Casi la mitad de los latinoamericanos podría tener apnea del sueño, una condición subdiagnosticada Por Romina Cansler
Dormir, pero sentirse cansado. Ronquidos que terminan provocando despertares. Somnolencia durante el día. Estos son algunos de los síntomas característicos de la apnea obstructiva del sueño (AOS), la cual se define como una pausa en la respiración, de unos 10 segundos, que se pueden repetir en varios momentos de la noche, incluso muchas veces por hora. Esta condición, que genera serios inconvenientes en quien la transita, es más común de lo que la mayoría de la gente piensa, pero a menudo no es diagnosticada.
Un reciente análisis en América Latina reveló que el 45% de las personas presenta un riesgo moderado a alto de padecer apnea obstructiva del sueño (AOS), una condición que afecta a millones en todo el mundo. “En más del 80% de los casos permanecen sin diagnóstico”, según los expertos. El hallazgo, difundido a través de una campaña en Infobae, subraya la necesidad de aumentar la visibilidad de la enfermedad y de implementar estrategias efectivas para su detección temprana.
“Esto debe ser un llamado de atención para estar más atentos respecto del riesgo de sufrir apneas, ya que cuanto mayor es la severidad de la enfermedad, mayor es el riesgo de padecer complicaciones clínicas, particularmente hipertensión arterial”, señaló en diálogo con Infobae el doctor Daniel Pérez-Chada, uno de los autores del trabajo y presidente de la Fundación Argentina del Sueño.
Es que este trastorno, según un estudio publicado en The Lancet, afecta a unos 936 millones de adultos en todo el mundo, en su forma de leve a grave. Asimismo, de acuerdo a una revisión de trabajos, la AOS impacta más en los hombres (13%), que en las mujeres (5%), y sus consecuencias para la salud incluyen desde deterioro neurocognitivo, enfermedades cardiovasculares y metabólicas, así como un mayor riesgo de accidentes automovilísticos.
Sin embargo, el subdiagnóstico es un problema crítico y dificulta la implementación de tratamientos adecuados. En América Latina, esta problemática se agrava debido a la falta de estudios epidemiológicos amplios y representativos, así como a la limitada visibilidad de la enfermedad entre la población general y los profesionales de la salud. Sobre este punto, se realizó un estudio mediante un cuestionario STOP-Bang para conocer la prevalencia de AOS en un riesgo moderado a alto en voluntarios de América Latina.
De acuerdo al trabajo, se identificaron varios factores de riesgo asociados con la apnea del sueño, entre ellos el ronquido, las apneas presenciadas, la hipertensión arterial, el índice de masa corporal (IMC) elevado y una circunferencia del cuello superior a 43 cm en hombres y 41 cm en mujeres, siendo que, en América Latina, el trabajo reveló que el 45% de los participantes presenta un riesgo moderado a alto de padecer apnea obstructiva del sueño (AOS).
Según el doctor Pérez Chada, “esto debe ser un llamado de atención para estar más atentos respecto del riesgo de sufrir apneas, ya que cuanto mayor es la severidad de la enfermedad, mayor es el riesgo de padecer complicaciones clínicas, particularmente hipertensión arterial”. “Esta condición no solo afecta la calidad de vida de quienes la padecen, sino que también tiene implicaciones graves para la salud”.
“La apnea del sueño se correlaciona con un riesgo elevado de enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial y arritmias cardíacas, hipertensión arterial nocturna, así como a afecciones metabólicas como la diabetes tipo 2 y la obesidad. Por otra parte, también representa un riesgo para la seguridad pública, ya que los pacientes tienen más probabilidades de verse involucradas en accidentes automovilísticos debido a su menor estado de alerta y mayor tiempo de reacción”, aseguró el experto.
El trabajo, que evaluó a 5.966 voluntarios y fue difundido a través de una campaña en Infobae, permitió identificar que el 45% de los participantes presentaron un riesgo moderado a alto de AOS, una de las tasas más altas reportadas en la región. “Las personas mayores de 50 años, de sexo masculino, con un índice de masa corporal mayor a 35 kg/m² y quienes refirieron cansancio, ronquidos o hipertensión arterial fueron quienes presentaron el mayor riesgo”, puntualizó Pérez-Chada.
La importancia del diagnóstico precoz para evitar las consecuencias clínicas
La gran presencia de ronquidos en los participantes –muchos de los cuales los definieron como persistentes y de alto tono– fue uno de los elementos más reportados entre quienes presentaron un riesgo elevado. Este síntoma clave, junto con el cansancio diurno y las apneas observadas, generan alteraciones significativas en los ciclos de sueño.
A nivel epidemiológico, la AOS no tiene fronteras, pero los estudios en América Latina son fragmentados y poco representativos. Es por eso que este trabajo, basado en el cuestionario STOP-Bang, brindó una primera aproximación a la magnitud de la condición en la región. “Sabemos que las personas con AOS no tratada tienen más probabilidades de desarrollar distintas afecciones”, afirmó Pérez Chada.
Identificar la AOS en etapas tempranas es crucial para prevenir complicaciones severas que pueden afectar la calidad de vida y la salud general. El diagnóstico precoz permite abordar esta condición antes de que provoque daños irreversibles, especialmente en el sistema cardiovascular, metabólico y neurocognitivo, según destaca el doctor Pérez Chada.
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