La paz se logra con fuerza


El presidente Donald Trump se refirió a la fuerte tensión que mantuvo con Colombia cuando estaba a bordo del avión presidencial Air Force One el lunes por la noche, en un encuentro con la prensa tras volver de un acto con republicanos en Florida.

Una periodista le preguntó qué había aprendido de la disputa con Colombia, a lo que respondió brevemente: «La paz se logra con fuerza».

«¿Lo pueden imaginar? Tienen asesinos, narcotraficantes, pandilleros, asesinos de todo tipo, y no quieren que vayan esposados. ¿Les gustaría ser los dos pilotos que van delante en el avión y que haya 300 personas a bordo que son asesinos, narcotraficantes y de todo tipo, y que tengan que volar con ellos sin que lleven esposas?», se preguntó.

El mandatario del país sudamericano había pedido un trato “digno” para los deportados y por eso se negó a autorizar el aterrizaje de dos aviones con expulsados colombianos en su territorio. La novedad sorprendió porque Petro ya había aceptado el año pasado vuelos similares durante el gobierno de Joe Biden, donde los deportados llegaban esposados.

Después de conocer la negativa del presidente colombiano para el aterrizaje, Trump anunció inmediatamente la aplicación de un 25% de aranceles a los productos colombianos, que podría elevar a 50% la semana siguiente, y la revocación de visas a funcionarios, así como también la suspensión del trámite de visados en el consulado.

Si bien el presidente colombiano continuó tuiteando contra el estadounidense, en pocas horas finalmente cedió a los pedidos de la Casa Blanca.

El caso colombiano es parte de la estrategia de Trump de amenazar con sanciones económicas y así conseguir sus objetivos. Ya lo ha hecho con al menos media docena de países, alarmando a los líderes mundiales que lo ven como la extorsión de un matón para imponer lo que él quiere.

Casi todos los días durante su primera semana en el cargo, Trump prometió golpear a algún país con aranceles u otro tipo de sanciones con un arma que ya se muestra que será fundamental en la política exterior de Estados Unidos. Canadá, México, Rusia, la Unión Europea, Dinamarca o Colombia fueron los primeros.

Pero expertos advierten que tantos conflictos simultáneos abiertos podrían afectar no solo a los países amenazados sino también podrían tener consecuencias a nivel global y volverse un boomerang para la propia economía de Estados Unidos.

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