Partidazo en el Nuevo Gasómetro: San Lorenzo le amargó el festejo de la Recopa a Racing sobre el final del partido
Es la última pelota y los hinchas están expectantes. Se palpita un milagro en el aire. Si cuando mejor jugó San Lorenzo, se encontró con una muralla verde y en desventaja… si cuando más le estaba costando el partido, logró el empate… Si este clásico había sido tan cambiante… ¿cómo no se iba a ilusionar en tiempo adicional? Entonces, llega el tiro libre de Matías Reali, impecablemente ejecutado, y el anticipo de Andrés Peralta, que gana en el cielo del área, y un cabezazo que hace imposible el esfuerzo de Facundo Cambeses. Es el tercer gol azulgrana y la fiesta del Nuevo Gasómetro.
Racing lamentará el partido que perdió. Todavía embriagado por el éxito internacional, arrancó perdiendo casi desde el vestuario, se sostuvo en las firmes manos de su arquero, lo dio vuelta cuando menos lo merecía y no lo pudo liquidar. Es cierto que Facundo Tello no cobró un penal de Jhohan Romaña sobre Matías Zaracho -aunque inadmisible fue no corregir el error del árbitro vía VAR-; también, que no lo pudo liquidar por las enormes fallas en la definición de Santiago Solari. El error de Gastón Martirena, sobrando con un taco de espaldas, le permitió empatar el duelo a Malcom Braida. El resto, ya se contó y terminó con la felicidad de San Lorenzo, que hacía una década no podía vencer a la Academia en su propio estadio.
San Lorenzo acorraló a Racing de entrada. Embravecido, salió decidido a llevarse puesto a su rival. Y en la primera jugada, cuando apenas se había disputado un minuto, llegó el gol azulgrana. Fue a partir de un tiro de esquina de Reali, un cabezazo de Romaña casi en el área chica, una notable reacción de Facundo Cambeses y la arremetida de Malcom Braida en el segundo palo.
Primero, bloqueó un disparo de Braida. Después, un cabezazo de Alexis Cuello que pudo ser la remake del 1 a 0 en otro córner de Reali. Más tarde, una doble tapada sensacional porque no solo se estiró para neutralizar una volea de Braida; enseguida, se recompuso para volar y salvar ante un bombazo de Matías Irala. Y también hubo un cabezazo de Andrés Vombergar que pasó a centímetros del poste izquierdo de Cambeses.
Y fue así que la Academia encontró el empate cuando la lluvia y el Ciclón arreciaban. Con un pase fenomenal de Almendra, una gran aventura individual de Nacho Rodríguez y una definición de goleador de Facundo Mura. Sí, después del enganche y el centro atrás del ex volante de Banfield, el lateral surgió en el corazón del área para resolver con un remate que pegó en el palo y dejó sin chances a Orlando Gill.
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