“El estúpido es diferente; su déficit no es social sino lógico. A primera vista, tal parece que razona de una manera correcta; y resulta muy difícil darse cuenta, de inmediato, que esto no es así. Por eso es peligroso” (Umberto Eco, Nadie acabará con los libros, 2009)
Una regresión de Milei
“El trueque es un intercambio simultáneo de mercancías, ya sean bienes o servicios laborales, con regateando y sin utilizar dinero. Es así un forma de comercio en el que el crédito está ausente o es débil, donde los compradores y vendedores compiten y las tasas de interés no son fijas, y que carece de una medida abstracta de valor de cambio o pago” (Keith Hart, The New Palgrave Dictionary of Economics)
El argumento de Milei no es suyo, es básicamente Adam Smith y algo de Murray Rothbard.
En “Man, Economy and State” (Hombre, Economía y Estado; 1962), Rothbard presenta una teoría explicando el origen del dinero, sin importar cual fuera su primera forma (lo que deja en mano de los historiadores). En realidad, lo que hizo fue una ampliación del desarrollo cuasi algebraico que había hecho Ludwig von Mises en la “Theorie des Geldes und der Umlaufsmittel” (La Teoría del Dinero y el Crédito, 1912) sobre lo que el yanqui llamó el “Teorema de la Regresión”.
Mises había postulado que la aparición del dinero podía ser rastreado en el tiempo (regresado) hasta su valor como un commodity (producto), a una era en que todos los bienes se intercambiaban por cantidades específicas de otros.
En esto, el austríaco -a cuya línea Milei adscribe dentro de la Escuela Austriaca- se basó en un folleto de su compatriota Carl Menger, “Geld” (Los Orígenes del Dinero”, 1892), quien unos años antes había establecido las bases doctrinarias de la Escuela Austriaca al publicar “Grundsätze der Volkswirtschaftslehre“ (Principios de Economia, 1871).
Menger afirmaba que las economías primitivas funcionaban en base al trueque, pero dado que no todos los productos eran deseados con la misma intensidad (no tenían la misma comerciabilidad; liquidez diríamos hoy) las personas tendían a transar y acumular los bienes más “deseados”, buscando agilizar las transacciones. Eventualmente uno de estos productos se transformaba en el medio universalmente aceptado de intercambio y en ese punto, aparecería el dinero.
Si bien apenas lo cita, Menger está lejos de ser original, basando su argumento sobre la aparición del dinero en el trabajo de Smith, a lo que incorporó sus propias teorías sobre la liquidez.
En “An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations” (La Riqueza de las Naciones…, 1776), Smith sostiene que primero vino la división del trabajo, lo que eficientizó el quehacer humano, llevando a que a algunos les sobraran ciertas cosas y a otros les faltaran, lo que subsanaban por medio del trueque. El problema era que muchas veces lo que uno tenía no le interesaba al otro, así que las transacciones se frenaban. Entonces la gente comenzó a acopiar algún bien deseado de manera más universal, aunque este no le interesara de manera directa, para poder acceder a lo que realmente le interesaba: “En las épocas rudas de la sociedad, se dice que el ganado era el instrumento común de comercio”.
Esto del ganado como primer “pseudo-moneda” -Rothbard, Mises y Menger, apuntan al oro y la plata- lo tomó del relato de la Ilíada (circa 800 A.C.) por el que, en señal de amistad Diomedes le cede su armadura de bronce, valuada en nueve bueyes, a Glauco, y más adelante este le da la suya, de oro, valuada en 100 animales.
En esta misma línea “ganadera”, cien años más tarde y de manera más elaborada, W. Stanley Jevons sostiene en “Money and the Mechanism of Exchange” (Dinero y el Mecanismo de Intercambio, 1875) que en las sociedades nómades las pieles constituyeron la primer forma de dinero y que cuando el hombre se volvió sedentario, fueron los animales los que ocuparon este lugar, hasta que más adelante fueron sustituidos por piezas de hierro que no llegaron a nuestros días por haberse refundido u oxidado… el padre de Jevons comerciaba hierro.
La verdad es que Smith tampoco fue muy original, haciendo casi un “copy/paste” del “An essay upon Money and Coins” que Joseph Harris había publicado 19 años antes, a lo que agregó su teoría de la división del trabajo y lo del ganado como primer forma de “moneda”.
Harris fue bastante más directo que Smith, reconoció que abrevaba de John Law en “Money and Trade Considered; With a Proposal for Supplying the Nation With Money” (Dinero y Comercio; Con una Propuesta para proveer a la nación de Dinero, 1705), de quien omitió la idea que los contratos a futuro y la plata habían sido la primer forma de dinero.
