Cómo manejar un auto con caja automática: las tres claves a tener en cuentaPor Diego Zorrero

Salvo por algunos utilitarios, en el mercado automotor argentino ya no quedan modelos de autos que no ofrezcan al menos una versión con caja de cambios automática, lo que implica una de las mayores transformaciones del mundo del automóvil convencional, a la que por alguna razón, probablemente cultural, la Argentina se resistió durante muchos años.

La llegada de las cajas CVT, que no es una transmisión automática en el más puro sentido del término pero cumple tal función por no tener embrague ni requerir cambio de marchas, ha sido una de las responsables. Es que este sistema es mucho más económico para poder aplicar en autos de gama baja y media sin alterar sustancialmente el precio de venta.

Ante el aumento de la oferta, mayor es la tentación de aceptar la invitación, y así, hasta los más escépticos empiezan a aceptar que los autos convencionales del presente y futuro (se deja afuera a los híbridos y eléctricos en este caso), tendrán turbo y caja automática.

“La caja automática es un viaje de ida sin retorno”, fue históricamente un argumento para quienes la defendían a ultranzas por sobre la palanca de cambios y los tres pedales. “Gastan mucho más combustible y es aburrido manejar sin hacer cambios”, fue la respuesta histórica de quienes no querían aceptarlas.

Sin caer en la generalización, el hecho mismo de la adopción masiva de los fabricantes es una respuesta al debate. Hoy, las transmisiones automáticas son una solución al consumo de combustible, a la emisión de gases contaminantes y a la comodidad del tránsito urbano. Pero para que esto se cumpla, hay que saber cómo usarlas correctamente.

Del mismo modo que ocurre con un auto con caja manual, si el conductor no hace los cambios en el momento adecuado, el motor subirá de revoluciones en exceso y gastará más combustible. La diferencia de la caja automática es que hay que saber generar el cambio de marchas con el acelerador.

En tránsito urbano, la caja automática hace los cambios por sí misma si se acelera poco, apenas uno o dos centímetros de recorrido del pedal. De ese modo, el motor trabajará a bajas RPM y gastará poco combustible. Si se acelera más profundo, el cambio de marcha no se hace porque el controlador electrónico de la transmisión entiende que el conductor necesita reacción, entonces privilegia la respuesta rápida por sobre el consumo.

Ese mismo concepto funciona en una ruta. Una vez lograda la velocidad crucero elegida, si se aliviana la presión sobre el pedal del acelerador, la caja pondrá una marcha alta para mantener la velocidad constante con bajas RPM y menor consumo.

Este es un punto que tiene dos caras opuestas. Por un lado, no tener embrague representa una comodidad incomparable, especialmente para el uso en el tránsito de una ciudad, porque parar en cada esquina, en los embotellamientos de tránsito, e incluso transitar por los cada vez más populares túneles que pasan debajo de las vías del tren, suelen sacrificar la vida de los discos embrague.

El Rotary Shifter es un
El Rotary Shifter es un sistema electrónico de selección de marchas que se pone automáticamente en «Parking» al abrir la puerta del conductor

Un video que se hizo viral en las últimas horas muestra cómo un conductor decidió bajar de su pick-up Toyota Hilux en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires por una discusión con un motociclista, pero olvidó sacar la reversa de su vehículo. Como resultado, la camioneta empezó a moverse hacia atrás, subió a la vereda y se estrelló contra los ventanales de un edificio.

Algunos fabricantes solucionaron esta situación con la implementación de un “Rotary Shifter” o mando electrónico, una especie de rueda que permite seleccionar entre los modos de estacionamiento (P), avance hacia adelante (D), punto muerto (N) y marcha atrás (R). Este sistema, al ser electrónico y no mecánico, cambia automáticamente cuando se abre la puerta del conductor, colocando el vehículo en la función de estacionamiento.

El debate sobre el precio de un auto con caja automática y el costo de reparación de este tipo de transmisiones está firmemente anclado en la tecnología anterior, pero el residuo se ha transmitido a través de las generaciones y todavía llega al presente.

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