Racing goleó a Belgrano y volvió a mostrar su poder de fuego con Maravilla Martínez, Vietto y Balboa
En los últimos tiempos, desde la llegada de Gustavo Costas a esta parte, un partido de Racing en el Cilindro es sinónimo de fiesta. Se suceden los goles, los aplausos, las ovaciones, los cánticos, los abrazos y las sonrisas. Todo eso y mucho más, multiplicado por los miles que llegan a Avellaneda. Disfrutan los académicos porque observan, ni más ni menos, al mejor equipo del fútbol argentino. Anoche, por la segunda fecha, vapuleó 4-0 a Belgrano con los mismos goleadores que habían anotado en el debut contra Barracas Central.
Adrián Martínez sigue con su presente soñado. El goleador está en un momento en el que a los compañeros solo les alcanza con tirar la pelota al área porque él se encarga del resto. Ya había marcado un golazo en cancha de Arsenal ante Barracas Central: muslo y bomba de zurda tras recibir de Santiago Sosa. Fue Gastón Martirena el que la pinchó entre los centrales rivales y Maravilla festejó de derecha después de acomodarla con el pecho. Más tarde, en el complemento, definió con sutileza al primer palo tras una buena jugada colectiva.
Los números de Martínez se agigantan y no dejan de sorprender. Y, como los goles valen, el futbolista pidió una actualización de su contrato y al presidente Diego Milito (que estuvo en el palco por primera vez como mandamás académico) no le quedó otra alternativa que aceptar el pedido. La sensación es que vale cada peso que se paga por Maravilla, que acumula 33 gritos en 51 partidos; es decir, convierte un tanto cada 1,5 duelos. Algunas comparaciones: el propio Milito anotó 59 tantos en 219 encuentros (un festejo cada 3,7 duelos) y Lisandro Licha López 79 en 232 cotejos (uno cada 2,9).
Costas, a quien en la popular le ofrecieron un telón enorme agradeciéndole por el logro en el Copa Sudamericana, apostó por Luciano Vietto con las partidas de Juanfer Quintero y Roger Martínez. Pues bien, el cordobés nacido futbolísticamente en el predio Tita hizo olvidar a los colombianos en dos juegos: festejó contra Barracas Central y repitió ante el Pirata. El 2-0 llegó justo en el momento más delicado: capturó un rebote y la clavó con potencia arriba. Una definición de atacante de jerarquía.
Al duelo le quedaría tiempo para el segundo personal de Maravilla y para el cuarto del ingresado Adrián Balboa, quien también había convertido en cancha de Arsenal. Porque Racing es el mejor equipo porque entre muchas cosas tiene un banco de suplentes de lujo.
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