Aristóteles da para libertarios y comunistas
Buscando el final -o si se quiere el principio- Aristóteles parecería ser el culpable sobre nuestra concepción de cómo se originó y que es el dinero, lo que desarrolla en el capítulo IX de “Politiká” (1257a y 1257b).
Según nos dice -más exactamente, según dicen que dijo- cuando la humanidad era una gran familia los bienes se poseían en común y se compartían libremente. Pero cuando las personas comenzaron a separarse en grupos, apareció la necesidad del intercambio de bienes, lo que hacían por medio del trueque. Cuando estos grupos se alejaron y las distancias para los intercambios crecieron, “necesariamente se desarrolló la creación del dinero”, apelando a un bien que fuera útil y fácil de transportar y manejar: el hierro y la plata.
Eventualmente algunas personas comenzaron a exigir por sus productos más de lo que les habían costado y “la naturaleza” del dinero comenzó a desvirtuarse, desvirtuándose totalmente con el surgimiento de los prestamistas que buscaban “ganar dinero -un elemento estéril- con el dinero”.
Aparece entonces la idea del dinero como un bien con un uso “natural” y otro “antinatural”, como un commodity y al mismo tiempo un medio de intercambio y lucro.Esta dualidad fue la base para que Jevons, en “Money and the Mechanism of Exchange” (Dinero y el Mecanismo de Intercambio, 1875) definiera las características básicas de lo que es el dinero -Utilidad y Valor; Portabilidad, Indestructibilidad, Homogeneidad, Divisibilidad, Estabilidad del Valor y Recognoscibilidad-, que hoy sintetizamos popularmente en: medio de intercambio, unidad de cuenta y reserva de valor,
“Para cada cuestión sutil y complicada, existe una respuesta perfectamente simple y directa,… que está equivocada” (H.L Mencken)
Arqueólogos vs. Economistas
“El trueque, a diferencia del intercambio comercial, se define por la ausencia de dinero sea como medio de cambio o una medida de valor. En la ausencia de una medida de valor, es casi imposible realizar transacciones complicadas entre varios actores; y por lo tanto el trueque se caracteriza generalmente por la ausencia de competencia” (F.Y.Edgeworth; The New Palgrave Dictionary of Economics).
La realidad es que, por más que las líneas argumentales sobre el origen del dinero suenen lógicas, ninguno de los autores de Milei a Aristóteles, presentan evidencias concretas sobre sus elucubraciones.
Tomemos por ejemplo la aseveración presidencial que el ganado fue la primer forma de moneda, y que después vinieron el sedentarismo y los granos (“Naturalmente, después el hombre evolucionó, se convirtió en sedentario. Entonces, por ejemplo, algo que consumía mucho era pan, entonces, naturalmente la moneda se transformó, ¿en cuál? En el trigo”, discurso en la BCBA)
Según la evidencia arqueológica las cabras fueron los primeros animales de consumo domesticados (9000 A.C.; Zawi Chemi Shanidar), luego los cerdos y las ovejas, mientras el ganado vacuno recién hacia el 8500 A.C. (las gallinas en el 1500 A.C.)
Para ese entonces los humanos ya venían cultivando cebada y lentejas desde al menos el 11500 A.C. en Siria (Tell Abu Hureyra), Palestina (Jericó), Turquía (Cayonu) e Irán (Ali Kosh), habían aparecido los primeros poblados permanentes desde el 10700 A.C. (Tell Qaramel), frecuentemente en los nodos de las rutas de intercambio de larga distancia que se habían establecido a mpartir del 14000 A.C. (rutas de la obsidiana en Medio Oriente, Corea, Rusia y China) y el primer gran mega templo, Göbekli Tepe tenia mas de 600 años de antiguedad.
Frente a esto el uso del cobre comienza en el 7,000 AC (Ain Ghzal y Mehrgarh -la era del bronce arranca en el 3,000 A.C.-), oro en 4,500 AC (Necrópolis de Varna), hierro en 3,200 AC (hierro meteorítico) y plata en el 3,000 A.C. (Anatolia).
Tal vez una de las evidencias más irrefutables que tenemos en contra de la línea económica aristotélica son las tres tumbas de Sungir (Rusia): un adulto y dos niños cubiertos, además de otros elementos, con más de 13,000 cuentas de marfil que estaban cosidas a su ropa de cuero. Para fabricarlas se habrían necesitado más de 9,000 horas/hombre… ¡ah! las tumbas son de hace al menos 23,000 años antes de Cristo.
