Revelan otro crimen aberrante que la policía cree que Dominique Pelicot cometió años antes de la violación masiva


PARÍS.- En diciembre, un tribunal condenó a Dominique Pelicot a 20 años de prisión por drogar a su esposa Gisele e invitar a decenas de hombres a su dormitorio para violarla entre 2011 y 2020.

El proceso conmocionó a Francia y convirtió a Pelicot en el depredador sexual más infame del país. Su esposa, Gisele, se convirtió en un icono feminista.

Pero la policía y los fiscales sospechan que ella no es la primera víctima. “Gisele Pelicot teme ser sólo la punta del iceberg”, declaró en una entrevista uno de los abogados de la mujer, Antoine Camus.

Un peatón pasa junto a un mural que dice «Justicia para Gisele, Justicia para todos» cerca del juzgado de Aviñón, donde se lleva a cabo el juicio por violación de Mazan, en Aviñón, sur de Francia, el 18 de diciembre de 2024MIGUEL MEDINA – AFP

Mientras Dominique se encontraba en prisión esperando su juicio, la policía lo confrontó con pruebas de ADN que lo vinculaban con el intento de violación de una mujer de 19 años en la región de París en 1999. Después de horas de interrogatorio, admitió haberla drogado y le dijo a la policía: “Soy yo”.

También se lo investiga por la violación y asesinato de una mujer de 23 años en 1991. Pelicot negó cualquier implicación en el asesinato, pero los fiscales lo acusaron en 2022 de ambos delitos, que son tan similares que se han fusionado en un solo caso.

Las dos víctimas eran jóvenes agentes inmobiliarios de la zona de París. Ambas fueron agredidas violentamente con un cuchillo, atadas, drogadas con éter y con la parte inferior del cuerpo desnuda. En ambas escenas del crimen se encontraron los zapatos de las víctimas cuidadosamente colocados en la habitación.

En esta imagen de archivo, una ilustración elaborada por Valentin Pasquier durante el juicio muestra a Gisèle Pelicot (izquierda) y a su exesposo, Dominique Pelicot, en la corte de Avignon, en el sur de Francia, el 17 de septiembre de 2024. (AP Foto/Valentin Pasquier, archivo)Valentin Pasquier – AP

No se ha fijado fecha para el juicio.

Hoy, Pelicot, de 72 años, está encarcelado en el sur de Francia, no lejos del pueblo donde él y su esposa, ahora divorciada, se habían jubilado. Pero en 1991, Pelicot trabajaba como agente inmobiliario en París y en 1999 había conseguido un empleo como vendedor de alarmas contra incendios y sistemas telefónicos.

La mujer asesinada, Sophie Narme, llevaba un mes trabajando en su primer empleo como agente inmobiliario cuando fue asesinada.

El 4 de diciembre de 1991 por la tarde, su empleador descubrió su cuerpo sin vida y parcialmente desnudo en un departamento del último piso que había mostrado a un cliente esa misma mañana en el distrito 19 de París. La policía sospecha que el cliente era el señor Pelicot, que utilizaba un nombre falso.

En la escena del crimen y durante la autopsia detectaron un fuerte olor a éter. La joven había sido golpeada, drogada, apuñalada, estrangulada con su propio cinturón y violada, según los documentos de la investigación leídos en el tribunal durante su juicio el año pasado.

Aunque la escena del crimen mostraba rastros de violencia, con el contenido del bolso de Narme esparcido por la habitación, sus zapatos de tacón alto fueron encontrados cuidadosamente colocados junto al cadáver.

Sophie Narme, una joven violada y asesinada en París en 1991, que según la policía, podría haber sido víctima de Dominique PelicotCortesía

Ocho años después, en 1999, una agente inmobiliaria de 19 años se reunió con un posible cliente en el último piso de un edificio de apartamentos en la región de París para lo que se suponía que era una visita de rutina para ver una unidad de alquiler. El cliente, de quien las autoridades nuevamente sospechan que era Pelicot usando un alias, le pidió que tomara algunas medidas en el apartamento.

Cuando ella le dio la espalda, la inmovilizó contra el suelo, la obligó a tumbarse boca abajo, le ató las muñecas con una cuerda y le presionó una tela empapada en éter contra la nariz, según el abogado de la víctima, cuyo nombre no ha sido revelado. Ella intentó contener la respiración mientras la drogaba.

Le quitó los zapatos de tacón alto y los colocó cuidadosamente a un lado. Recordó haber sentido un cúter contra su piel mientras su atacante le apretaba la garganta con el brazo.

“Todavía estaba aletargada por el producto que me había hecho inhalar”, dijo la mujer a los investigadores según los documentos del caso leídos en el tribunal. “No podía darme la vuelta, recuerdo que me sentía como prisionera de mi propio cuerpo. No quería que viera que estaba despierta. Sentía que no podía moverme”.

