El presidente de San Miguel explica cómo financia al club, le dice que no a las SAD y aclara: “No estamos en la vereda opuesta de la AFA”
El Club Atlético San Miguel se convirtió inesperadamente en uno de los grandes protagonistas del mercado de pases del fútbol argentino. Claro que el mayor impacto es el que generaron River y Boca con los millones que invirtieron para armarse de cara a la Copa Libertadores y el Mundial de Clubes. También Estudiantes de La Plata hizo ruido con los dólares inyectados por el empresario Foster Gillett para fichar sorpresivamente a Cristian Medina y Lucas Alario. Pero el Trueno Verde, con las lógicas limitaciones de un modesto club de la Primera Nacional, tiene lo suyo. Sumó nombres de peso para la categoría y sueña con llegar a Primera.
El primer bombazo fue la contratación de Sebastián Battaglia, quien a pesar de ser un novato entrenador llegó con todos los laureles de su gloriosa etapa como futbolista de Boca y con dos títulos -Copa Argentina 2020/21 y Copa de la Liga 2022- como DT del Xeneize bajo el brazo. Tendrá en San Miguel a jugadores con pasado reciente en la Liga Profesional como Brahian Alemán, Gino Peruzzi, Cristian Erbes y también al arquero Daniel Sappa; a Agustín Lavezzi y Bruno Nasta, los dos máximos goleadores de la última temporada en la Primera Nacional con 18 tantos cada uno; y a Emanuel Dening, tercer máximo artillero de la B en 2023, entre los más destacados.
¿Cómo es posible que un club que ni siquiera es de los más poderosos de la segunda categoría, ascendido en 2023 desde la Primera B y que en 2017 jugaba en la C, logre fichar a tantas figuras? Mano a mano con Clarín, el que lo explica es Federico Almada, su presidente, quien además es dueño de Jano’s, empresa organizadora de eventos que cuenta con más de 70 salones en todo el país y factura, según sus propietarios, unos 3.000 millones de pesos por mes.
«Mi empresa tiene un contrato de sponsoreo con el club. Es un contrato de dos años que se va renovando y nosotros vamos metiendo plata para pagar ese sponsoreo. Eso comprende el 50% de los ingresos aproximadamente», explica Almada, de 34 años y con pasado como jugador de Inferiores de San Miguel, mientras sigue de cerca la pretemporada que se está llevando a cabo en el predio de Aldosivi, en Mar del Plata.
— Entonces, vos no pusiste dinero directamente de tu bolsillo en San Miguel, como se podía inferir de recientes declaraciones tuyas.
«Pongámoslo así: vos trabajás y tenés un sueldo. De eso vivís y te queda un margen para ir al cine, comprarte ropa, un auto, una bicicleta, lo que sea. Vos decidís qué haces con esa plata que te sobra. Le ganaste en buena ley y estás en tu derecho de gastarla en lo que vos quieras. Bueno, a mí me gusta mucho, en vez de comprarme un auto o una bicicleta, invertirla en el club», había dicho en una entrevista con The Sporting News, lo que daba lugar a pensar que tenía participación directa en la compra de jugadores y que, por ende, podría ser dueño de algún porcentaje de una futura venta.
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