Así se vivió el Super Bowl en un bar de Palermo: una pareja de rivales, el clásico rosarino en la NFL y la barra de los Eagles cantó “Dale, campeón”

Son las ocho de la noche del domingo y la aplicación Promiedos avisa que hay un gol de Gimnasia contra Godoy Cruz. Poco le importa a las 207 personas que pagaron hasta 30 mil pesos para estar en un bar deportivo ubicado en el subsuelo del Hipódromo de Palermo: las pantallas gigantes al estilo yanqui transmiten en vivo el Super Bowl 2025 desde Nueva Orleans, de fondo se escucha el ruido infernal de las maquinitas del casino.

El menú incluye dos bebidas y una hamburguesa completa con fritas; los más previsores llegaron temprano y se aseguraron una buena mesa. Está todo agotado desde hace una semana.

Silenya y Luis, una pareja de venezolanos que vive desde hace 10 años en Argentina, fueron los primeros en anotarse. Visten las camisetas de los equipos que se enfrentan: Kansas City Chiefs (ella) y Philadelphia Eagles (él). «Yo sigo al futbol americano desde siempre, y la arrastré en mi locura, pero ella eligió otro camino», dice él, señalando la camiseta roja con el 15 de Mahomes. «Se hizo de los Chiefs por Taylor Swift», la chicanea. Que gane el mejor.

El evento lo organiza No Huddle, el sitio de NFL número 1 en Argentina, un país donde la pasión no alcanza para convertirlo en un fenómeno de atracción multitudinaria y redituable. Todo es a pulmón y apelando al ingenio, al menos por ahora. La presencia de Lionel Messi en la final y el anuncio de los Miami Dolphins de realizar acciones de difusión en estas tierras sólo anticipa buenas cosas.

Iván, uno de los chicos de No Huddle, es de Rosario y toma todo esto como un hobby: trabaja en una empresa de medicina prepaga. Heredó su fanatismo por el futbol americano de su papá. «Él es de Central y yo de Newell’s, cuando se resignó a que ya no me iba a hacer Canalla me metió en la NFL para que hinchemos por el mismo equipo, los Dallas Cowboys», cuenta. El hombre viajó hasta Buenos Aires para acompañar a su hijo y está firme en primera fila luciendo una camiseta noventosa del conjunto tejano.

Iván junto a su papá, un clásico rosarino pero en versión NFL.

Salen los equipos a la cancha y unos loquitos vestidos de verde cantan como si estuvieran en La 12: «Eagles, mi buen amigo, esta campaña volveremo’ a estar contigo…». A su alrededor todos comentan la ocurrencia, pero ellos siguen en la suya. Y cierran: «Y dale, y dale, y dale Eagles dale…». El Super Bowl argento en su máxima expresión.

Hay mayoría de remeras de los Chiefs, o por sus colores rojos, amarillos y blancos, parecen destacarse más que las de los Eagles, menos chillonas. Pero el «dress code» en general está dedicado a la NFL y se ven «playeras» de los Bills, Bengals, Dolphins, Cowboys y muchas de los Patriots con el nombre de Tom Brady detrás. Se ven varias de la NBA también, como para no discriminar. Por momentos parece un encuentro cosplay.

Los Dolphins, también presentes. Foto: AVVA Producciones.Los Dolphins, también presentes. Foto: AVVA Producciones.

Suena el himno americano y en una mesa aplauden: son tres chicas estadounidenses, empleadas de la embajada de ese país, que se enteraron de la movida y quisieron sentirse por un rato en casa.

Lo que se inició con timidez rápidamente se transformó en fervor, y el arranque arrollador de los Eagles viajó desde Nueva Orleans hasta Palermo, con la barrita brava de los verdes festejando cada 1ro y 10 como si fuera un gol, lamentándose y hasta insultando por algún castigo de los árbitros y estallando en el primer touchdown de la noche. Los hinchas de los Chiefs, calladitos.

Con el correr de los minutos y de las cervezas, los pibes de los Eagles empiezan a creer que la victoria es posible. Y cada estallido es una mezcla de «bieeen» y de «yeees», que se repite en las intervenciones fallidas de un deslucido Mahomes.

En otra mesa, dos amigos uruguayos que viajaron especialmente para estar en el evento, se miran sin poder entender lo que pasa: Mahomes vuelve a ser interceptado cerca de su zona de touchdown y Philadelphia no perdona, 24-0, resultado que levanta la temperatura en Palermo.

«Vamos vamos los Eagles, vamos vamos los Eagles….», cantan los de verde, como si hubieran nacido en la tierra de Rocky Balboa.

Los hinchas argentinos de Philadelphia vivieron "su" noche. Foto: AVVA Producciones.Los hinchas argentinos de Philadelphia vivieron «su» noche. Foto: AVVA Producciones.

La parejita de venezolanos parece estar sufriendo por la amplitud del resultado: comen y hablan poco, él parece más concentrado en la tele y ella luce resignada, enfocada en su celular.

Pasó el show de mediotiempo de Kendrick Lamar y su rap intentendible, al que se le dio poca bolilla. La aparición de Serena Williams, como bailarina, despertó cierta sorpresa.

Tensión en la previa. Foto: AVVA Producciones.Tensión en la previa. Foto: AVVA Producciones.

Pero bailar, lo que se dice bailar, bailaron los Chiefs. Porque se reanudó el partido y los Eagles fueron una aplanadora que llegó a estar 34-0 arriba.

Un pase de touchdown de Mahomes sirvió para que los hinchas de los Chiefs se sacaran la bronca de un grito. Entre ellos estaba Vida, la nieta de Luis Alberto Spinetta, una de las que empezó a mirar NFL por Taylor Swift.

Vida, la nieta del Flaco Spinetta, vio el partido con amigas. Foto: AVVA Producciones.Vida, la nieta del Flaco Spinetta, vio el partido con amigas. Foto: AVVA Producciones.

Pero la noche era de color verde y los Eagles siguieron sumando jugadas y puntos. «Es un afano, suspendanló… borombombón, borombombón…», tronó en el subsuelo del hipódromo cuando Philadelphia se puso 40-6.

La fiesta siguió. En un plano del mariscal de campo de Philadelphia, Jalen Hurts, la barra verde ensayó una ovación de otras latitudes: «MVP, MVP, MVP…».

Llegó el final y el «Dale, campeón» que estaba más cantado que Despacito, pero esta vez golpeando las mesas. Eso sí, aplaudieron todos. Y la parejita de venezolanos se fue de la mano. «Ganó el mejor», coincidieron.

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