Aturdidos por la dura postura de Trump con Ucrania, líderes europeos volvieron a reunirse para calibrar una respuesta común
PARÍS.– A medida que el discurso de Donald Trump se radicaliza contra Volodimir Zelensky, y a fin de llegar a una respuesta europea común frente a lo que cada vez más se parece a una alianza entre la Casa Blanca y el Kremlin, el presidente francés, Emmanuel Macron, organizó este miércoles una segunda minicumbre informal en la cual participaron aquellos países del bloque que no estuvieron presentes en la primera, el 18 de febrero.
Varios líderes europeos habían expresado su descontento después de no haber sido invitados a la primera minicumbre informal organizada anteayer. Noruega, República Checa, Grecia, Finlandia, Rumania, Suecia, Bélgica, Estonia, Letonia, Lituania y Canadá, país miembro de la OTAN, estuvieron esta vez presentes o por videoconferencia. El encuentro se realizó al aprovechar la presencia en París del presidente interino de Rumania, Illie Bolojan, según el Palacio del Elíseo.
Durante la primera reunión, los dirigentes que estuvieron presentes –entre ellos, el canciller alemán, Olaf Scholz, y el primer ministro británico, Keir Starmer– insistieron en la necesidad de aumentar el gasto de defensa de Europa, sin ponerse de acuerdo, no obstante, sobre la hipótesis del envío de tropas de mantenimiento de paz a Ucrania.
En medio de una andanada de acusaciones contra su homólogo ucraniano, el presidente de Estados Unidos se declaró “totalmente favorable” a la presencia en Ucrania de tropas europeas de interposición.
“Si lo quieren hacer, genial. Soy totalmente favorable”, declaró el jefe de la Casa Blanca, y precisó una vez más: “Nosotros [Estados Unidos] no tenemos por qué enviar soldados allá. Porque, como saben, estamos muy lejos”. Pero esa idea es rechazada de plano por Rusia.
“Explicamos hoy que el despliegue [en Ucrania] de tropas de fuerzas armadas de los países de la OTAN, pero bajo otra bandera, bajo bandera de la Unión Europea (UE) o de banderas nacionales, no cambia nada. Es obviamente inaceptable”, declaró el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, en momentos en que ese despliegue aparece como la única forma de garantizar el respeto de un eventual acuerdo de paz que ponga fin a tres años de guerra sangrienta.
El envío de hombres al terreno es el tema más espinoso de los últimos días en Europa. Solo Francia, Gran Bretaña y los países bálticos se han declarado a favor, mientras Alemania, Polonia, Italia o España son reticentes, por diversos motivos: unos, por estar en vísperas de elecciones; otros, por fidelidad atlantista. En todo caso, más allá de las declaraciones de Trump, tampoco la Casa Blanca vería con buenos ojos una presencia europea en Ucrania, que, en cierta forma, entorpecería sus acuerdos con Moscú.
En una entrevista acordada en las últimas horas, Macron detalló las hipótesis del envío de tropas a Ucrania y aseguró, en todo caso, “que no es cuestión de mandar tropas a combatir”. La idea es apoyar a los ucranianos con expertos o soldados, pero siempre lejos de la línea de frente.
Otro escenario en estudio: organizar una operación de mantenimiento de la paz a lo largo de la línea de frente bajo el paraguas de las Naciones Unidas. Cualquiera sea la solución escogida, el presidente francés insiste en que “nada puede decidirse sin los ucranianos”.
La misma declaración dio el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, quien desechó la posibilidad de organizar negociaciones “sobre Ucrania sin incluir a Ucrania”.
“Es un principio fundamental en Canadá y para la mayor parte de nuestros aliados”, agregó, y se declaró “impaciente” de dialogar con los europeos.
Por la mañana, los embajadores de los 27 países del bloque aprobaron el 16to “paquete de sanciones” contra Rusia que incluye la prohibición de importar aluminio ruso en la UE y nuevas medidas para limitar las exportaciones de petróleo.
¿Rusia es enemiga de Europa y de Francia? “Evidentemente”, respondió el ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Noel Barrot, citando todas las acciones de guerra híbrida organizadas por el Kremlin en territorio europeo.
“Pero no queremos la guerra, sino la paz. Y para ello habrá que desarticular la amenaza, que es cada vez más fuerte”, indicó el canciller.
En todo caso, los ataques de Trump contra Zelensky en las últimas horas, a quien llamó “dictador sin elecciones”, acusó de haber comenzado la guerra y de ser muy impopular en su país –cuando todas las encuestas le dan entre 53% y 57% de apoyo–, se inscriben en una serie de propósitos “incomprensibles”, que permiten interrogarse sobre la “coherencia” de la posición norteamericana en este conflicto, declaró un vocero del gobierno francés. En otras palabras, ¿cómo se puede mediar cuando ya se ha decidido abiertamente a quién se apoyará?
Frente a las inquietudes provocadas por la actitud de Trump, el primer ministro francés, François Bayrou, habló ayer ante el Senado.
“Es un vuelco espectacular del mundo, en el cual Ucrania parece haber sido abandonada por el principal aliado de la OTAN. Tendremos que construir una Europa que hemos apenas esbozad, y eso demandará enormes esfuerzos”, afirmó el premier, para luego agregar que, en ese proceso incierto, “Francia tiene la principal responsabilidad”.
En las actuales circunstancias, muchos expertos señalan la “despreocupación” europea que, sin querer ver los signos precursores, ignoró la necesidad de planificar un futuro sin la protección norteamericana.
“Los europeos deben comprender que de ahora en adelante están solos. Tienen que mirar el mapa, identificar los peligros y sacar conclusiones lúcidas sobre la base de la relación de fuerzas y no de sus ilusiones líricas”, conmina Gérard Araud, exembajador de Francia ante la ONU.
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