Revelan que en 10 años la Argentina podría generar US$7400 millones de tres sectores claves

SAN NICOLÁS.- “La Argentina tiene una de las cargas tributarias más altas del mundo, con una estructura impositiva compleja y más de 155 impuestos y tasas”. El dato lo dio Gastón Utrera, presidente de Economic Trends SA, que mostró un estudio de Propyme de 60 páginas donde destacó que “los productos metalúrgicos soportan, en promedio, un 32% de impuestos sobre el costo de fabricación, más del doble que en Brasil o México, lo que desincentiva la producción industrial”.

En este contexto, afirmó que, en promedio, más de un tercio de la carga tributaria sobre la actividad metalúrgica son impuestos considerados “distorsivos”, debido a su menor incidencia en países comparables y su impacto acumulativo en la cadena de valor.

Para el directivo, en maquinaria agrícola, la industria enfrenta el desafío de nuevos escenarios macroeconómicos en los cuales la agenda de competitividad, además de importante, se torna urgente, tanto “portones adentro como portones afuera”.

La competitividad puertas adentro tiene que ver con la productividad y con la eficiencia, pero hacia afuera está todo lo que una empresa eventualmente no puede controlar como la eliminación de impuestos distorsivosMarcelo Manera

En esa línea, aseguró que la competitividad puertas adentro tiene que ver con la productividad y con la eficiencia, pero hacia afuera está todo lo que una empresa eventualmente no puede controlar como la eliminación de impuestos distorsivos, la reducción de la presión tributaria, la eliminación de regulaciones que entorpecen la actividad económica y una reforma laboral en sentido amplio.

El documento resaltó que existe “una oportunidad de US$7400 millones para la Argentina en los próximos 10 años, ligado a tres grandes sectores de la economía.

“Se los llama tractores o grandes transatlánticos: minería, energía convencional, energía no convencional o renovable y el agro. Estos sectores son los que van a cambiar realmente la cuenta de la Argentina. Para que eso suceda hay mucha tarea por hacer. En el caso de la energía son los pozos de petróleo, Vaca Muerta con gas y petróleo, pero atrás, para poder perforar ese pozo debe haber una cadena metalmecánica que tiene que aprovecharse. Ya pasó esto en Estados Unidos que les faltaban pymes metalmecánicas. Lo más importante en mantener la industria, evitando a China, pero sí compitiendo contra países que son comparables”, detalló.

En esa línea, indicó que hay cinco factores para que el sector productivo fluya. Una es tener una macroeconomía estable, sana, sin inflación, que “este Gobierno lo está haciendo muy bien”. Los otros cuatro tienen que ver con la carga impositiva, el financiamiento, una logística muy compleja y el costo laboral.

“Trabajar primero en estos factores es clave para una secuencia de integración inteligente al mundo”, destacó.

Luego, con un ejemplo, el directivo buscó poner blanco sobre negro de lo que significa para la industria el mantenimiento de tributos distorsivos que entorpecen el crecimiento productivo de un país.

Afirmó que, en lo que es maquinaria e implementos agrícolas, el costo impositivo de la fabricación va desde el 30% (un cabezal) hasta un 40% (una estructura metálica). Subrayó que la incidencia del componente laboral no salarial en la fabricación de un cabezal en la Argentina arroja también un sobrecosto.

Afirmó que la Argentina enfrenta un complejo desafío: “Bajar el gasto público y reducir rápidamente la presión tributaria para no perder terreno en un contexto mundial que está apostando por industrias locales más fuertes mientras busca protegerse de prácticas desleales”Marcelo Manera

“Si hoy se eliminaran los tres tributos que se acumulan en la cadena de producción (Ingresos Brutos, Comercio e Industria, Créditos y Débitos Bancarios), el costo de fabricación de un cabezal se reduciría 10,2%. Y, si se aplicaran la compensación de saldos técnicos de IVA y eliminación de Ingresos Brutos, Comercio e Industria y Créditos y Débitos Bancarios, el costo de fabricación de un cabezal se reduciría 16,4%”, indicó.

Por último, afirmó que la Argentina enfrenta un complejo desafío: “Bajar el gasto público y reducir rápidamente la presión tributaria para no perder terreno en un contexto mundial que está apostando por industrias locales más fuertes mientras busca protegerse de prácticas desleales”.

LA NACION

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