Correr en verano: pros y contras de entrenar en la playa y cómo hacerlo sin lesionarsePor Valeria Chavez

En pleno verano, muchos optan por la playa no solo como lugar de descanso, sino también como un espacio ideal para ejercitarse.

Así, correr o caminar en la arena puede ser una experiencia transformadora, llena de beneficios tanto físicos como mentales, ya sea para quienes desean mantenerse en movimiento como para quienes ven en las vacaciones la oportunidad para empezar a hacerlo.

Sin embargo, hacerlo sin tomar algunas precauciones también conlleva desafíos específicos que es crucial abordar para evitar lesiones.

Para quienes desean aprovechar al máximo este entorno, Infobae consultó expertos, quienes ofrecieron valiosas recomendaciones para tener en cuenta estas vacaciones.

El ejercicio sobre arena ofrece una serie de ventajas únicas, comenzando por el fortalecimiento muscular. La arena blanda, al ceder con cada paso, obliga a los músculos estabilizadores a trabajar con más intensidad. “Correr en arena blanda requiere un mayor esfuerzo muscular, lo que fortalece los músculos estabilizadores de tobillos, pantorrillas y piernas”, comenzó a explicar Mariela Catania, profesora nacional de Educación Física, especialista en alto rendimiento deportivo e instructora certificada en ejercicios hipopresivos.

Además, la menor dureza de este terreno reduce el impacto sobre las articulaciones, un alivio significativo para quienes sufren molestias en rodillas y caderas.

Más allá de lo físico, la playa también ofrece un entorno ideal para la conexión con la naturaleza. “Correr cerca del mar mejora el ánimo, reduce el estrés y proporciona un entorno estimulante para el entrenamiento”, añadió Catania. Este efecto psicológico es respaldado por estudios que asocian los entornos naturales con una mejora en el bienestar general.

Otra clave de ventaja es la quema de calorías. Según la corredora Fabiana Hasbani, quien desde hace años acompaña grupos running de mujeres, “el esfuerzo de correr sobre arena es superior al de hacerlo por asfalto. Por lo tanto, no es equivalente correr 30 minutos en la playa que en la calle”. Esta intensidad adicional convierte al entrenamiento playero en una opción eficiente para quienes buscan resultados visibles en menos tiempo.

A pesar de sus beneficios, el ejercicio en la playa no está exento de riesgos. Uno de los principales problemas es la inestabilidad del terreno. La arena puede provocar esguinces y tensiones musculares, especialmente en corredores novatos.

El correr en la playa
El correr en la playa no es adecuado para principiantes sin preparación previa (Imagen ilustrativa Infobae)

Las lesiones cutáneas también son un riesgo común, especialmente para quienes corren descalzos. “Si lo hacemos descalzos, podemos sufrir de ampollas por el roce de la arena con los pies”, explicó Hasbani, quien para evitar estos problemas, recomendó alternar entre correr con zapatillas y sin ellas.

El clima es otro factor a tener en cuenta. Entrenar bajo el sol intenso puede aumentar el riesgo de deshidratación o golpes de calor. Omar Lencina es médico especialista en traumatología y medicina deportiva (MN 60159) e insistió en la importancia de elegir las horas adecuadas: “El momento del día más adecuado para la práctica es por la mañana, entre las de 7 y las 10 y por la tarde, de 18 a 21. Son los mejores horarios porque el sol no lastima”.

Para disfrutar de una experiencia segura y placentera, los expertos ofrecen una serie de consejos prácticos. Uno de los más importantes es comenzar con sesiones cortas para permitir que el cuerpo se adapte. “Si alguien no está acostumbrado a correr en la arena, lo ideal es empezar corriendo 10-15 minutos y aumentar gradualmente la duración”, sugirió Catania.

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