Valentín Perrone, el europibe que eligió correr para Argentina: nació en España y a los 17 años está a solo dos pasos de llegar al MotoGP


En Tailandia, donde el Mundial de Motociclismo disputó su primera fecha, un joven debutante con cara de nene y ojos claros profundos estuvo diez minutos sacándose fotos. «En mi vida me había pasado. No me decían: ‘Ey, KTM, una foto’. Me llamaban por mi nombre y sabían quién era y eso me gustó», cuenta Valentín Perrone a horas de correr por primera vez en la tierra que adoptó como propia aunque nació en Barcelona, a más de 10 mil kilómetros del Circuito Internacional Termas de Río Hondo donde este fin de semana volverán las motos de más alto nivel tras su ausencia en 2024.

Su padre, Marcelo, que lo acompaña en la redacción de Clarín, es el responsable de que este catalán de 17 años que nunca había estado aquí compita con bandera argentina desde que a los 3 se subió a una minimoto. Ahora, le devuelve el gesto con un pasaje de avión para que vuelva a la casa paterna en Caballito 23 años después de la última visita y a 25 de dejar atrás la patria para buscar un futuro en Europa. «Nunca fue una opción venir de vacaciones. Es increíble traerlo a su país, a su casa, gracias a las motos«, confiesa el piloto que corre con KTM en el equipo Tech 3 Racing de Moto3, una de las teloneras del MotoGP, y que el domingo fue por primera vez a un estadio de fútbol para ver «el River» del que es hincha papá, en una de las pocas salidas en sus 72 horas en modo turista antes de viajar a Santiago del Estero, donde está instalado desde el martes.

El trazado de Termas lo conoció gracias a la Play, aunque el miércoles en el track walk descubrió que “no se veía así en los videos”. «Como el año pasado como no se corrió en Argentina, lo pusieron en pistas históricas y solo se puede jugar en MotoGP. Así que lo he jugado bastante y el circuito me lo sé. Aunque en MotoGP es totalmente distinto, la versión de Moto3 la jugué muchísimo toda la temporada y las referencias de frenada y todo son tan parecidas que el primer día en Tailandia, cuando di la primera vuelta, dije ‘he estado aquí mil veces’”, recordó sobre aquella primera carrera que terminó con un abandono porque derrapó después del contacto de otro piloto.

“Pero aunque sepas el circuito, la realidad es que se va tan al límite con los tiempos en esta categoría que dan tres vueltas y están en el tiempo del récord del circuito. En Portimao, la primera vez que probé una Moto3, no había salido ni a pista y ya estaban a medio segundo del récord. O sea, salís a aprender el circuito y ya te están adelantando por todos lados. Me preguntaba cómo lo hacían, si hasta parecía fácil cuando los veía. Ese primer día me adelantaban como querían, no podía seguir a nadie y yo me sentía rápido. Y sufrí mucho, un montón -reconoce-. Y después, en los entrenos en Jerez, me quedaba un segundo por mejorar y pensaba ‘pero si estoy en mi límite ya, no puedo más’. Es una locura cómo van y hasta qué límite llegan”.

La desventaja, según Perrone, está en que nunca manejó una Moto3 y apenas se hacen unos pocos entrenamientos oficiales antes del arranque de la temporada, que consta de 22 fechas. «En velocidad vamos a 250 kilómetros por hora. Pero eso no es problema, se puede llegar, la moto es igual para todos. Lo que cambia es lo técnico y sobre todo es el piloto. Hay algunos acá que llevan seis años con esta moto. De los nuevos me está costando tanto porque soy el único nuevo que no había probado una Moto3 nunca. Me salteé un paso, que es el Europeo con Moto3, donde normalmente se está dos años», aclara. Sobre la moto, agrega que “a simple vista, se ve una moto diferente pero no gran cosa” pero que cuando te subís “es totalmente distinta”. “La primera vez que me subí era todo demasiado raro, como si no estuviera pilotando yo. Al final no te deja disfrutar y ser tú mismo, como que la moto te lleva. Y cuando empiezas a ir rápido, tú haces lo que quieras con la moto”, agrega.

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