El papa Francisco recibirá en audiencia al rey Carlos III de Inglaterra y a Camilla el 8 de abril próximo


ROMA.- La gran noticia llegó a la una de la madrugada, hora italiana, la medianoche de Londres, desde el Palacio de Buckingham. En el marco de la ya anunciada visita de Estado que sus majestades, el rey Carlos III y la reina Camilla, harán en abril próximo a la Santa Sede y a Italia, está previsto que el papa Francisco los reciba en audiencia el martes 8 de ese mes. Entonces, tal como consignó un comunicado “real”, los monarcas británicos no sólo tendrán una audiencia con el Pontífice en el marco del año jubilar en curso, sino que, además, junto a él participarán de una celebración ecuménica en la Capilla Sixtina, centrada en el tema del “cuidado de la creación”, reflejando el compromiso con la naturaleza tanto del rey Carlos como del pontífice argentino. La visita prevé, además, una visita de la pareja real a la Basílica papal de San Pablo Extramuros, donde suelen darse las celebraciones ecuménicas.

El comunicado -que la familia real difundió a la medianoche pensando en los periódicos- significó una verdadera breaking news en Roma. Dejó en claro que los médicos del papa Francisco -internado desde el 14 de febrero pasado intentando recuperarse de una difícil neumonía-, que hasta ahora fueron más que prudentes y la semana pasada hablaron de la necesidad de “ulteriores días de hospitalización”, prevén que para ese fecha su paciente ilustre no sólo habrá sido dado de alta, sino que, además, estará ya recuperado al punto de poder recibir al rey Carlos III, que es también la cabeza de la Iglesia de Inglaterra (anglicana).

El rey Carlos III de Gran BretañaKin Cheung – AP

Fuentes del Vaticano consultadas por LA NACION dijeron que el Palacio de Buckingham jamás habría comunicado la audiencia papal del 8 de abril sin el visto bueno de la Secretaría de Estado de la Santa Sede. El Rey Carlos, siendo príncipe de Gales, conoció a tres papas en su vida: Juan Pablo II (lo recibió junto a Diana en 1985), Benedicto XVI cuando visitó el Reino Unido, y el Papa Francisco, que lo recibió junto a Camilla en abril de 2017. Su madre, la reina Isabel II visitó varias veces el Vaticano, fue recibida junto a su consorte por el papa Francisco en abril de 2014 y estuvo para el Jubileo del año 2000.

La noticia de la audiencia “real” el 8 de abril -lo que también hace deducir que Francisco podrá estar de vuelta para la Semana Santa-, llegó después de otra jornada sin boletín médico. Como se adelantó la semana pasada, vista la estabilidad de su paciente ilustre, los médicos decidieron hacer muchos menos frecuentes sus partes porque no quieren repetir todos los días los mismo.

No obstante, Matteo Bruni, director de la Sala de Prensa del Vaticano, en su contacto de la tarde con los periodistas, brindó información de todos modos alentadora. “La situación del Papa es estacionaria con leves mejoras gracias a la terapia respiratoria y motora”, dijo. “Utiliza menos la oxigenación de altos flujos con las cánulas nasales y en algunos momentos puede prescindir de la oxigenoterapia”, precisó, al confirmar que “de noche usa la ventilación mecánica no invasiva”, es decir, la máscara que cubre nariz y boca conectada a un aparato que envía aire a los pulmones.

La reina Isabel II del Reino Unido y el papa FranciscoArchivo

Describió por otro lado, la rutina de la jornada del Pontífice, que alternó oración, con reposo y algo de trabajo; y adelantó que el próximo boletín médico será el miércoles próximo.

Como la foto difundida en la víspera -la primera del Papa después de 31 días de internación-, planteó muchos interrogantes al verse solo de costado, la Sala de Prensa también detalló que “la hinchazón de la mano vista en esa imagen se debe a la menor movilidad, pero ya hoy ha mejorado”.

Como era de esperar, la difusión de la imagen provocó reacciones de lo más diversas. Divididas entre quienes interpretaron la foto como una muy buena noticia y una evidente señal de que se está recuperando y quienes se quedaron preocupados y elaborando teorías conspirativas porque “se mostró al Papa sin mostrarlo realmente”. Este grupo interpretó, por ejemplo, que el Papa aparece medio de espaldas para ocultar las cánulas nasales de alto flujo que viene utilizando durante el día. En este sentido, la Sala de Prensa subrayó que para pequeños desplazamientos como puede ser ir de su cuarto a la capillita, el Papa tiene autonomía respiratoria y que justamente sus médicos están intentando reducir la dependencia de la asistencia.

Foto difundida por el Vaticano en que se ve al papa Francisco celebrando misa en una capilla del Hospital Policlínico Agostino Gemelli de Roma, el 16 de marzo del 2025. Vatican Press Hall

Lo cierto es que quienes conocen a Jorge Bergoglio, que hasta ahora quiso que los médicos difundieron los más mínimos detalles, también los más crudos, de las dramáticas crisis respiratorias sufridas en esta larga internación -la última, doble, el 3 de marzo-, no hubiera tenido ningún problema en mostrarse con las vías nasales. De hecho, no dudó en ostentar su fragilidad ya el 6 de marzo pasado, cuando envió un audio para agradecer a quienes rezan un rosario todas las noches en la Plaza de San Pedro, en el que se le notaba una voz sufrida, entrecortada, sin aliento, muy débil.

Quienes conocen al exarzobispo de Buenos Aires también destacaron que nunca le gustó que le sacaran fotos de frente en momentos de oración y recogimiento: cada vez que suele ir a rezar ante el ícono de la Virgen de la Basílica de Santa María Mayor -algo que hace antes y después de cada viaje internacional-, suelen sacarle fotos de espalda.

Algunos también destacaron esa pequeña parte visible del rostro perfectamente afeitado, así como el pelo, prolijamente cortado. Aunque en ese aspecto, Bergoglio siempre fue muy pulcro y cuidadoso, algo que cuatro semanas de hospital no cambian, sobre todo habiendo habido graduales mejoras en los últimos diez días.

En un clima ya no tan alterado, el cardenal italiano Pietro Parolin, secretario de Estado y número dos de Francisco, rechazó en forma tajante la posibilidad de que su jefe máximo pueda llegar a renunciar, como su predecesor. “Absolutamente, no”, dijo Parolin al ser consultado al margen de un evento por el Ramadán, al recordar que la semana pasada tuvo su última conversación con Francisco en el Gemelli, según consignó la agencia ANSA.

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