El Área Nueva de Xiong’an, ubicada en la provincia de Hebei, en el norte de China, es un proyecto que redefinirá el desarrollo urbano en el país. Destinada a convertirse en el 19º distrito y una nueva zona económica nacional, este emprendimiento se aparta de los modelos establecidos por Shenzhen y Shanghai-Pudong, apostando por un enfoque innovador y sostenible.
Conocida como la “Ciudad del Futuro”, Xiong’an abarca un triángulo estratégico denominado “Jingjinji”, que une los condados rurales de Rongcheng, Xiongxian y Anxin. En su primera etapa, la ciudad cubrirá aproximadamente 100 km², mientras que para 2035 alcanzará los 2000 km², una superficie tres veces mayor que la de Nueva York.
La culminación del proyecto en 2049, coincidiendo con el centenario de la República Popular China, busca albergar a 25 millones de habitantes, posicionándose como la ciudad más tecnológica, conectada y medioambientalmente sostenible del país.
Localización y presupuesto histórico
A solo una hora de Shijiazhuang, capital de Hebei, y a unos 100 km de Beijing y Tianjin, Xiong’an estará estratégicamente conectada a través de líneas ferroviarias de alta velocidad y canales acuáticos. Además, se encuentra a 20 km del Aeropuerto Internacional de Beijing-Daxing, lo que garantiza una excelente conectividad.
El presupuesto estimado oscila entre US$170.000 y US$580.000 millones, convirtiéndose en la mayor inversión pública en la historia de China. Más de la mitad de estos fondos estarán destinados a infraestructura de última generación, superando ampliamente las inversiones realizadas para eventos icónicos como los Juegos Olímpicos de 2008.
Un enfoque novedoso y sostenible
La visión detrás de Xiong’an es la de una ciudad verde, inteligente e innovadora, priorizando el desarrollo sostenible y la protección ecológica. Con el objetivo de consumir el 100% de energía limpia, el proyecto busca minimizar las emisiones de carbono, implementar economías de ciclo corto y fomentar la autosuficiencia.
Por ejemplo, los edificios generarán su propia energía y cultivarán alimentos para reducir dependencias externas. Este modelo se complementa con estrictas regulaciones ambientales que ya han llevado al cierre de más de 5000 empresas que no cumplían con los estándares de emisiones.
Sin embargo, la transformación ecológica de una región históricamente dependiente del carbón presenta enormes desafíos, como la descontaminación del lago Baiyangdian, una fuente clave de agua potable.
Una ciudad del talento y la tecnología
Xiong’an también está concebida como un centro neurálgico para industrias de alta tecnología, atrayendo talentos de todo el país. Zhongguancun, conocido como el Silicon Valley chino, planea construir un nuevo parque científico en la región, trasladando a cerca de 500.000 científicos y decenas de empresas tecnológicas desde Shenzhen. Se estima que el 80% del crecimiento económico de la ciudad provendrá de estas industrias.
Entre los desarrollos previstos destacan sistemas de movilidad inteligente con vehículos autónomos, administración urbana basada en inteligencia artificial, y la implementación de moneda virtual y sistemas avanzados de gestión de datos.
Un modelo de desarrollo estatal único
A diferencia de otras metrópolis chinas, Xiong’an es un proyecto completamente estatal, dirigido y financiado por el gobierno central bajo el estricto control del Partido Comunista de China. Según Xi Jinping, la ciudad representa una “estrategia crucial para este milenio”, marcando un nuevo paradigma de desarrollo urbano basado exclusivamente en el sector público, sin intervención del capital privado extranjero.
Desafíos y futuro
El proyecto no está exento de dificultades. La reubicación de miles de pobladores, el clima extremo y la ubicación en una zona pantanosa con recursos hídricos limitados son algunos de los retos más apremiantes. A esto se suma la necesidad de mitigar los altos índices de contaminación del agua y el aire.
En el contexto del 14º Plan Quinquenal, que introduce el concepto de “Circulación Dual”, Xiong’an también es una apuesta estratégica para consolidar una economía de mercado socialista robusta y adaptable al escenario global.
Con su finalización prevista para 2049, Xiong’an aspira a convertirse en un emblema de la modernidad y la sostenibilidad, representando un nuevo capítulo en la transición histórica hacia un crecimiento coordinado y respetuoso con el medio ambiente.
LA NACION
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