Asumió Orsi en Uruguay: la imagen de los expresidentes en la jura y el mensaje de Lacalle Pou durante el traspaso
MONTEVIDEO.- Tres bastones apoyados en el balcón. Tres expresidentes que debieron apoyarse en esos bastones para moverse por el Salón de los Pasos Perdidos. Tres expresidentes que reflejan ideologías diferentes, que representan pensamientos contrapuestos y que estaban ahí, en el majestuoso Palacio Legislativo, para escuchar con atención el discurso del nuevo presidente y transmitir su apoyo a la democracia y deseos de buena gestión.
El profesor de historia Yamandú Orsi, del izquierdista Frente Amplio, asumió este sábado como presidente de Uruguay hasta 2030 en el día que el país celebró los 40 años de democracia. En tiempos en que el mundo sufre desvíos autoritarios o de falta de apego a la institucionalidad, este país se jactó de dar una imagen republicana que fue elogiada por gobernantes que llegaron del exterior para sumarse a la ceremonia.
En ese balcón de la Asamblea General se abrazaron los expresidentes Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000), Luis Alberto Lacalle (1990-1995) y José “Pepe” Mujica (2010-2015), y conversaron amablemente durante la ceremonia. El primero es un colorado batllista socialdemócrata, el segundo es un blanco nacionalista liberal y el tercero, un frenteamplista tupamaro, que irrumpió a la vida política como maoísta.
Orsi agradeció especialmente a cada uno de ellos, que fueron ovacionados con aplausos, y recordó a quienes “lamentablemente no están”, también ovacionados: el colorado liberal Jorge Batlle (2000-2005) y el frenteamplista socialista Tabaré Vázquez (2005-2010 y 2015-2020).
En tanto, el presidente saliente, el blanco liberal Luis Lacalle Pou (2020-2025), esperaba en la Plaza Independencia frente a la Casa de Gobierno, para traspasar la banda presidencial y desear suerte a su sucesor y adversario político.
La sesión parlamentaria del sábado comenzó con la llegada de Orsi y la nueva vicepresidenta, Carolina Cosse, que fueron recibidos por una delegación de todos los partidos. Varios de los mandatarios visitantes -entre los que no estaba el argentino Javier Milei, quien decidió quedarse en la Argentina para preparar su discurso ante la Asamblea Legislativa- destacaron estos gestos y hechos como una demostración de por qué Uruguay es el único país de América del Sur considerado “democracia plena” en un ranking de The Economist, con respeto a la separación de poderes y con lógica confrontación ideológica, pero sin “grieta”.
Cada gobierno ha dado continuidad a líneas generales del anterior y eso lo ratificó Orsi en su discurso: “No comienza un tiempo de refundación, sino uno de nuevas propuestas y de construcción permanente”.
Agregó que “este gobierno llega precedido de esa acumulación positiva” de gobiernos anteriores y que gracias a eso se han “conquistado cada vez más derechos, cada vez más desarrollo cultural, artístico y científico”. “Esa acumulación positiva ha permitido también que Uruguay sea un país de reglas estables, donde los contratos se cumplen, donde el Estado honra sus compromisos, donde la estabilidad macroeconómica es una política de Estado”, dijo el nuevo presidente.
Orsi dijo que se podrá “discrepar en los instrumentos para lograr un mayor reparto de los frutos del trabajo nacional”, pero que no se puede “ignorar las reglas de funcionamiento de la política que Uruguay mantiene desde su restauración democrática”.
En su discurso ante el Parlamento, el nuevo presidente dijo que su plan de gobierno tendrá como objetivos la aceleración de la tasa de crecimiento, la inserción social de las familias pobres y el combate firme al crimen organizado.
El Frente Amplio tiene 17 votos en un Senado compuesto por 31 miembros, pero cuenta con 48 diputados en la Cámara de Representantes de 99 bancas, o sea que le faltan dos votos para asegurar la mayoría. Esa es una novedad para la izquierda porque en sus tres períodos anteriores contó con mayoría propia en cada cámara.
La oposición se compone por los partidos que estaban en el gobierno en torno a Luis Lacalle Pou y que ahora dan pasos para constituir la Coalición Republicana, como un lema común no solo para votar juntos sino para articular políticamente.
Colorados, blancos y los socialcristianos y socialdemócratas del Partido Independiente se lamentaron de la derrota electoral de noviembre y recordaban que si hubieran votado bajo un lema común, como hace la izquierda, podían haber tenido mayoría en Senado y en Diputados, y hubiesen llegado al balotaje con mejores chances.
De esa forma, el sistema político pasa a un choque de dos bloques: la coalición de izquierda Frente Amplio en el gobierno, por un lado, y la alianza de centro y derecha, Coalición Republicana, por el otro. En el medio queda un movimiento antisistema -Identidad Soberana- liderado por un abogado mediático que tiene dos votos en Diputados y transmite que rechaza a los dos bloques, a los que considera iguales.
Sobre las 17, luego del ceremonial del Parlamento y antes de la fiesta de espectáculos en las calles, Lacalle Pou se sacó la banda presidencial se la colgó a Orsi, le habló al oído, le abrazó y lo aplaudió. “Estoy a la orden”, le dijo. Orsi juntó sus manos en señal de agradecimiento.
“El país es uno solo”, remarcó el flamante mandatario. “Hay mucho para hacer, sin duda, pero lo tenemos que hacer con la cabeza y el corazón siempre puestos en aquellos que más nos necesitan. Hay un pueblo que nos espera, que tiene muchas expectativas en cada cambio de gobierno”, dijo frente a los seguidores que fueron a ver el acto.
Queda esa imagen y la de los tres expresidentes juntos como fotos históricas de un día histórico para Uruguay.
Esos tres expresidentes, con bastante más de 80 años cada uno, comenzaron su vida política a final de los años cincuenta. Sanguinetti fue ministro de Estado mientras Lacalle era diputado y Mujica era revolucionario en armas, mientras Orsi era un niño que jugaba en el caserío de sus padres en una localidad de Canelones, llamada “Tierra de Campeones”.
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