Argentina lució desdibujada y perdió con Paraguay: hacía dos años que no le daban vuelta un resultado
La cuestión es conocida: todos le quieren ganar al campeón del mundo. Así, cada selección entrega un poco más cuando enfrente está la Argentina de Lionel Messi, por eso los partidos de visitante últimamente suelen salir trabados, friccionados, confusos. No estuvo lúcida la Scaloneta en Asunción, entró en el laberinto que propuso Gustavo Alfaro y Paraguay dio vuelta el resultado para imponerse 2-1 en el Defensores del Chaco.
Esta vez, Lionel Scaloni metió mano en la táctica: optó por un atípico 4-2-3-1, con Julián Álvarez abierto por la izquierda -como suele hacerlo en Atlético de Madrid y como lo hizo en el duelo ante Bolivia-, con Messi iniciando recostado sobre la derecha y con Lautaro Martínez como referencia. ¿Qué movimiento extra pensó el papá de la Scaloneta? Intentó meter a Alexis Mac Allister entre los mediocampistas centrales de Paraguay. Así, el hijo del Colorado estuvo más cerca del Toro que de Enzo Fernández y de Rodrigo De Paul, quienes se repartieron el eje. Y Argentina logró una parte del trabajo porque manejó ampliamente la pelota: 77 por ciento a lo largo de los 90 minutos. Pero careció de profundidad e inteligencia para respetar su esencia.
En los instantes iniciales de la etapa inicial, la posesión fue alta y buena. Igual, faltó ser más punzante en los metros finales. También es cierto que los locales se refugiaron cerca del arco que defendió Roberto Fernández. Un dato de la etapa inicial que evidencia la falta de picante en el campo rival: Emiliano Martínez (19) la tocó más veces que Mac Allister (13).
Rápido en el juego Lautaro Martínez recibió un gran pase de Enzo Fernández y anotó con un zurdazo cruzado. Hubo suspenso porque el VAR fue quien determinó que el goleador de Inter de Milán estaba habilitado. Argentina consiguió lo más complejo en el amanecer del duelo y la sensación era que el trámite le iba a quedar cómodo.
La jugada que cambió la actitud de los argentinos fue la falta de Omar Alderete a Messi a poco del final de la etapa inicial. Salió eyectado del banco Scaloni pidiendo la segunda amarilla para el zaguero zurdo. También todos los futbolistas de la Scaloneta rodearon a Anderson Daronco para reclamar. La acción fue, cómo mínimo, polémica. Y esa sensación de injusticia quedó dando vueltas en el juego.
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