La caída de Emma Raducanu: cuál es la impresionante cifra que podría perder si los sponsors le sueltan la mano
En agosto de 2021, Emma Raducanu llegó a Nueva York en el anonimato para disputar la qualy del US Open y algo más de dos semanas más tarde, se fue con el trofeo del Grand Slam estadounidense bajo el brazo y como la nueva gran estrella del circuito femenino de tenis. Ese título, el primero de su carrera, la catapultó a la fama y la transformó en la niña mimada de las marcas y en una de las atletas mujeres mejor pagadas del mundo. Pero afectada por lesiones y sin poder manejar la presión y las enormes expectativas que había generado con su consagración, no volvió a brillar en las canchas. Y sus flojas actuaciones y la falta de buenos resultados -nunca más volvió a jugar una final- amenazan ahora con costarle el grueso de sus ingresos por patrocinio.
Raducanu, que tenía 18 años cuando conquistó Flushing Meadows, tiene nueve grandes sponsors. Nike, con el que firmó incluso antes de aquella inolvidable aventura en Nueva York; Wilson, su proveedor de raquetas; la aerolínea British Airways; el gigante de la telefonía celular Vodafone; HSBC, empresa de servicios financieros británica; la marca francesa de agua mineral Evian; Porsche, fabricante de automóviles de alta gama; y dos titanes de la moda, Tiffany y Dior.
Según la revista Forbes, en 2024, embolsó 13,2 millones de dólares por patrocinios, muchísimo más de los casi 4,5 millones que lleva ganados en el circuito en toda su carrera y lejísimo de los 635 mil que acumuló esta temporada. Fue la séptima deportista mejor pagada de este año (contando esos ingresos y los premios deportivos) y es la quinta que más recibió de sus sponsors, detrás de la estrella del esquí Eileen Gu (20,8 millones) y las tenistas Coco Gauff (19,9), Zheng Qinwen (14,2) y Naomi Osaka (también 14,2).
Raducanu, por ejemplo, generó más dinero por esa vía que la enorme Simone Biles, la mejor gimnasta de la historia y una de las atletas olímpicas más galardonadas de todos los tiempos, que consiguió «apenas» 10,4 millones y que la polaca Iga Swiatek, cinco veces campeona de Grand Slam (este año ganó Roland Garros) y quien hasta a mediados de octubre lideraba el ranking WTA (ahora está segunda), con 12,3.
Esa caída en picada tuvo varias razones. Una fue la mental. La británica reconoció que no supo manejar las emociones y las presiones tras la locura que generó su consagración en Nueva York. A mediados de 2023 incluso admitió: «A veces pienso que desearía no haber ganado nunca el US Open».
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