Con la llegada del calor, los canales de riego en San Juan se convierten en una peligrosa alternativa para muchas personas que buscan refrescarse. A pesar de las reiteradas advertencias y de la prohibición vigente, este viernes se volvió a ver una imagen común: niños, jóvenes e incluso adultos sumergiéndose en el canal que pasa por Avenida Ignacio de la Roza, frente a la Universidad Católica de Cuyo, ignorando los riesgos mortales que conlleva esta práctica.
Los canales no están diseñados para ser utilizados como espacios recreativos. Su caudal rápido, profundidad irregular y la presencia de sifones o compuertas representan un peligro inminente. Además, el fondo resbaladizo y las corrientes impredecibles pueden dificultar la salida, incluso para personas que saben nadar.
Un riesgo para la vida
Cada año en San Juan se registran accidentes, algunos de ellos fatales, en los canales de la provincia. El más común es el ahogamiento, pero también existen riesgos de lesiones graves por golpes contra las paredes de cemento o al quedar atrapados en las compuertas hidráulicas.
“El agua en los canales no tiene el mismo comportamiento que un río o una piscina. La corriente puede arrastrar a una persona con mucha fuerza y los sifones son trampas mortales”, explicaron desde la Dirección de Hidráulica en una campaña que se lanzó en enero pasado denominada “No te dejes llevar por la corriente”, con el objetivo de prevenir tragedias y accidentes fatales.
Además, bañarse en los canales compromete el mantenimiento de estas infraestructuras, esenciales para el riego agrícola, y puede causar daños en la distribución del agua.
Prohibición vigente y multas
El uso recreativo de los canales está prohibido por la ley provincial debido a los riesgos para la seguridad y al impacto negativo en el sistema hidráulico. Las autoridades han establecido sanciones económicas para quienes sean sorprendidos bañándose en los canales, además de campañas de concientización para prevenir accidentes.
Desde Protección Civil y la Policía de San Juan se realizan operativos en los principales canales, instando a la población a evitar esta práctica. Aun así, muchos desconocen los peligros y hacen caso omiso a las advertencias, y utilizan estas infraestructuras para bañarse.
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