Citan a una audiencia de conciliación a Javier Milei por los ataques contra Jorge Fontevecchia
El juez federal Sebastián Casanello citó a una audiencia de conciliación a Javier Milei y a Jorge Fontevecchia, para el próximo 9 de abril, por la denuncia del dueño de Editorial Perfil, por “injurias”, ante los reiterados agravios del Presidente, que lo llamó “Tinturelli” y “pautero”, «quebrador serial», «empresario prebendario» que «vive de la pauta», entre otras descalificaciones personales.
Con esta medida que tomó el juez Casanello avanza la causa judicial, que arrancó en abril del año pasado, cuando Fontevecchia presentó la denuncia por los reiterados agravios de Milei contra el CEO de Editorial Perfil.
Francisco Oneto, abogado de Milei, había solicitado «el inmediato sobreseimiento de mi defendido», por «inexistencia de delito», ya que «estos dichos constituyen el más amplio ejercicio de la libertad de expresión y no pueden ser censurados, y mucho menos condenado penalmente por expresarlos».
El primer juez federal que llevó adelante esa causa judicial, Sebastián Ramos, falló en sintonía con el pedido del abogado Oneto y decidió sobreseer a Milei en octubre pasado, por entender que sus agravios eran parte de la libertad de expresión del Presidente de la Nación.
Pero la Cámara de Apelaciones revocó ese fallo, apartó al juez Ramos y ordenó que la causa la lleve adelante otro juez, ante el «vacío argumental que la priva de sentido, dogmática, por ende arbitaria y, por ello, nula», que fue la sentencia de primera instancia, dijo en su fallo el camarista Guillermo Farah.
Por eso, ahora Casanello decidió avanzar con la causa judicial y citar a Milei y a Fontevecchia a una audiencia de conciliación, «en atención a la ampliación de la querella por nuevos hechos», sostuvo el juez federal en la cédula de notificación a la que tuvo acceso Clarín.
La presentación de Amnistía en la CIDH
Uno de los nuevos hechos que ocurrieron desde la denuncia de Fontevecchia fue la presentación de un informe de Amnistía Internacional, ante la Comisión Internacional de Derechos Humanos (CIDH), donde incluyó el ataque presidencial contra el CEO de Editorial Perfil, como parte de las restricciones a la libertad de expresión y de prensa en la Argentina, derechos que tienen rango constitucional.
Allí el informe destacó que «tras apodarlo ‘tinturelli’ y mofarse públicamente en una entrevista periodística de ‘está carmeleado que da miedo, ¿no?’, celebró al aire que el diario que dirige está ‘camino a la quiebra así que… ¡qué bueno!'».
El escrito del abogado Fernando Bosch Fragueiro, en representación de Fontevecchia, cuestionó «los recursos a la confrontación, las tácticas de demonización y la manipulación pública de sectores afines al gobierno -y del Presidente en particular-, para la creación de un ‘enemigo’ a quien confrontar, deslegitimar y destruir para justificar todo tipo de medidas e intervenciones».
Y agregó que «lo que el querellado ha dicho públicamente no constituye el ejercicio de la libertad de expresión de Javier Gerardo Milei, sino un claro ejemplo de desacreditación a la honra y reputación de un periodista, para restringir su libertad de expresión».
«Parangonar el poder de un Presidente de la Nación con el de un periodista es de por sí un sin sentido que no atiende a la realidad de las cosas», insistió el letrado de Fontevecchia, en su escrito, que fue la base para que el camarista Farah ordene la realización de un nuevo juicio contra Milei.
Perfil destacó en su denuncia original que el hostigamiento de Milei, «que viene realizando desde hace casi dos años» se dio «en coincidencia con las investigaciones y notas de opinión que fueron publicadas en el diario Perfil y en la revista Noticias sobre él y su fuerza política. Entre ellas, investigaciones sobre los plagios que realizó en distintos libros que firmó como propios, los vínculos esotéricos con personas y animales ya fallecidos, informaciones que daban cuenta de la existencia de denuncias que su espacio político había recibido por la supuesta venta de candidaturas o, simplemente, opiniones críticas sobre su violencia verbal o sobre aspectos de su gestión».
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