Del Rey Momo a Baco: cuál es el origen del Carnaval y 7 curiosidades de este tradicional festejoPor Silvia Pardo

El Carnaval es una de las fiestas más esperadas del año. Las calles explotan de música, baile, color y alegría. Algunos países lo celebran con carrozas, plumas y tambores, como Argentina y Brasil, mientras que otros apuestan al misterio de los antifaces y los trajes de época, como en Italia.

El término “Carnaval”, según la Real Academia Española (RAE), proviene del italiano carnevale, una haplología del antiguo carnelevare, compuesto por carne (carne) y levare (quitar), que hace referencia a la práctica de eliminar la carne de la dieta en los días previos a la Cuaresma. Esta palabra es un calco del griego ἀπόκρεως (apókrēos), que también hace alusión al mismo concepto.

Además, hace referencia al período de tres días que precede al comienzo de la Cuaresma, conocido por sus fiestas populares llenas de mascaradas, comparsas, bailes y otros regocijos bulliciosos. Tiene lugar 40 días antes del Jueves Santo y finaliza con el Miércoles de Ceniza, cuando da inicio la Cuaresma, durante los cuales los devotos se abstenían de comer carne, entre otras prácticas religiosas.

Más allá de esta asociación con la festividad religiosa, los historiadores vinculan al Carnaval con las antiguas fiestas romanas, las cuales se remontan a más de 5.000 años. Otros, lo sitúan en Grecia, ya que también celebraban unos festejos similares.

Antes del Cristianismo, los habitantes del Imperio Romano creían en distintos dioses, entre ellos Saturno o Baco, el dios del vino y la diversión en la mitología romana. Este pueblo tenía la costumbre de hacer fiestas en honor a estas divinidades, relacionadas con el fin de la siembra de invierno, el equinoccio de primavera y la fertilidad de un nuevo ciclo.

Además, celebraban la Lupercalia, que tenía lugar en febrero, mes de las divinidades infernales y de la purificación. Todas estas fiestas duraban días y se caracterizaban por los banquetes, bebidas y bailes, y el uso de disfraces o máscaras que adornaban la celebración.

Algo muy similar ocurría en la Antigua Grecia, donde veneraban a los dioses Pan y Dionisio. Homero lo describe como la “alegría de los hombres”, ya que era el dios griego del vino, la diversión y el teatro.

El culto a Dionisio se volvió significativo en Atenas desde el siglo VI a.C. y el festival Dionisia de Atenas y otras ciudades se convertiría más tarde en la Bacanal de Roma. En estas fiestas llenas de excesos también había procesiones y representaciones teatrales, donde la población se aglomeraba para disfrutar del espectáculo.

Esta tradición se mantuvo hasta la Edad Media, cuando se permitía también la crítica social dirigida principalmente a gobernantes, nobles o incluso la moral religiosa.

Máscaras y disfraces en el
Máscaras y disfraces en el carnaval de Galicia
POLITICA
Rosa Veiga – Europa Press

En la mitología griega, Momo era la personificación del sarcasmo, la crítica y la burla. Se lo representaba con una máscara y con un cetro con un muñeco en su extremo, símbolo de la locura.

Por su parte, en el Antiguo Egipto había una fiesta que consagraba a la diosa de la fertilidad, Isis, en una celebración llena de alegría y libertad. Se la conocía como Weret-Kekau “la gran magia” por su poder y como Mut-Netjer, “madre de los dioses”. Su culto se extendió también por el mundo grecorromano, integrándose con algunas costumbres propias como la Navigium Isidis.

Esta fiesta tenía lugar en la primera luna llena después del equinoccio de primavera. Se formaba una procesión, donde la estatua de la diosa era sacada del templo, portada por sacerdotes con un cortejo con música y danza, y determinados personajes, que iban enmascarados, la embarcaban en una nave de madera decorada con ofrendas florales, dando paso, simbólicamente, al inicio de la temporada de navegación. Esta procesión de máscaras se llamaba carrus navalis, lo que pido dar origen también a la palabra carnaval.

Los comentarios están cerrados.