Un sanjuanino triunfa con su emprendimiento en Italia. Gastón de Oro, nacido en San Juan, llegó a Italia con un sueño claro: triunfar en el hockey sobre patines. A los 19 años, con un contrato profesional en mano, comenzó su carrera en el país europeo, donde pasó 15 años jugando en el club Trissino, en la región de Veneto. Durante ese tiempo, alcanzó importantes logros, jugó en mundiales y se consagró como uno de los jugadores más destacados en su disciplina. Sin embargo, la pandemia trajo consigo un giro inesperado en su vida, obligándolo a replantearse su futuro profesional.
Con el deporte detenido debido a la crisis sanitaria y los contratos deportivos en suspenso, Gastón se vio en la necesidad de buscar nuevos horizontes. Fue entonces cuando decidió volcarse a una de sus grandes pasiones: la cocina. Su conocimiento de la gastronomía argentina, adquirido a lo largo de su vida, lo llevó a crear «La Griglia del Tonchi», un emprendimiento que ofrece asados argentinos a domicilio en el norte de Italia.
La idea nació de la necesidad de encontrar una fuente de ingresos en tiempos difíciles. Sin embargo, a pesar de las adversidades, el proyecto creció rápidamente. Al principio, Gastón cocinaba para amigos y conocidos, pero pronto el negocio se expandió. Con la ayuda de su esposa, quienes estaban esperando su primer hijo en ese entonces, idearon la logística para llevar el asado argentino a las casas de los italianos, principalmente en la temporada de verano. No solo se encargaba de la parrilla, sino que también preparaba empanadas y seleccionaba vinos argentinos, lo que sumaba a la experiencia auténtica que ofrecía a sus clientes.
El éxito de «La Griglia del Tonchi» fue rotundo. Lo que comenzó como una pequeña empresa local, rápidamente se expandió por todo el norte de Italia, desde La Toscana hasta Milán. Gastón logró que los italianos se entusiasmaran con el sabor del asado argentino, creando un espacio donde se fusionaban la tradición culinaria de su país natal y la cultura italiana.
«Al principio, todo fue un desafío», recuerda Gastón. «No solo tenía que conseguir carne de buena calidad, sino que debía aprender cómo organizar la logística para llevar el asado a domicilio, algo que no era común aquí». A pesar de los obstáculos, el emprendedor encontró la fórmula para convertir su pasión en un negocio exitoso, trabajando de cerca con proveedores argentinos para garantizar la calidad de los productos que ofrecía.
Además de la calidad de su comida, lo que realmente destacó a «La Griglia del Tonchi» fue la experiencia única que Gastón ofrecía. Cada asado no solo consistía en disfrutar de la carne, sino que él mismo explicaba a sus clientes sobre los cortes, las tradiciones y el proceso del asado argentino. «Lo que me gusta es compartir mi cultura, y hacer que los italianos comprendan el verdadero significado de un asado», afirma.
Hoy en día, el emprendimiento de Gastón no solo se ha establecido en el norte de Italia, sino que se ha convertido en un referente dentro de la gastronomía argentina en Europa. Su empresa no solo le permite ganarse la vida, sino que también ha creado empleos y oportunidades para otros en Italia, un logro que lo llena de orgullo.
«La Griglia del Tonchi» no es solo un negocio de asados. Es un espacio donde se celebra la cultura argentina, se transmiten tradiciones y, sobre todo, se crea un lazo de conexión entre dos mundos a través de la comida. Además, Gastón ha tenido el honor de cocinar para algunos futbolistas argentinos en Italia, lo que ha aumentado la visibilidad de su emprendimiento.
Gastón de Oro, quien durante años se dedicó a perseguir su sueño de ser jugador profesional de hockey, encontró en la cocina una nueva forma de éxito. Hoy, su historia es un testimonio de resiliencia y emprendimiento, un claro ejemplo de cómo un argentino en el exterior puede llevar un pedazo de su tierra a donde sea que esté
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