Nada nuevo bajo el sol del capitalismo

La disrupción de DeepSeek, el software chino de Inteligencia Artificial (IA), tiene efectos no solo en Wall Street sino en Sillicon Valley.

Según información proporcionada por la propia empresa china, generar DeepSeek costó US$5 millones en dos meses, utilizando GPU’s gamers con muchos menos parámetros que el hoy tradicional GPT-4 de Open AI y otros proyectos desarrollados en megacomputadoras, con costos que superaron los US$100 millones.

Empresas que dependen de ventas de chips de alto rendimiento (como Nvidia) podrían enfrentar una caída en la demanda, riesgo que provocó la reciente baja de dos dígitos en las acciones de esta empresa con impacto en el Nasdaq.

En síntesis, con menos costos y escala, DeepSeek realiza la misma tarea de procesamiento que los ahora tradicionales softwares de IA de Sillicon Valley.

Sin embargo, dado su origen chino, surgen dudas de la transparencia de la información proporcionada respecto de semejante reducción en los costos de inversión. Asimismo, se ha comprobado que DeepSeek está sujeta a la censura aplicada por el régimen chino como sucede con TikTok y WeChat. También se ha detectado que DeepSeek ha bajado la vara de la certeza informativa respecto de GPT-4 a los fines de reducir costos y acelerar los tiempos de procesamiento.

De comprobarse estas dudas, estaríamos ante otro caso de dumping depredador chino de ventas por debajo de los costos reales.

Si se corre el velo del asombro veremos que este fenómeno ya ha sido analizado por la teoría económica como una clásica disrupción tecnológica como el telégrafo, la energía eléctrica, el automóvil, las TIC’s, las puntocom, las apps o los robots, cuyo efecto “novedoso y permanente” sobre la economía no habría que sobredimensionar.

El crecimiento económico más que un efecto “levadura” equiproporcional como en el modelo tradicional del premio Nobel Robert Solow, es más bien una dinámica de “reproducción de champiñones” como propone la metáfora “Mushooms vs Yeats” del gran economista Arnold Harberger.

Para los economistas Phillip Aghion y Peter Howitt, el progreso tecnológico es un proceso no solo de innovación sino también de imitación y adaptación que provoca un proceso de destrucción creativa del capital como propuso el gran economista Joseph Alois Schumpeter.

Allí donde se realice la innovación estará el valor agregado. Las cadenas de valor global pasaron de la época del outsourcing de sus procesos productivos buscando locaciones de menores costos para partes y procesos al reshoring de mano de obra, insumos y productos, pero en ningún momento la sede central donde se genera la innovación cambio de sede.

DeepSeek es la app china que desde Beijing desafía a Silicon Valley con un modelo avanzado de inteligencia artificialPEDRO PARDO – AFP

La sede central de la generación de valor agregado estará en aquellos países que garanticen los “derechos de propiedad” que aseguren a la empresa innovadora la “apropiabilidad” de los resultados de la innovación.

Como postula la microeconomía, el tamaño mínimo de escala eficiente puede ser muy elevado al comienzo de la nueva ola tecnológica, haciendo que, transitoriamente, el mercado no sea desafiable o disputable en el sentido de Baumol.

Pero la diferencia entre monopolio innovador y competencia imitadora no es estática. Cuando a la dinámica de la innovación se le agrega la dinámica imitación, sucede un proceso de destrucción neoschumpeteriana donde nuevas empresas imitadoras a bajos costos, desafían a los incumbentes en un proceso de competencia monopolística, destruyendo empresas que no reducen costos a niveles de los nuevos competidores. Precisamente, la IA se generó en Sillicon Valley y su imitación competitiva en Beijing.

La única diferencia, con innovaciones del siglo anterior, es la frecuencia y velocidad y la escala global con que sucede el ciclo de innovación desarrollo y destrucción schumpeteriana en el siglo XXI. Si a ello se suma la característica de ser un ciclo con financiamiento apalancado, se decanta el caldo de cultivo para la “exuberancia irracional” de las burbujas tecnológicas del Nasdaq.

DeepSeek no es más ni menos que una nueva disrupción típica del modelo chino de bajos salarios ahora de ingenieros informáticos y capital y procesos descentralizados, pero con la característica de haber reducido la eficiencia informativa y aumentado la censura del IA.

Nada nuevo bajo el sol del capitalismo y el modo de competencia geopolítica de China.

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