tipo de programa tomará el Gobierno de la góndola del Fondo, esto es, si firmará un Stand-By Arrangement (SBA) -como Macri- o un Extended Fund Facility (EFF) -como Fernández-.
6- ¿El nuevo programa con el organismo implica una devaluación?
”El Fondo nunca nos pidió devaluación”, repitió con Caputo, pese a las advertencias que llegan desde el sector privado y de varios economistas sobre el atraso cambiario y el problema político que significaría que el organismo multilateral de crédito prestara dólares para que el Gobierno contuviera una salida de capitales (se estima, por caso, que hay alrededor de US$6000 millones de utilidades de empresas encepadas aún en el país). Aunque no lo negó categóricamente, Caputo dejó entrever que no habría bandas de intervención, un esquema que ya había utilizado Guido Sandleris, como presidente del Banco Central (BCRA) durante el macrismo.
7- ¿Cuál sería el monto del nuevo préstamo del Fondo y cuántos fondos frescos llegarían?
El Gobierno afirmó que tiene el monto cerrado con el staff (el equipo técnico), pero no aún aprobado por el board. No dio la cifra final ni qué porcentajes se usarán para el pago de capital e intereses del crédito anterior –cuyos vencimientos más fuertes comienzan en 2026- y cuánto irán a fortalecer los activos del Banco Central (a través de compras de letras intransferibles). En el mercado se habló de fondos frescos de entre US$8000 a US$15.000 millones. El Gobierno asegura que la deuda bruta no subirá, sino que sólo cambiará el acreedor de la deuda.
8- ¿El acuerdo implicará una salida del cepo cambiario?
No automáticamente. Será un paso más, se indicó. El Ministerio de Economía estableció tres pasos para la eliminación de las restricciones de capital. El fortalecimiento de las reservas (aquí ayudaría el crédito con el Fondo), la absorción de pesos (el Gobierno dice que la cantidad de pesos ya está en el mínimo para la economía –base monetaria confluyendo con base amplia, que se encuentra en el mismo nivel desde mediados del año pasado-) y una inflación local convergiendo con el crawling peg (microdevaluaciones) sumada a la inflación internacional. El presidente, Javier Milei, afirmó que el 1° de enero de 2026 no habrá más cepo cambiario. En el BCRA seguirán un camino gradual para la eliminación de las restricciones (las significativas son el dólar blend y las limitaciones cruzadas entre el mercado de cambios y los dólares financieros).
9- ¿Qué otras novedades puede traer el acuerdo con el Fondo?
Sin dudas, habrá nuevas metas fiscales, monetarias y cambiarias. El Gobierno aseguró que seguirá ajustando el gasto y manteniendo el equilibrio fiscal. La acumulación de reservas (el BCRA sigue comprando gracias a las liquidaciones del campo y de créditos en dólares, pero no puede hacer subir su posición neta, que sigue siendo negativa) será el gran desafío sin acceso aun al mercado y en medio de las advertencias por el atraso cambiario. El Gobierno deberá definir si continúa con el actual esquema cambiario de devaluación mensual del 1% y con el dólar blend (el campo puede liquidar un 80% en el Mercado Único y Libre de Cambios, y 20% en el Contado con Liquidación) o se va a una unificación cambiaria aprovechando el achicamiento de la brecha (hoy en 15%) que puede producir la novedad del acuerdo.
10- ¿Qué beneficios puede traer el acuerdo y qué perjuicios?
Entre los beneficios, en el Gobierno creen que el riesgo país puede bajar a niveles que permitan el financiamiento para el sector privado a mejores tasas, lo que bajaría sus costos financieros y podría impactar en los precios. El Ejecutivo podrá además refinanciar sus deudas en dólares (actualmente debió usar dólares de reservas internacionales para pagarlas). Además, un BCRA “saneado” podría redundar en una desinflación más veloz, ya que los dólares respaldarán los pesos en circulación. Entre los perjuicios, aparecen los condicionantes que impone a la política económica nacional un acreedor al que el país le debe US$40.600 millones (31.100 millones de Derechos Especiales de Giro) y que quiere cobrar.
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