Franco Armani, el símbolo de la bronca en River: la noche de gloria que no fue y la imagen que lo muestra al borde de las lágrimas
No tiene suerte Franco Armani con los penales. El recuerdo del último tiro desde los doce pasos que había atajado en River sirvió para un título de Boca. Se trata de aquel penal de Jonathan Galván que todavía lamenta Racing todo. Pero aparece un nuevo registro: la noche del miércoles 5 de marzo, en la Nueva Olla de Asunción del Paraguay, el arquero hizo todos los méritos para convertirse en el héroe de un nuevo título Millonario, el que hubiera sido el primero de la vuelta de Marcelo Gallardo al club de Núñez. Pero el que celebró fue Talleres de Córdoba.
El equipo cordobés le ganó la Supercopa Internacional al porteño en una definición infartante con de 12 tiros desde los 12 pasos. El último fue autoría de Gastón Benavídez, quien marcó el gol que sentenció el triunfo para la T.
En Talleres, pateó primero Emanuel Reynoso y la estrelló contra el travesaño. Le vino bien al Pulpo porque su compañero, Matías Rojas, había arrancado errando. Joaquín Mosqueira convirtió el segundo (el Pulpo llegó a arañar la pelota antes de que entrara) pero después arrancó el show de Franco Armani que le atajó sus tiros a Cristian Tarragona y a Ulises Ortegoza.
Luego, no perdonaron Nahuel Bustos ni Benavidez, quien remató potente al ángulo superior izquierdo del arquero para el 3-2 final y el estallido de toda la T.
La situación fue tan frustrante para el arquero que, cuando el equipo se reunió para esperar la premiación de Talleres, se lo vio muy angustiado y al borde de las lágrimas.
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