así fue la crisis de 1772


El pánico invadió al sector financiero cuando un socio decidió evadir un pago de deuda en Londres.

Cómo fue la crisis del crédito que experimentó Gran Bretaña en 1772.

Las décadas de 1760 y 1770 fueron testigos de un auge crediticio en Europa, el cual facilitó la expansión de la manufactura, la minería y las mejoras internas principalmente en Gran Bretaña como en las trece colonias. Apoyado por comerciantes y banqueros, este período fue considerado próspero, y gracias a la Ley Townshend y el desglose de la Ley de No Importación hubo un importante crecimiento en las exportaciones del país a sus colonias.

Sin embargo, en tiempos de paz llegó la tormenta; Alexander Fordyce, un socio de la banca Neal, James, Fordyce y Down en Londres, había perdido £300,000 en acciones de la Compañía de las Indias Orientales. Aunque parezca un movimiento inofensivo, el 8 de junio de 1772 Fordyce huyó a Francia para evitar pagar la deuda, lo que resultó en un colapso de la firma británica.

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Como resultado llegó un pánico generalizado en Londres, ya que el crecimiento económico dependía en gran medida del uso de crédito. Y como el crédito dependía principalmente de la confianza, una vez que esta disminuyó, los bancos se declararon en bancarrota. Una multitud se reunió en las entidades financieras para retirar sus depósitos, lo cual fue el detonante de la crisis de créditos del 72′.

Los efectos de la crisis de créditos en 1772

En Europa los efectos negativos llegaron para aquellos bancos que manejaban su estabilidad bajo la especulación. Un ejemplo de esto fueron los socios del Ayr Bank, que pagaron no menos de 63 663,397 para pagar completamente a sus acreedores. Debido a este proceso, solo 112 de los 226 socios permanecieron solventes hasta agosto de 1775.

La crisis impactó en el número de quiebras. De hecho, en Londres aumentó de 310 a 484 en 1772 y a 556 en 1773. Por otra parte, esta problemática profundizó el deterioro de las relaciones entre Gran Bretaña y sus colonias, especialmente las del sur. Los comerciantes británicos solicitaron con urgencia el pago de la deuda, y los plantadores estadounidenses enfrentaron el grave problema de cómo pagar la deuda por varias razones.



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