Argentina Open: Francisco Cerúndolo dio el batacazo ante Zverev, el número 2 del mundo, y se metió en semifinales

Estalló el estadio central del Buenos Aires Lawn Tennis cuando Alexander Zverev enganchó la derecha y mandó la pelota a la tribuna. Estalló porque ese error del alemán sentenció el batacazo de Francisco Cerúndolo, quien bajó al máximo favorito del Argentina Open y se metió en las semifinales. Y estalló porque el porteño, 28° del mundo, le regaló a la gente un enorme triunfo en el cierre de un día complicado otra vez por la lluvia y lo hizo jugando un gran tenis, pero sobre con una cabeza muy fuerte, que no lo dejó aturdirse por el entorno ni desconcentrarse por las difíciles condiciones del encuentro.

«Estoy muy contento. En términos de ranking es el mejor partido de mi carrera, porque estaba el número dos del mundo enfrente, que viene jugando impresionante y viene de ser finalista en Australia», comentó emocionado el argentino tras ese 3-6, 6-3 y 6-2, que fue, como él lo dijo, la victoria más importante de su trayectoria.

Nunca antes Cerúndolo había podido vencer a un rival ubicado tan alto en el ranking. El mejor resultado hasta ahora había sido ante el noruego Casper Ruud, por entonces tercero, en los octavos de Barcelona. Ahora dejó en 4-4 su récord ante top 5 y 12-13 frente a top 10. Y este festejo tiene quizás un sabor más dulce porque lo consiguió en su casa.

«Fue un partido muy raro por el viento. Al principio estaba muy difícil y ninguno de los dos jugó bien por las condiciones. La pelota se movía muchísimo y era difícil pegarle. Había que ser muy paciente y correr menos riesgo. En el tercero me sentí más cómodo y pude elevar mi nivel . Y estoy contento porque lo saqué adelante a pesar de todo. Fue una victoria trabajada y estamos en semis», agregó quien volvió a esta instancia en el certamen después de cuatro años: había sido finalista en 2021.

Estaban ilusionados los hinchas argentinos con un batacazo de Francisco. Es que el porteño había arrancado con dos sólidas victorias su camino en el certamen: un doble 6-4 ante Luciano Darderi, 59°, y un 6-2 y 6-3 ante su hermano Juan Manuel. Y ya sabía lo que era doblegar en una cancha al alemán, a quien le había ganado el único partido que habían jugado, en los octavos de final del Masters 1000 de Miami del año pasado.

Estaban ilusionados los hinchas y fue evidente por el marco que le dieron al partido. En el estadio no quedaba ni una butaca libre cuando los protagonistas salieron a la cancha, pasadas las 20, después de una larga espera forzada por el clima.

La gente se hizo sentir desde el primer punto. No solo con canciones y gritos de aliento para Cerúndolo. También con algunos silbidos que buscaban alterar al alemán, sobre todo cuando se disponía a sacar. Una y otra vez tuvo que pedir el umpire silencio durante el primer set. Y siempre había alguno en las tribunas que no le hacía caso.

A Zverev no le importó en ese momento. Y se llevó el primer set con autoridad, tras quebrar en el sexto game gracias a dos doble faltas consecutivas.

Pese a la ventaja en el marcador, el alemán no dominaba y Cerúndolo fue de a poco encontrando la manera de incomodarlo. Las condiciones los molestaron a los dos. Porque en el segundo set el viento se hizo más intenso, levantaba el polvo de ladrillo y complicaba el impacto de la pelota. Hubo errores de los dos lados. Pero en el arranque de ese parcial, el que más se equivocó fue el alemán.

En acción: Fran Cerúndolo venció a Zverev. (AP)

Por eso el porteño pudo revertir un 1-2 (cedió su saque en el tercer game) y pasó a un 5-2. Y cuando parecía que tenía el set en el bolsillo, un fuerte chaparrón forzó a parar la acción. Y los jugadores se fueron al vestuario.

Media hora más tarde, volvieron a aparecer en escena. Y luego de que Zverev achicara la distancia con un gran game de servicio, Cerúndolo cerró el set por 6-3 y llevó la definición al tercero.

Antes de ese último game de saque del argentino, el alemán volvió a cambiar la raqueta por una nueva que había mandado a encordar ya iniciado el partido. Fue el segundo cambio: el primero lo había hecho en el capítulo inicial. Parecía que no le encontraba la vuelta a la tensión.

Con un «arma» fresca, Sascha logró bajar un poco la cantidad de errores. Pero Cerúndolo ya había encontrado cómo incomodarlo: con los peloteos largos desde el fondo y haciéndolo correr por toda la cancha. Así el porteño consiguió dos quiebres en el último set y sacó una ventaja de 4-1.

Fran Cerúndolo celebra el triunfo a grito pelado. (Emma Fernández)Fran Cerúndolo celebra el triunfo a grito pelado. (Emma Fernández)

Con Fran adelante y jugando muy bien, la emoción de la gente iba en aumento. Hasta el punto que algunos se pasaron de la raya. Tanto silbaron a Zverev cuando estaba por sacar que en un momento el alemán se frenó y gritó: «Respeten a los jugadores». Y se llevó un aplauso cerrado de todo el estadio, que dejó en claro que no respaldaba a esos pocos maleducados que se negaban a jugar limpio.

Nada de ese intercambio desconcentró a Cerúndolo, quien en el cierre hizo lo que tenía que hacer. Bajo la mirada de papá Alejandro, que sufría en el box de jugadores, sostuvo su saque para ponerse 5-1. Y aunque no pudo aprovechar su primer match point con el germano al saque en el séptimo game, lo terminó cerrando en el siguiente tras dos horas y 12 minutos.

Cerúndolo jugará este sábado por el pase a la final ante el español Pedro Martínez, que avanzó sin jugar gracias a la baja por lesión del italiano Lorenzo Musetti.

«Será otro partido durísimo. Pero voy por todo. Espero que la cancha esté llena con toda la gente alentándome», comentó el porteño, con la adrenalina todavía a mil y la felicidad de una victoria impresionante.

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