Las conexiones argentinas de Ander Herrera, el vasco “for export” que cumplirá su gran sueño e ilusiona al Mundo Boca
Al destino hay que ayudarlo, está claro. Es por eso que Ander Herrera tuvo que hacer un pequeño esfuerzo para cumplir su viejo sueño de llegar al fútbol argentino y jugar en el club de sus amores. Así fue cómo en las últimas horas negoció con la dirigencia de Athletic Club de Bilbao para finiquitar un contrato que vencía en junio próximo. De ese modo, allanó su desembarco a la Bombonera. Llegará -en realidad, volverá- la semana próxima. Se hará la revisión médica y firmará su contrato. Y a los 35 años, después de haber visto al equipo como turista e hincha, podrá decir que es jugador de Boca.
Este mediocampista de enorme recorrido -Zaragoza, Athletic, Manchester United, PSG y otra vez Athletic- lleva el fútbol en la sangre. Literal. Su papá, Pedro Herrera Sancristóbal, también fue profesional y una vez retirado se convirtió en secretario deportivo. Fue inevitable que su vida estuviera atravesada por la pelota número cinco. Y fue también culpa de su padre que, desde pequeño, sintiera admiración por los jugadores argentinos. “Mi padre venía a Argentina cada año y yo le preguntaba ‘¿por qué fichan tantos jugadores de Argentina?’. Él me decía ‘los argentinos no te dejaban tirado nunca. Cuando las cosas van mal, siempre van al frente y pelean’”, explicó alguna vez.
Así fue cómo por Zaragoza, donde Pedro trabajaba como mánager y él brillaba en la cantera, empezó ver de cerca como desfilaban grandes jugadores de estas tierras. Desde Fernando Cáceres hasta Leonardo Ponzio, pasando entre otros por Darío Franco, Juan Esnaider, Sergio Berti, Gustavo López, Cristian González y Luciano Galletti. Sin embargo, sus dos favoritos fueron los hermanos Gabriel y Diego Milito, quienes dejaron un excelente recuerdo en el club maño, donde este vasco cabeza dura dio sus primeros pasos como profesional.
Sin embargo, nadie lo cautivó tanto como Juan Román Riquelme, quien en los próximos días se convertirá en su nuevo jefe. Contó más de una vez que se quedaba despierto en la madrugada de España para ver los partidos en los que jugaba el Boca de Román. La prueba es que en un partido contra Fluminense, por la Copa Libertadores 2012 -esa en que la séptima se escapó de las manos en la final-, llegó a escribir en Twitter: “Los pases de Riquelme son una cosa de locos”. Obviamente, su posteo se hizo viral.
Casi tanto como cuando unos meses antes se hizo un picnic durante la Promoción entre River y Belgrano que desembocó en el descenso del Millonario a la Primera Nacional. No conforme con preguntar por dónde podía ver el partido, más tarde publicó: “Gol de Pavone para River, impresionante ver llorar a los hinchas de River con ese gol, qué bonito es este deporte”. Al parecer, no solo juega bien a la pelota: también maneja el sarcasmo.
“Boca es el equipo argentino que más me llama por la afición, por la pasión que genera. Tengo 10 o 12 camisetas. A mi padre, cuando venía a Argentina y estaba en la cancha, le pedía por favor que me llamara al teléfono de casa para que me hiciera escuchar la salida de Boca”, contó entonces.
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