Del amor por Schumacher a ser los “ojos” de Ocon: Laura Müller rompió barreras y es la primera ingeniera de carrera de la Fórmula 1
Cuando era chica, Laura Müller nunca tuvo la respuesta a qué le gustaría ser cuando fuera grande. De hecho, en la escuela tenía cero interés en física, una materia clave en la Facultad de Ingeniería. No sabía entonces que en el futuro, y después de una larga carrera en las categorías inferiores, se convertiría en la primera ingeniera de carrera de la Fórmula 1.
«Mi interés en ingeniería no fue en realidad un interés en ingeniería, sino que fue siempre un interés en automovilismo porque, cliché, soy alemana y amo a Michael Schumacher«, soltó con frescura la alemana de 33 años antes de este ascenso en el equipo Haas, al que llegó en 2022 y que comenzó esta temporada en su nuevo rol de ingeniera de Esteban Ocon.
En el colegio sus asignaturas favoritas «eran alemán, inglés, matemática, italiano e historia»; de hecho, no tuvo física ni química en sus últimos dos años. «No era una de esas personas que sabían qué querían ser inmediatamente después de terminar el colegio o incluso mientras estudiaba -confesó-. Entonces, me tomé un año sabático y me fui a Australia, como tanta gente. Y estaba reflexionando sobre qué quería hacer y allá tenían muchos autos preparados (supercharged cars) y de alguna manera reconecté con mi interés desde niña con el automovilismo y decidí: ‘Voy a convertirme en ingeniera'».
Reconectarse con la Laura niña la llevó, inmediatamente, a la etapa más gloriosa de Michael Schumacher, ganador de siete títulos de F1 entre 1994 y 2004. «Desde chica siempre vi la Fórmula 1. Entonces, en realidad, no estudié ingeniería mecánica para trabajar en la producción de autos, por ejemplo, sino que siempre admiré el campo del automovilismo, porque siempre me pareció más interesante y pasional que diseñar un indicador», contó el año pasado.
Al volver de Australia, el siguiente paso fue anotarse en la Technical University de Múnich, donde se recibió de ingeniera en 2015 y donde inmediatamente después de su título hizo una maestría en Ingeniería Automotriz, que terminó en 2018. Y, mientras estudiaba, no dudó en golpear puertas en equipos y categorías menores: la primera vez en 2014, cuando hizo una pasantía de ocho meses en Phoenix Racing GmnH, un equipo alemán con sede en Meuspath, en el límite con Bélgica, que compite en series como el Deutsche Tourenwagen Masters (DTM) y el Campeonato Mundial FIA GT1.
Aunque nunca respondió abiertamente si la acosaron por ser mujer, Müller sí diferenció el trato entre pares y aquel que puede darse en un autódromo: «Nunca me enfrenté a ninguna crítica mientras estudiaba ingeniería ni en grupos de ingenieros, pero obviamente en los circuitos entras a un ambiente totalmente distinto y al menos hace cinco o diez años todavía había un estigma alrededor de que haya una mujer dentro del automovilismo. Pero a mí nunca me preocupó ni hizo que dejara de hacer lo que hacía».
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