Maravilla Martínez y una fe que mueve montañas (y cura rodillas): “Hablé con Dios y me dijo que tenía que jugar el clásico”


Su ausencia pegó duro y nada indicaba que pudiera jugar este domingo, justo en el derbi de Avellaneda. Sin embargo, Adrián Martínez será titular. Sí, el goleador todavía no está recuperado de un edema óseo en el platillo tibial interno que sufrió hace 20 días, pero ya le avisó a Gustavo Costas que no se perderá el duelo que se disputará en el Libertadores de América. Y será, fundamentalmente, por una cuestión de fe.

“Gustavo, hablé con Dios y me dijo que tenía que jugar este partido, no me puedo perder el clásico”. Palabras más, palabras menos, esta frase escuchó Costas de los labios de Maravilla, quien no pudo estar ante San Lorenzo y Huracán por un profundo dolor en la rodilla derecha. Tan convencido está el delantero que hasta preparó una remera con citas bíblicas que mostrará debajo de su camiseta si logra marcar ante Rodrigo Rey, como hizo el 29 de abril del año pasado en la cancha de los vecinos.

Creer o reventar, aunque todavía no tiene el alta médica, Martínez quiere jugar. Y más allá de que la lesión que arrastra tiene un plazo de recuperación de cuatro a cinco semanas, lunes y martes se entrenó con el objetivo de ser de la partida. Costas lo pondrá de entrada. Arriesgará. Aquel antecedente y los números de su capocanonniere no dejan margen para la duda. Sobre todo, por el rival que tendrá enfrente y por las cuatro derrotas consecutivas que, por ahora, lo están dejando afuera del grupo de los ocho en la Zona A.

Sin Martínez, la Academia obtuvo 4 victorias, un empate y lamentó seis derrotas. El porcentaje desciende a 33 puntos. También, el promedio de gol (1,45 contra 1,84), ya que en esos partidos solo marcó 16.

Desde que salí de la cárcel, me focalicé en Dios. Un ejemplo es lo que pasó en enero (de 2024), porque Racing tenía el dinero para contratar a un 9 de trayectoria y me eligió a mí. Fue Dios quien me puso en este camino, aunque después todo depende de quién hace los goles. Me puede pasar de tocar dos o tres pelotas y que vayan adentro, o que peguen en el palo y se vayan afuera. Pero siempre voy a hacer el esfuerzo y estar en todos los detalles para que las cosas salgan bien”, contó sobre su relación con la magmánima figura.

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