¿anclar los salarios para controlar la inflación o mejorarlos para reactivar la economía?


Pese a que en el segundo semestre de 2024 los salarios atravesaron un proceso de recuperación, aunque muy heterogéneo entre trabajadores, el Gobierno busca que las paritarias corran atrás de los aumentos de precios como un complemento de la estrategia para seguir desacelerando la inflación. De cara a este 2025 electoral cabe preguntarse si el aporte del ancla salarial a la desinflación pesa más que sus efectos negativos sobre la actividad económica y el clima social.

Un informe de la consultora C-P remarcó al «poder del ancla cambiaria» como el factor que explicó la mayor parte del éxito desinflacionario de los últimos meses. Esto a su vez permitió una recomposición parcial del poder adquisitivo, ya que si bien los aumentos acordados fueron mermando en términos nominales, la más rápida desaceleración en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) hizo que sigan creciendo en términos reales.

Para este año la dinámica encuentra algunos cambios, ya que Javier Milei y su equipo económico tienen entre sus obsesiones reducir todavía más la nominalidad de toda la economía. Mientras el Banco Central (BCRA) ya anunció la baja del «crawling peg» para el dólar oficial al 1% mensual y recortó las tasas, el Poder Ejecutivo pretende imponer una pauta salarial también más cercana al 1%.

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Según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del BCRA, la inflación esperada por el mercado se ubica en el 2,5% para enero y en el 2,3% para los dos meses siguientes. En ese sentido, el proceso de recomposición salarial corre serios riesgos de interrumpirse.

Desinflación vs techo al consumo: ¿cuál será el efecto más fuerte del ancla salarial?

«En el marco de una inflación mensual cada vez más baja, los puntos que los salarios pueden ganar sobre los precios son cada vez menores. El mecanismo de aumento real vía desinflación empieza a agotarse y esto pone al Gobierno en una disyuntiva entre seguir fortaleciendo el ancla salarial junto con la cambiaria o ser menos exigente para permitir una recuperación del poder adquisitivo y el nivel de actividad en un año electoral«, expresó C-P en su último análisis publicado.

Frente a la consulta de Ámbito, Federico Pastrana, director de la consultora, opinó que para él «se podrían alinear precios y salarios de una forma menos agresiva para estos últimos, de modo tal que la estrategia no sea tan recesiva y regresiva».

Por su parte, Gonzalo Carrera, economista de Equilibra, destacó en primer lugar que tanto la baja de la inflación como el rebote de los salarios y de la actividad económica de fines del año pasado fueron mejores a lo que se esperaba. Frente a esos logros, espera que el Gobierno siga apostando «all in» a que la inflación siga bajando, aunque a costa de un atraso cambiario mucho más fuerte. En paralelo, ve en la estrategia oficial una necesidad de que «los salarios no crezcan tanto» ya que esto permitiría profundizar la desinflación y amortiguar la apreciación del tipo de cambio.

Los salarios se recuperan, pero no tanto en perspectiva histórica

Los últimos datos del INDEC mostraron que los salarios de los trabajadores formales en el sector privado recuperaron en noviembre de 2024 por primera vez el nivel previo a la llegada de los libertarios a Casa Rosada. Distinta fue la situación de los empleados estatales que, pese a que acumularon cinco meses sin pérdidas de poder adquisitivo, todavía presentaron ingresos 14,5% inferiores a los de noviembre de 2023. Asimismo, el rezago para los datos de los trabajadores informales hace más difícil el cálculo, aunque se estima un panorama más parecido al del sector público que al del sector privado registrado.

Carrera pronostica que el sendero de desinflación se mantendrá en el corto plazo y que, con él, los salarios reales seguirán teniendo mejoras «aunque cada vez a un ritmo menor». No obstante, enfatizó en la heterogeneidad del «modelo económico», que se profundizará y tendrá claros ganadores, sobre todo vinculados al universo privado formal y a sectores no transables, y perdedores, como el sector público y algunos rubros del sector privado vinculados a actividades transables.

Mientras tanto, el informe de C-P aclaró que a la recuperación de los sueldos hay que situarla en perspectiva, ya que los salarios privados están en los niveles más bajos de los últimos 14 años, cercanos a 2010, mientras que las jubilaciones tienen un nivel aún más bajo, asimilables con la realidad de 2005.

«Estos niveles de ingreso están asociados históricamente a momentos de tensión y cierta disconformidad con la situación económica que apoyan la hipótesis del conflicto distributivo, telón de fondo de la inflación en Argentina. Sin perspectivas de recuperación de los ingresos, una vez digerido el éxito de la desinflación, cabe preguntarse si no se reactivarán los históricos mecanismos asociados a dicho conflicto», alertó la consultora.

En relación a momentos previos con niveles de salarios similares a los actuales, Pastrana subrayó algunas diferencias en el entorno, como la mayor inestabilidad y fragmentación del mercado laboral en la actualidad, factores también influyentes a la hora de entender el poder de organización y fuerza de los trabajadores.



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