El balance cambiario de 2024 cerró con un saldo positivo de u$s10.901 millones, reflejando un fuerte aporte del sector agropecuario y agroindustrial, que representó el 86% de las divisas netas generadas en el país.
De acuerdo con un informe de la consultora DataMiazzo, las exportaciones agrícolas totalizaron u$s30.487 millones en el año, consolidando al campo como el principal motor del ingreso de dólares.
David Miazzo, economista y director de la firma, destacó que el 14% restante provino de otros sectores como la minería (9%), la industria informática (3%) y el energético (2%). A su vez, la mayoría de las demás actividades operaron con una demanda neta de divisas, lo que se evidenció especialmente en diciembre, cuando la cuenta corriente registró un déficit de US$952 millones.
El desempeño positivo en la primera parte del año estuvo impulsado por la caída de las importaciones, en un contexto de menor consumo y desaceleración económica. A esto se sumó la recuperación del sector agroexportador, que dejó atrás el impacto de la sequía de 2023, la cual había generado pérdidas estimadas en u$s20.000 millones.
La recuperación agrícola no solo favoreció el ingreso de divisas, sino que también contribuyó al giro en el sector energético, que pasó de un déficit a un superávit. Sin embargo, en el tramo final del año, el balance externo se vio afectado por la apreciación del tipo de cambio, que encareció las exportaciones y abarató las importaciones medidas en pesos.
Campo: qué esperar para el agro este año
De cara a 2025, se espera que las importaciones sigan en ascenso debido a la liberalización comercial y la mejora en la actividad económica. En tanto, el aporte del agro podría perder participación relativa si las exportaciones energéticas de Vaca Muerta continúan en expansión. No obstante, el panorama para el campo es incierto, ya que los precios internacionales no acompañan y la producción se mantiene estable.
El informe también detalla que otros sectores fueron grandes demandantes de divisas. La industria automotriz requirió u$s3318 millones, el turismo y la hotelería u$s1031 millones, el transporte u$s1418 millones y el comerciou$s3027 millones. Además, se registró una demanda de u$s5031 millones en otras actividades sin especificación y u$s9748 millones en la industria manufacturera.
Miazzo subrayó que la medición de cuenta corriente considera no solo el comercio de bienes, sino también los flujos de servicios, rentas y transferencias. Esto explica por qué el superávit energético que surge de la balanza comercial es mayor que el reflejado en la cuenta corriente, ya que el primero solo contabiliza exportaciones e importaciones de bienes.
Así, 2024 cerró con un saldo positivo en la cuenta corriente gracias a la reactivación del agro y el ajuste en las importaciones. Sin embargo, la tendencia del último trimestre plantea desafíos para la sostenibilidad del superávit en el próximo año.
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