además del impacto global, también golpeará a los consumidores estadounidenses
La guerra comercial desatada entre Estados Unidos y China fue lanzada por el presidente Donald Trump por diversos motivos pero, más allá de la tensión bilateral, tendrá un impacto en el comercio global y en los consumidores estadounidenses que resultarán perjudicados, coinciden expertos consultados por Clarín.
El jefe de la Casa Blanca subió un 10% los aranceles a todos los productos chinos, una medida que entró en vigencia el martes a la madrugada, con el argumento de que Beijing no frena el tráfico de fentanilo, una droga sintética que mata a miles de personas en Estados Unidos. China respondió rápidamente con una suba de tarifas a productos estadounidenses que incluyen 15% sobre el carbón y el gas natural licuado (GNL) y otras represalias como una investigación antimonopolio sobre Google.
David Bachman, profesor de Relaciones Internacionales, experto en China de la University of Washington, dijo que “el gobierno chino está demostrando que no se dejará intimidar ni acorralar fácilmente. Intentará demostrar que una guerra comercial con China será costosa y no cederá a sus demandas. Al mismo tiempo, la respuesta china es relativamente moderada, lo que sugiere que está dispuesta a participar en negociaciones realistas”.
Los impactos
“La guerra comercial tendrá múltiples impactos a nivel mundial. Esto alentará a los países a tratar de evitar el mercado estadounidense lo mejor que puedan y a buscar sus propios acuerdos comerciales con otros países para eludir a Estados Unidos. La incertidumbre causada por las guerras arancelarias y comerciales dañará la confianza y la estabilidad de las empresas y, por lo tanto, será un freno para el crecimiento económico global”, añadió.
Respecto a los motivos por los que Trump tomó esta medida, Arthur Dong, profesor de Negocios, experto en Asia de Georgetown University, dijo que responde a tres razones: “El primero es satisfacer a una audiencia de política interna. China es ampliamente rechazada entre el pueblo estadounidense. Tanto los demócratas como los republicanos ven a China como un rival económico, estratégico y de seguridad. Por lo tanto, hacer declaraciones fuertes sobre China le proporciona a Trump una moneda política, ya que tener una postura firme contra China es popular”, señaló.
“En segundo lugar, la postura política que toma prestada de una página del manual maquiavélico: es mejor ser temido que amado. Trump ahora parece un héroe para el pueblo estadounidense debido a su capacidad para enfrentarse a los gobiernos extranjeros”, añadió el experto.
Y en tercer lugar, añadió, “hay una serie de cuestiones que preocupan a Trump en lo que respecta a las relaciones entre Estados Unidos y China como el desequilibrio económico, ya que Estados Unidos compra muchos más bienes de China que los que China compra a Estados Unidos, y el conflicto con Ucrania porque Trump puede vincular la política comercial a que China cambie su postura hacia Rusia y retire su apoyo a Rusia”.
Además, agrega Dong, “Trump entiende que China está en un momento de debilidad. La economía china está cayendo en picada y la única forma en que pueden revitalizarse es exportando para salir de su declive actual. Trump sabe que China necesita acceso al mercado estadounidense y esa es la única forma en que pueden mantener a sus millones de personas empleadas”.
Trump también instaló tarifas de 25% a México y Canadá, aunque luego las pospuso por un mes, cuando el gobierno mexicano y el canadiense anunciaron medias para frenar la migración y el narcotráfico. El presidente republicano parece estar dispuesto a aplicar tarifas como arma de presión para conseguir lo que busca. ¿Pero cómo impacta esta guerra de tarifas en el bolsillo de los estadounidenses?
Bachman asegura que “las guerras comerciales perjudicarán a los consumidores en Estados Unidos. Una guerra comercial con Canadá tendría efectos negativos muy graves en General Motors y Ford Motor Company, por ejemplo, dada la interconexión de la cadena de suministro automotriz entre Estados Unidos y Canadá. Particularmente en invierno, pero durante gran parte del año, muchas frutas y verduras frescas en Estados Unidos provienen de México”.
Además, “los aranceles del 10%, además de muchas otras tarifas existentes sobre los productos chinos, aumentarán los costos para los consumidores, y el fin de la exclusión arancelaria de $800 creará enormes problemas en la administración aduanera, lo que ralentizará enormemente las ventas por correo de Shein y Temu (y en menor medida, Amazon)”, asegura el experto.
Para Dong, “si la guerra comercial no se detiene, EE. UU. se hundirá en una recesión. Esto perjudica mucho a los estadounidenses, se verán afectados en el bolsillo con el aumento de los precios de los alimentos y pagarán más por los automóviles y camiones, y también las autopartes. Se enfrentarán costos de seguro más altos y la industria de seguros tendrá que recalcular las primas para cubrir el aumento del costo de las piezas de automóvil y las piezas necesarias para las reparaciones”.
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