“El verano venía bien. Es una lástima lo que ocurrió, porque fue un cisne negro. Hubo una falla imprevista, pero con una afectación enorme”, resume el día un experimentado conocedor del sector. A las 6 de la tarde, todavía en el mercado eléctrico nadie tenía una explicación para el desperfecto que provocó que, a las 5.23 de la madrugada, se produjera el desenganche de dos líneas paralelas de trasmisión de Edesur, que estaban transportando 500 MW de potencia cada una de energía de la Ciudad para el resto del área metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
La demanda a esa hora, si bien era 3% mayor a la prevista, no implicaba un nivel que pudiera hacer colapsar el sistema. El daño, sin embargo, ya estaba hecho para todo el día. A las 12.40, cuando el sistema todavía seguía vulnerable, volvieron a desengancharse otras dos líneas de Edesur del mismo corredor de transmisión. A esa hora, la sensación térmica en el Gran Buenos Aires (GBA) rozaba los 40° grados. Pasadas las 14, alrededor de 2 millones de personas quedaron sin servicio eléctrico, hubo un caos de tránsito en la Ciudad y al menos 51 personas tuvieron que ser asistidas en ascensores varados.
“Hicimos el recorrido en la mañana y lo único que se encontró fueron algunos cables tirados en el piso, que no eran de Edesur, abajo o cerca de las líneas. No se puede afirmar nada por ahora, pero no tiene pinta de una falla común. Efectivamente, la demanda a esa hora [por la madrugada] era muy baja. La línea que se cortó al mediodía no es la misma de la mañana, pero era la que continuaba el recorrido de trasmisión”, explicaron en la distribuidora eléctrica.
Edesur brinda el servicio a 2,5 millones de clientes, emplazados en dos tercios de la Ciudad y a los municipios de Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora, Almirante Brown, Esteban Echeverría, Ezeiza, Berazategui, Cañuelas, San Vicente, Presidente Perón, Florencio Varela y Quilmes.
La salida de servicio de las líneas paralelas de 220 kV, a su vez, provocaron que se apaguen por protección las máquinas generadoras de Central Puerto, Central Costanera, Central Barragán y de Dock Sud, que operan las empresas Central Puerto, Pampa Energía e YPF Luz. A las 12.40, la situación implicó una pérdida de demanda de 1150 MW, equivalente a más del 12% del consumo eléctrico en el Gran Buenos Aires a esa hora.
“Las líneas estaban operando normalmente. No se sabe a ciencia exacta a qué se debió la falla, no hubo ninguna torre caída, ni ningún conductor desprendido. No son líneas que fallen habitualmente, no había viento, ni era un día seco, el terreno estaba húmedo, y la demanda no era alta. Hay hipótesis de fallas raras. El mejor escenario es que haya sido un sabotaje, porque así uno se asegura que no vuelva a pasar. Al no saber, está el temor de que se repita la falla en los próximos días, justo cuando se esperan más días calurosos”, dijo el analista.
La Secretaría de Energía informó que las dos líneas de alta tensión que salieron de servicio al mediodía son las que conectan las subestaciones Costanera y Hudson (las líneas 50 y la 51, para los conocedores técnicos). A su vez, son la continuación de las dos que conectan las subestaciones Bosques y Hudson (la 30 y 31), que habían salido de servicio a la madrugada. Todas son operadas por Edesur, por eso los usuarios mayoritariamente afectados son los del sur del Gran Buenos Aires (GBA).
“Todavía no está establecido el origen de la falla y tampoco hay un informe al respecto. El sistema todavía está en proceso de normalización de la red de Edesur y de la generación que se perdió en las distintas fases de los eventos”, dijeron fuentes oficiales, cerca de las 17. A las 18, todavía había 37.700 usuarios afectados (120.000 personas).
La caída del suministro afectó también el servicio brindado por el sitio del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) que se encarga de informar el número de afectados. Desde la Secretaría de Energía informaron que el ENRE “está haciendo una investigación para proceder conforme al marco regulatorio en lo que a multas y sanciones se refiere”.
Al comiendo del día, hubo 2200 MW de pérdida de generación eléctrica fuera de servicio, algo que no afectó al resto del Sistema Argentino de Interconexión (SADI). El corte de suministro quedó cercado en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), aunque los usuarios de Edenor prácticamente no tuvieron interrupciones significativas. Sin embargo, debido a que todavía no se conoce el origen de la falla, no se descarta que pueda volver a ocurrir en los próximos días.
El corte masivo se dio justo el mismo día que el Gobierno publicó un nuevo aumento de entre 1,5% y 1,7% en las tarifas para los usuarios de luz en el AMBA y para los de gas en todo el país, que rige desde el consumo de este mes. Se espera que esta suba sea la última de manera discrecional, ya que a partir de abril debería entrar en funcionamiento el esquema de ajuste automático mensual, según una fórmula establecida vinculada a la inflación, que tendrá vigencia por cinco años.
El nuevo esquema, diseñado en la revisión quinquenal integral (RQT), apunta a dar previsibilidad tanto a los usuarios como a las empresas, para que puedan hacer las inversiones correspondientes para mejorar la calidad de los servicios.
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