La revolucionaria tecnología con la cual ya no es necesario el alambrado y a las vacas las manejan por teléfono
Desde varios años, en muchos campos ganaderos de Estados Unidos no existen los alambrados –ni siquiera los eléctricos- para la alimentación pastoril de vacunos de carne. Han sido reemplazados por collares inteligentes en los animales, que delimitan cercas virtuales mediante señales que les trasmiten. La tecnología fue vista en Mushrush Ranches, una empresa de cría y cabaña de Kansas, en un viaje organizado por Select Debernardi.
“Los campos ganaderos de Kansas basan la alimentación del rodeo en el pastizal natural. Prácticamente el 100% de la superficie en pastoreo mantiene el tapiz original desde hace años. No es algo caprichoso, porque es una zona con muchas colinas y piedras, donde es muy complicado implantar pasturas cultivadas o desarrollar planteos agrícolas”, define Daniel Mushrush, uno de los responsables de una empresa de cría pastoril y cabaña de Angus Colorado, ubicada cerca de Strong City, Kansas. Es un emprendimiento que ya lleva tres generaciones trabajando en ganadería, que vende aproximadamente 250 toros por año y vaquillonas preñadas.
“Llueve un promedio de 800mm por año, pero con tormentas cortas y chubascos, tras lo cual sobrevienen muchos días de sequía. Con ese régimen, el campo natural crece en primavera verano y genera forraje con alto contenido de proteína, pero en invierno se seca y pierde abruptamente la calidad, por lo que la proteína cae a valores del 2 o 3%. El pasto seco llena el rumen, pero nada más”, añade.
“En Mushrush Ranches desarrollamos un planteo de cría y cabaña, mientras que los vecinos hacen recría durante 100 días y, cuando el forraje pierde calidad, entregan los novillitos a engordes a corral que los terminan”, distingue.
“En la superficie de la empresa familiar -3100 hectáreas- tenemos un 5% de superficie implantada con festuca, que produce muy bien durante otoño, invierno y primavera. Para aumentar la producción del campo desarrollamos pastoreo intensivo, inicialmente con parcelas con cercas eléctricas, por las cuales las vacas se movían diariamente”, recuerda.
“Era un sistema que requería mucho trabajo y en Kansas no tenemos empleados porque son muy caros. Por eso, trabajamos mi esposa, mi padre, mi hermano y yo atendiendo los requerimientos de la ganadería”, asevera.
“Mover una cerca eléctrica es algo sencillo, pero no hay tiempo para hacerlo diariamente en forma correcta. Entonces, nos estamos ayudando con la cerca virtual”, explica. Es un sistema que, mediante señales positivas y negativas, establece límites que las vacas no deben traspasar”, abunda.
“De esa manera buscamos aumentar la eficiencia de cosecha del pasto y la producción de carne con menos trabajo. Es una herramienta que permite agrandar el campo sin tener que comprar más hectáreas, que son muy caras en la zona”, agrega.
“En el campo usamos la tecnología Halter, que incluye collares que dan señales a cada animal, con paneles solares que generan la energía para su funcionamiento, sin depender de las baterías que tienen otros sistemas y que pueden generar fallas”, diferencia. El movimiento de la hacienda a lo largo de las parcelas se puede programar con facilidad desde un teléfono celular anticipadamente.
El sistema tiene dos tipos de señales para los animales: positivas y negativas. Las negativas consisten en un shock eléctrico que castiga al animal que no respeta los límites que no debe traspasar. Las positivas, en cambio, son sonidos o vibraciones que, igual que el reflejo de Pavlov, generan determinadas conductas en los animales; en este caso, los inducen a detenerse ante un límite virtual.
El principio que hay detrás del sistema es que no se debe trabajar contra la vaca con shocks eléctricos permanentes, sino con estímulos positivos que entienden. “En Mushrush Ranches colocamos collares inteligentes en 200 vacas y las movemos diariamente con el teléfono en parcelas de una hectárea, para tener todos los días pasto fresco y limpio”, cuenta Daniel.
“En el caso nuestro, para el aprendizaje del sistema, partimos de una parcela con alambrado eléctrico como se hacía tradicionalmente y superpusimos ese límite con el provisto por la cerca virtual, por la que recibían señales al acercarse al alambrado eléctrico” rememora.
“Eso duró tres días. Al día quinto se sacó la cerca real porque ya los animales habían aprendido que no debían pasar de determinado límite y entendieron los estímulos que produce el collar”, añade. “Adoptamos este sistema de cercas virtuales hace ya tres años. Estamos muy conformes porque era necesario para aprovechar mejor el campo y ´para aumentar la carga animal y el resultado económico de la cría”, resume el empresario.
La familia Mushruh tiene cabaña de Angus Colorado y selecciona sus vientres principalmente por rusticidad, un carácter necesario para el invierno riguroso de Kansas, cuando debe enfrentar barro, frío y nieve.
Por otro lado, busca un animal de estructura moderada que requiera poca energía para su mantenimiento, con buenas patas y ubres, para poder producir en esas condiciones. También se busca que las vacas tengan facilidad de parto –paren sin ayuda en lotes grandes- y que den terneros con alto ritmo de crecimiento y buenas carcasa.
Con relación a los datos de producción, Daniel lleva test propios medidos con los DEP que presenta como atributos de su cabaña, en la que ofrece animales de buen fenotipo y numerosa información, que aseguren buena performance en distintas condiciones, buscando que las vacas trabajen para el productor y no al revés.
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