Del enfrentamiento a la coordinación: el temporal en Bahía Blanca marcó un giro del Gobierno frente a KicillofPor Brenda Struminger
Sin margen para más polémicas, el Gobierno decidió cambiar la estrategia de comunicación frente a la catástrofe en Bahía Blanca. A diferencia de la reacción confrontativa frente a la más reciente cristalización de la crisis de inseguridad bonaerense con el caso de Kim Gómez y del tardío involucramiento en los incendios en la Patagonia, la Casa Rosada avanzó en una coordinación a primera hora con el gobierno de Axel Kicillof tras las inundaciones. Del otro lado, en La Plata recularon con un primer intento de confrontación por la mañana y también se pusieron en sintonía.
Sin embargo, la sintonía no llegó a tanto y Milei -por ahora- no viajó a la ciudad costera como en diciembre de 2023, cuando se calzó el traje de fajina a poco de asumir para fotografiarse junto al gobernador kirchnerista en otra dañina tormenta bahiense. Sólo decidió suspender el viaje que tenía previsto a Mendoza y quedarse en Olivos hoy y “monitorear la situación”, según dejaron trascender ayer por la tarde desde la Presidencia.
El contraste en el abordaje de los incendios y la crisis de seguridad es evidente. Hace menos de un mes, el Gobierno había quedado en el foco de las críticas de los gobernadores del Sur por la supuesta falta de colaboración con los incendios en Chubut, Río Negro y Neuquén. Y había sido cuestionado desde el Norte, incluso, por el mandatario K de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, por -supuestamente- ignorar la oferta de un avión hidrante para colaborar con la grave situación.
Esta vez, el ministro de Gobierno de Kicillof, Carlos Bianco, reconoció temprano que había recibido respuesta favorable de parte del jefe de Gabinete nacional, Guillermo Francos y de la belicosa ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que viene de cruzarse fuerte con el gobernador bonaerense por la escalada de inseguridad en el territorio bonaerense, que se evidenció con el asesinato de Kim, la nena de tres años que fue arrastrada hasta morir por un auto conducido por delincuentes, en La Plata, la semana pasada.
“Hablé con Guillermo Francos, le dije que íbamos a necesitar la colaboración nacional, me pidió que hable con Patricia Bullrich y así lo hice”, dijo la mano derecha de Kicillof en una de las tantas entrevistas que brindó esta mañana.
En el Gobierno admitieron el giro en el abordaje de la crisis frente al temporal en Bahía Blanca. Pero negaron que el cambio haya sido para evitar más catástrofes políticas como las que pusieron en alerta a la administración libertaria en las últimas semanas, por temas tan disímiles como preocupantes: el revés en el nombramiento en la Corte Suprema de Ariel Lijo, los avances de la Justicia en la Argentina como en Estados Unidos por el tuit de la criptomoneda $LIBRA y el gaffe de Santiago Caputo con Facundo Manes en el Congreso.
En cambio, argumentaron que la relación es distinta con las administraciones de las provincias del Sur: “Con Nacho Torres y con (Alberto) Weretilneck no queríamos superponernos, con ellos sí se puede hablar y consensuar. Con Kicillof, no, así que decidimos avanzar de cualquier forma para hacernos cargo del tema”, argumentaron.
Además, deslizaron que tiene menos riesgos hacerse cargo de una inundación que de un incendio: “Al fuego lo controlás, no podés apagarlo hasta que llueve. Con una inundación tenes mayor margen de acción”, dijeron en Balcarce 50. De todas formas, aseguraron que en los incendios de la Patagónica habían enviado ayuda desde el principio, pero no querían generar una discusión con los gobernadores por el modo de enfrentarlos. “Es potestad de las provincias, si no pedían ayuda, no podíamos mandar agentes porque hubiera implicado un tipo de intervención a su independencia”, sostuvieron.
Además, señalaron las diferencias entre el origen de la crisis de seguridad y la crisis climática: “Con el tema de la delincuencia, Kicillof tiene puestas anteojeras ideológicas, cree que las víctimas son los chorros. No se puede ni empezar a coordinar. En el caso de un temporal así, que no es responsabilidad de nadie y no se podía prever, la predisposición obviamente va a ser distinta”, agregaron portavoces de la gestión nacional.
Mientras tanto, anoche Milei seguía en Olivos, sin dar señales concretas de planes para viajar a Bahía Blanca. Bullrich y Petri, por su parte, decidieron viajar recién hacia la tarde, después de sopesar largamente los pros y contras de presentarse en la región. De todas formas, en el entorno del primer mandatario no descartaron que mañana “vea el momento para ir”. “Está siguiendo minuto a minuto lo que sucede y nos ha dado ordenes especificas de cómo responder a los requerimientos”, dijo Francos anoche.
Por ahora, el Presidente decidió no recrear aquellas postales que lo mostraron ataviado con ropas militares en aquella visita a Bahía Blanca que hizo siete días después de asumir, en diciembre de 2013, en otro temporal, cuando se calzó un traje militar y posó junto a Petri, Bullrich y Kicillof. “No es necesario, está Patricia”, dijeron en su entorno. Pero sí se ocuparon de avisar que Milei había suspendido su visita a Mendoza, donde tenía previsto brindar una charla sobre el rumbo económico ante empresarios.
Al final de un día de conmoción por los destrozos, heridos y muertos en Bahía Blanca, anoche el Gobierno informó que el ministro de Economía, Luis Caputo autorizó un desembolso de fondos del Tesoro Nacional para ayudar a los vecinos de Bahía Blanca. Una postura distinta de la que sostuvo el gobierno nacional en otras crisis naturales, cuando planteó que cada jurisdicción debía hacerse cargo de los avatares que afectaran sus localidades.
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