Donald Trump despliega su arsenal de decretos para mostrar un poder arrasador: ¿Podrá cumplir sus promesas?


Desde que ocupó el Salón Oval el lunes, Donald Trump descerrajó una batería de decretos con importantes promesas de campaña para mostrar una presidencia arrasadora con las prioridades de su mandato.

Este miércoles el presidente amenazó concretamente a Rusia con imponerle impuestos, tarifas y sanciones si no hay un acuerdo con Ucrania para finalizar la guerra, mientras que en el plano interno ordenó el envío de tropas adicionales a la frontera con México para frenar la inmigración de indocumentados que ingresa por allí.

En un posteo en su red social sobre Rusia, Trump afirmó que «si no hay un acuerdo pronto, no tendré más remedio que imponer nuevos impuestos, aranceles y sanciones a todo lo que Rusia y varios otros países participantes vendan a los Estados Unidos».

Y reclamó: «Terminemos con esta guerra, que nunca habría comenzado si yo era el presidente. He sido presidente. Podemos hacerlo de la manera fácil o de la manera difícil. Es hora de llegar a un acuerdo, no se deben perder más vidas», continuó.

Muñecas rusas con las imágenes de Donald Trump y Vladimir Putin, en un local de venta en Moscú, Rusia. Foto: EFE

El presidente, sin embargo, aclaró: «No estoy tratando de lastimar a Rusia. Me agrada el pueblo ruso y siempre he tenido una muy buena relación con el presidente Putin. No debemos olvidar que Rusia nos ayudó durante la Segunda Guerra Mundial, perdiendo casi 60.000.000 de vidas en el proceso», escribió Trump. «Resuelvan las cosas ahora y pongan fin a esta guerra ridícula», añadió.

Horas después, Rusia le respondió sin nombrar a Ucrania, pero mencionando otra cuestión estratégica para Moscú: el canal de Panamá. Un funcionario ruso del área latinoamericana de la cancillería, Alexander Shchetinin, le pidió a Trump que se dedique a reafirmar el actual acuerdo internacional sobre el tema y que lo deje bajo control de Panamá, como en la actualidad.

El magnate ha dicho que busca retomar el mando sobre ese pasaje marítimo clave, que Estados Unidos cedió en 2000 al país centroamericano como establecían los acuerdos de 1977.

Las importaciones de Rusia desde EE.UU. incluyen productos químicos inorgánicos, metales preciosos, maquinaria, así como cal y otros fertilizantes. En 2022, los Estados Unidos importaron bienes por valor de casi 15 mil millones de dólares de Rusia y muchos de esos productos atraviesan el canal. Shchetinin dijo que 40 países, entre ellos Rusia, también se unieron a un acuerdo para reconocer la neutralidad del canal y mantenerlo «seguro y abierto».

Trump le ha asignado al teniente general retirado Keith Kellogg la tarea de poner fin a la guerra de Ucrania en cien días. Casi nadie cree que pueda hacerlo, especialmente los rusos. Llegar a un acuerdo con Putin será mucho más difícil de lo que el magnate prometió en su campaña electoral, cuando dijo que terminaría la guerra incluso antes de asumir.

Eso no sucedió, y el día de la toma de posesión de Trump, Putin señaló que no tenía apuro por resolver la guerra en Ucrania. El objetivo de las próximas conversaciones debe ser «una paz a largo plazo basada en el respeto de los intereses legítimos de todas las personas, de todos los pueblos que viven en la región», dijo el presidente ruso en un video publicado por el Kremlin esta semana.

Trump siempre ha sido muy crítico de los miles de millones dólares que Estados Unidos envía de ayuda militar a Ucrania y ha dicho que quiere terminar la guerra y que esas sumas sean invertidas en los estadounidenses.

Hasta ahora, su principal amenaza internacional para negociar en todos los temas internacionales ha sido elevar los aranceles de importación. Aunque no ha concretado nada por ahora, ha dicho que elevaría las tarifas hasta un 60% a China y también 25% a México y Canadá si no frenan la migración ilegal. Trump es transaccional: golpea con una amenaza tarifaria y luego se sienta a negociar con quien sea.

Donald Trump, de visita en la frontera entre Estados Unidos y México, en Eagle Pass, Texas, en febrero de 2024. Foto: REUTERS Donald Trump, de visita en la frontera entre Estados Unidos y México, en Eagle Pass, Texas, en febrero de 2024. Foto: REUTERS

Tropas a la frontera con México

En otra de sus medidas de sus primeras horas al mando, Trump ordenó el despliegue de tropas en la frontera con México, dando así el primer paso para cumplir su promesa de «cerrar» el paso de migrantes y reforzar la seguridad en el límite sur, aunque el Pentágono no ha divulgado información oficial sobre el despliegue ni sobre la fecha exacta en que se llevará a cabo.

Funcionarios de Defensa dijeron a la cadena Fox que serían unos 1.500 efectivos, que se sumarían a los 2.200 militares que ya están activos en la zona y los 4.500 reservistas de la Guardia Nacional de Texas que permanecen desplegados en la frontera.

Las nuevas tropas tendrían tareas logísticas y administrativas, como el mantenimiento de vehículos y la entrada de datos. Durante su primer mandato Trump desplegó 5.200 efectivos a la frontera con México.

La suma de más efectivos en la zona parece estar más bien destinada a mostrar a sus partidarios que está cumpliendo rápidamente con sus promesas de campaña, que giró en torno del combate a la inmigración como uno de sus temas principales. A esta iniciativa se suma la declaración de “zona de emergencia” a la zona fronteriza, lo que le permite asignar fuerzas y recursos de forma ágil.

Además, este miércoles Trump suspendió hasta nuevo aviso todas las llegadas a Estados Unidos de refugiados que solicitaron asilo, incluidos aquellos a quienes se les concedió, una decisión que afecta a miles de personas en todo el mundo, según documentos revelados por AFP.

Dentro del combate a la migración ilegal, Trump también ha ordenado la supresión del derecho de ciudadanía por nacimiento en territorio estadounidense de forma automática, por lo que los hijos de inmigrantes sin documentos nacidos en EE.UU. quedarían privados de ser ciudadanos.

Esta iniciativa es considerada ilegal por muchos expertos ya que violaría el derecho que está plasmado en la Constitución y muchos estados ya plantearon demandas judiciales para frenarla.

Trump sabe que tendrá dificultades. Pero, más allá de que efectivamente luego sus decretos puedan aplicarse, lo que al republicano le importa es que sus votantes vean que está cumpliendo sus promesas desde el minuto cero.

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