El hermano del juez Ariel Lijo se retira de su actividad comercial
La designación por decreto del juez federal Ariel Lijo como ministro «en comisión» de la Corte Suprema de Justicia impulsó a su hermano, el poderoso abogado «Freddy» Lijo, a vender su famoso Haras La Generación, donde se lo podía ver al juez hace varios años atrás, y cerrar definitivamente su actividad comercial en el sector agrícolo-ganadero y turfístico.
El plan del poderoso lobista judicial de Comodoro Py Freddy Lijo es vender sus caballos de carrera en dos etapas: el 11 de mayo, la sociedad ARG-Sales ya anunció que venderá alrededor de 40 yeguas madres y 30 potrillos nacidos en 2023; mientras que a fin de año se desprenderá de los últimos 30 potrillos nacidos el año pasado, con los que Freddy Lijo liquidará su haras, que actualmente ocupa unas 60 hectáreas en la localidad bonaerense de Dolores.
«Es imposible dedicarse a cualquier actividad comercial, porque cualquier cosa que haga es vista en forma sospechosa, por la alta exposición pública de su hermano», dijo a Clarín una fuente cercana a Freddy Lijo. Y aseguró que, por eso, el año pasado vendió su empresa agrícola-ganadera, donde engordaba ganado, y este año no renovó los contratos de arrendamiento de campos donde sembraba maíz y soja.
«Sólo se va a dedicar, de acá en más, a su actividad profesional», añadieron a Clarín cerca de Freddy Lijo. Es que sus actividades comerciales se pusieron en el centro de las sospechas, por su posible sociedad con su hermano juez, especialmente luego de la designación del presidente Javier Milei para que ocupe un lugar en la Corte Suprema de Justicia.
Freddy Lijo es un poderoso abogado, a quien se considera un duro lobbista en Comodoro Py, que trabajó en la Auditoría General de la Nación (AGN) junto al auditor Javier Fernández.
De hecho, en el pasado Freddy Lijo compartió sociedades comerciales con personas vinculadas con la política, como la expareja de Claudio Uberti, en Finaig Consultores; un balneario en Necochea y una financiera con el exjuez Eduardo Freiler; y la empresa Caledonia Seguros con el exfuncionario de Cristian Ritondo, Marcelo Rochetti, entre otros, firma que emitió cédulas azules de autos que manejaban los hermanos Ariel y Freddy Lijo.
Su exesposa, María Carla Lago, lo involucró en su momento en el manejo de dinero de su hermano juez, a quien solía vérselo en el Haras La Generación, aunque su pasión son los canarios.
Cuando consultaron a la exesposa de Freddy Lijo por el haras, ella dijo en el Consejo de la Magistratura, en 2017: «Es de mi ex marido. Creería que Ariel Lijo tiene alguna participación porque hace muchos años que se dedica a criar caballos de carrera, porque va muy seguido y porque también compartieron los gastos de la obra».
Pero todas las denuncias fueron desestimadas por la Justicia y el Consejo de la Magistratura, incluyendo una muy potente que fue impulsada en 2018 por Elisa Carrió, que lo acusaba de ser el jefe de una asociación ilícita que traficaba influencias en los tribunales federales de Comodoro Py.
Luego de las denuncias y polémicas generadas por esa cercanía con jueces y políticos, Freddy Lijo resolvió finalmente cerrar todas sus actividades comerciales, tomar distancia de las actividades sociales con funcionarios judiciales y dejar de representar legalmente a dirigentes políticos.
El hermano del juez Lijo y los caballos
Freddy Lijo suele quejarse por la actitud del gobernador Axel Kicillof, que retiene parte del dinero que le corresponde a la actividad turfística, por un impuesto del 9 al 15% que pagan los casinos y bingos bonaerenses, que debería destinarse a los hipódromos de Azul, Dolores, La Plata, San Isidro y Tandil.
Según contó el periodista Diego Yañez Martínez, en La Nación, la Asociación de Propietarios de Caballos de Carrera denunció al ministro de economía bonaerense, Pablo Julio López, por retener unos $2.600 millones que pagaron los bingos y casinos, para sostener la actividad turfística. Esa denuncia se desestimó cuando se liberó el pago, pero los atrasos y la falta de control siguen, según fuentes de la industria hípica.
«Nadie controla nada, porque es una caja política», aseguraron fuentes del sector turfístico a Clarín. Y agregaron: «¿Quién sabe cuánto recaudan los casinos y bingos de la provincia de Buenos Aires? Una vez que el gobierno recauda ese dinero, que nadie controla, luego demora varios meses en transferirlo a los hipódromos, con lo cual provoca una grave crisis en el sector».
A pesar de esa crisis, el haras de Freddy Lijo compró el año pasado la yegua La Validada, cuyo valor está entre 200.000 y 1 millón de dólares, que será vendida en el remate del próximo 11 de mayo.
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