Pero los efectos de la droga pasaron pronto y la víctima luchó contra su agresor y luego logró esconderse en un armario durante horas, cerrándolo desde adentro. Su agresor finalmente se fue.

El artista y activista francés Voltuan sostiene un cartel que dice en francés «Gracias por tu valentía, Gisele Pelicot» mientras la gente se reúne frente al tribunal de Aviñón el 19 de diciembre de 2024, esperando el veredicto en el juicio de un hombre, junto con otras 50 personas, acusado de drogar a su esposa y orquestar múltiples violaciones durante casi una décadaCLEMENT MAHOUDEAU – AFP

La policía recogió restos de sangre de él en los zapatos de la mujer y en el suelo alfombrado, pero durante años no lograron ningún avance. En 2011, el caso fue desestimado.

Sólo se reabrió cuando se vinculó al caso del asesinato de Narme.

Durante los últimos 34 años, Florence Rault, la abogada de la madre de Narme, siguió adelante con el caso de asesinato y pidió regularmente al tribunal que analizara piezas de evidencia o explorara nuevas pistas. “Lo hice por Sophie”, dijo Rault. “Le prometí a su madre que llegaríamos hasta el final de esta historia y que ella no moriría antes de saber el nombre del asesino de su hija”.

Agentes de policía caminan en el juzgado de Aviñón antes del juicio de Dominique Pelicot, en Aviñón, sur de Francia, el jueves 5 de septiembre de 2024Lewis Joly – AP

Ya en 2004 la policía había establecido una conexión entre ambos casos, pero entonces el sistema nacional de clasificación de los antecedentes penales por ADN acababa de crearse y apenas funcionaba.

Los rastros de esperma encontrados en la escena del crimen de 1991 fueron perdidos por el instituto forense encargado de analizar la muestra.

En 2010, Pelicot fue detenido por primera vez por filmar por debajo de las polleras de mujeres en un centro comercial de la región de París, utilizando una cámara oculta en una lapicera. En ese momento, fue condenado a pagar una multa de 100 euros.

Gisele Pelicot, abandona el tribunal con su hijo David Pelicot después de una sesión del juicio contra la expareja de Pelicot, Dominique Pelicot, acusada de drogarla durante casi diez años e invitar a desconocidos a violarla en su casa de Mazan, una pequeña ciudad del sur de Francia, en Aviñón, el 11 de septiembre de 2024CHRISTOPHE SIMON – AFP

En 2020, lo volvieron a descubrir en un supermercado del sur de Francia, pero esta vez el guardia de seguridad animó a las víctimas a presentar una denuncia oficial para que la policía pudiera realizar una investigación.

Fue entonces cuando la policía afirmó haber vinculado el ADN del Pelicot con el intento de violación de 1999.

Rault es ahora también la abogada de ese caso. A través de Rault, la mujer que sobrevivió dijo que había seguido adelante y que no quería hablar públicamente sobre el caso. Sin embargo, participó en los procedimientos legales y confrontó al Sr. Pelicot en 2023 como parte de la investigación.

En conjunto, los acusados de violar a Gisèle Pelicot se enfrentan a más de 600 años de cárcel

Para entonces, Pelicot ya había confesado muchos detalles del intento de violación. Dijo a la policía que había ido a una agencia inmobiliaria en París porque quería volver a familiarizarse con su antiguo trabajo y comprobar los precios de los alquileres.

Dijo que actuó por “impulso”, después de reunirse con el agente y concertar una cita para visitar el apartamento. Luego regresó a su coche para buscar la cuerda y lo que describió como “un producto para limpiar reposacabezas”: una botella de éter.

“No tenía intención de tener relaciones con ella”, declaró al juez de instrucción, explicando que la drogó porque quería mirar su cuerpo desnudo evitando cualquier violencia. “Durante mucho tiempo intenté olvidarlo”, añadió. “Pido disculpas por mentir, fue difícil admitirlo”.

La abogada de Dominique Pelicot, Beatrice Zavarro (R), habla con la prensa al salir de la sala del tribunal en Aviñón el 19 de diciembre de 2024MIGUEL MEDINA – AFP

Su abogada, Béatrice Zavarro, dijo que la declaración a la policía no equivalía a un “reconocimiento formal” del crimen.

“Reconoce la materialidad de hacerla dormir, no reconoce portar un cuchillo y explica que si todo esto ocurrió no fue con la intención primaria de violarla”, afirmó.

Los medios de comunicación franceses también han informado de que la policía está investigando dos casos similares de 1995 y 2004, aunque Pelicot no ha sido interrogado por la policía sobre ellos, dijo su abogado.

En cuanto al asesinato de 1991, Pelicot negó en repetidas ocasiones cualquier conexión. “No hay manera de que vaya a confesar algo así porque realmente no quiere que lo reconozcan como un asesino”, dijo su abogado. “Porque él no es un asesino”.

Diario The New York Times

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