La reducción en el ritmo de ajuste del dólar oficial implementada por el Banco Central (BCRA) a partir de febrero tuvo un efecto muy bajo en la inflación de dicho mes, de acuerdo con las estimaciones de los economistas. Aun así, en los próximos meses podría verse un mayor impacto.
La innegable desaceleración de la inflación que comenzó a palparse hacia fines de 2024 tuvo al atraso cambiario como un factor de explicación fundamental, sino el más relevante. Esta fue una de las razones por las cuales los bienes estuvieron aumentando muy debajo de los servicios (50,2% vs. 121,3% en los últimos 12 meses), ya que los primeros tienen una mayor exposición al comercio exterior y, por ende, a las fluctuaciones en el valor de la divisa.
Desde la consultora C-P sostuvieron en un reciente informe que «la estabilidad del dólar es siempre importante para la Argentina, pero su relevancia actual es mayor por ser la herramienta principal a partir de la cual el Gobierno pretende sostener la baja de la inflación». En ese marco, remarcaron que en febrero «las autoridades redoblaron recientemente su apuesta por el ancla cambiaria» al reducir el «ritmo de depreciación mensual del dólar oficial (del 2% al 1%) y permitir el vencimiento del impuesto PAIS sin implementar sustitutos».
En febrero la inflación de bienes se aceleró: ¿Cómo impactó la baja del «crawling peg»?
Sin embargo, en el segundo mes del año el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC presentó un incremento del 2,4%, superior al 2,2% de enero. La aceleración fue explicada fundamentalmente por el alza en alimentos y bebidas, resaltando las subas en carnes (superiores al 7% en casi todo el país), a la vez que también tuvo influencia el mayor aumento en la división de educación, en el marco del inicio de clases.
Si bien los servicios volvieron a subir por encima de los bienes en el mes en cuestión (3,1% vs. 2,1%), mientras los primeros se desaceleraron respecto del mes previo (desde un 3,8%), los segundos mostraron un avance (desde un 1,5%). Es en este escenario que los especialistas vislumbraron, por lo menos hasta el momento, una baja correlación entre la mayor apreciación cambiaria y las variaciones de precios.
«No vimos que haya impactado la baja del ‘crawling’ en el dato de inflación», señaló Leila García Kerman, de la consultora Econviews ante la consulta de Ámbito. Desde LCG coincidieron y agregaron que la mayor tensión en la brecha cambiaria (lo cual obligó al BCRA a vender reservas para contener los precios del los dólares financieros) «podría estar agregando algo de presión«.
El economista Gonzalo Carrera, explicó a este medio que, de los 37 rubros que se pueden ver desagregados en el IPC, aproximadamente 16 siguen al tipo de cambio (ya sea el oficial o los paralelos, dependiendo el contexto). «Sacando a la carne, de los 15 rubros restantes, ocho presentaron desaceleraciones (solo cinco de ellas significativas) y siete exhibieron aceleraciones. Por lo tanto, diría que todavía es bastante incipiente el efecto de la baja del ‘crawling'», profundizó.
El especialista observó que en «los alimentos que no son carne» sí se vio algo de impacto, mientras que en el resto de los productos, en particular los importados, no ocurrió lo mismo. No obstante, recordó que se trata de rubros que «vienen muy tranquilos en los últimos meses, entre la baja del Impuesto PAIS, la calma en el mercado cambiario y la mayor apertura comercial».
El Gobierno necesita del ancla cambiaria: ¿Qué se espera para los próximos meses?
De cara a los próximos meses, Carrera pronosticó que la reducción del «crawling» va a tener un mayor reflejo en la inflación.
Lo mismo expresó Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos, al afirmar que «debería empezar a verse el impacto, sobre todo en bienes». En cuanto a lo ocurrido en febrero, coincidió con Carrera en que «por el momento no se ha visto mucho efecto» del cambio establecido por el BCRA para el dólar oficial, aunque advirtió que puede haber tenido algún efecto en ropa (+0,4%), bastante ligada a los tipos de cambio, o en equipamiento y mantenimiento del hogar (+1%), división que incluye a electrodomésticos, muchos de ellos importados.
En resumen, el oficialismo necesita que los próximos datos acusen recibo del ancla cambiaria en pos de su objetivo de que la inflación perfore el 2% mensual. Esto es ya que en los últimos cinco meses el IPC general mostró variaciones similares, lo cual muestra signos de estancamiento en el proceso de desaceleración.
Para marzo no se espera un cambio significativo, ya que educación seguirá arrojando presión al índice, al igual que los ajustes en las tarifas del transporte público y nuevas subas en carnes.
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