El Inter Miami de Lionel Messi contó con un héroe inesperado que le empató a New York City FC al minuto 100, en el debut en la MLS


Pinceladas de la enorme jerarquía de Lionel Messi; protagonismo de Inter Miami en el juego, pero también gran fragilidad defensiva; y desatenciones de esas que sólo se ven en la Major League Soccer (MLS) y le hacen muy mala publicidad a la liga estadounidense. En definitiva, lo de siempre. Todo eso se vio en el debut con empate 2-2 de Las Garzas como local frente a New York City.

«El equipo que tenemos hoy por hoy está construido para ganar campeonatos y en esa línea estamos», había dicho Messi en el adelanto de una entrevista para Apple que se difundió en la previa del partido. Y el comienzo del encuentro para los dirigidos por Javier Mascherano fue auspicioso.

Se lo vio enchufado a Messi en los primeros minutos. Fue el único acompañante de Luis Suárez en ataque, pero constantemente se tiraba atrás para juntarse con los mediocampistas más adelantados y abastecer al Pistolero. Incluso, se juntó cerca del círculo central con Sergio Busquets, otro de sus amigos y ex compañeros en Barcelona. Era la manija del equipo. Así, rápidamente a los cuatro minutos de juego, llegó el 1-0.

A la salida de un tiro de esquina jugado en corto, Leo se filtró dentro del área, recibió un pase a medida de Jordi Alba y asistió a Tomás Avilés, el ex futbolista de Racing que abrió el marcador al tirarse al piso para definir. Y a los 21′ tuvo Inter Miami una ocasión de peligro para el 2-0 que Suárez no logró concretar.

Sin embargo, todo cambió con la expulsión de Avilés, que vio la roja por una jugada de último hombre. Y ahí vino el gol del empate. De tiro libre al borde del área, todos esperaban el remate al arco de Maxi Moralez e insólitamente dejaron libre al esloveno Mitja Ilenic. El ex Vélez y Racing sorprendió, jugó la pelota para Ilenic, autor del 1-1. Error inaceptable de Las Garzas. Mascherano se agarraba la cabeza.

Y si de errores se trata, qué decir del regalo que le sirvió Jordi Alba al costarricense Alonso Martínez. Desconcentrado, el defensor español jugó un pase atrás que no encontró a un compañero, sino a un rival. Martínez no perdonó.

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