“Las investigaciones moderna en el dominio de la historia comercial y la numismática, y especialmente los recientes descubrimientos en Babilonia, han sacado a la luz a una masa de evidencia que no estaba disponible para los primeros economistas, a la luz de la cuales se puede afirmar positivamente que ninguna de estas teorías se asienta sobre una base sólida de pruebas históricas, las que de hecho son falsas” (Alfreds Mitchell Innes, What is Money, 1913)
Antropólogos vs. Economistas
“En el trueque, cada mercancía es directamente un medio de cambio para su propietario y un equivalente para todas las demás personas, pero sólo en la medida en que tiene valor de uso para ellos. Por lo tanto, en esta etapa los artículos intercambiados no adquieren una forma de valor independiente de su propio valor de uso o de las necesidades individuales de los intercambiadores. (Karl Marx, Das Kapital. Kritik der politischen Ökonomie)
En “Economics” (el texto sobre economía más vendido en la historia) Paul Samuelson comentas: “Si tuviéramos que construir la historia a lo largo líneas hipotéticas y lógicas, naturalmente deberíamos seguir a la era del trueque la era de los commodities como dinero mercantil… La era de los commodities como dinero da lugar a la era del papel moneda…Finalmente, a lo largo de la era del papel moneda, está la era del dinero bancario o de los depósitos bancarios a la vista”.
A pesar de la insistencia de los economistas, aun desde las posiciones más antagónicas, que el trueque era la forma habitual en que las economías primitivas intercambiaban sus bienes, esto no es lo que han encontrado los antropólogos.
Si bien el trueque existió en las culturas arcaicas (y sigue dándose hoy a gran escala entre países o empresas, aunque de manera “sucia”), salvo contadas excepciones estuvo siempre lejos de conformar la base de sus sistemas económicos, que fueron y son mucho más complejos, involucrando diferentes formas de crédito, deuda, regalos, estratificaciones y obligaciones sociales.
Ya en “Argonauts of the Western Pacific” (Argonautas del Pacifico Oeste, 1922), el trabajo fundacional de la antropología cultural, Bronislaw Maliowski derriba la idea que el trueque fuera la base de las economías primitivas. Karl Polanyi se extiende aún más en «The Great Transformation» (La Gran Transformación, 1944) y lo asocia a contextos específicos (momentos de crisis monetarias –ejemplo: 2001/2 entre nosotros-); Marcel Mauss en “The Gift: Forms and Functions of Exchange in Archaic Societies (El regalo: Formas y Funciones de Intercambio en las Sociedades Arcaicas, 1990) encuentra que en muchas sociedades primitivas el regalo era el modo básico de intercambio (estos crean obligaciones y relaciones sociales impulsando la actividad económica).
En Debt: The First 5,000 Years (Deuda: los primeros 5,000 años; 2011), David Graeber muestra como las economías primitivas dependían de una serie de relaciones de créditos y deudas (¿recuerda lo de Law, de más arriba?; pero esto es otro tema), definiendo la idea de las economías de trueque como un mito.
En “Barter and Economic Disintegration” (El trueque y la Desintegración Económica, 1985) la antropóloga Caroline Humphrey nos da una síntesis sobre la visión antropológica a la idea economicista del desarrollo aristotélico del dinero “Ningún ejemplo de una economía de trueque, pura y simple, ha sido alguna vez descripta, y mucho menos el surgimiento del dinero a partir de ella; toda la etnografía disponible sugiere que nunca ha existido tal cosa”
“Como regla, los economistas no se toman el trabajo de estudiar la historia del dinero; es mucho más fácil imaginarla y deducir los principios de esta sabiduría imaginaria” (Alexander del Mar, el primer gran historiador monetario, “A History of Money in Ancient Countries from the Earliest Times to the Present”, 1895).
El Origen del dinero en China
“Siendo arbitrario lo que llamamos moneda, y dependiendo sui naturaleza y valor de una convención tacita entre los hombres, estos caracoles, en varias partes de Asia y África, son considerados como el dinero corriente, con un valor asignado a ellos. Esto esta establecido por consentimiento mutua, y aquellos a quienes gusta demostrar desprecio por esto no se dan cuenta que los caracoles son tan aptos para el estándar común de valor pecuniario como el oro y la plata” (“A Voyage to the island of Ceylon” por “a Dutch Gentleman”,1747)
Para la tradición occidental, el dinero, como tal apareció en torno al 610 A.C. cuando los Lidios comenzaron a acuñar pequeñas piezas de “electrum” (pepitas de oro y plata) a las que sellaban con distintas imágenes.
Si bien es cuestionable que estas fueran realmente “monedas”, dadas la variabilidad de pesos y contenidos del metal, cuando se descubrió como separar la plata del oro y se estamparon los primeros “kelones” hacia el 550 A.C en la isla de Aegina, ya no hay dudas, eran monedas… pero no las primeras monedas.
Entre el 1776 A.C. y el 1154 AC los chinos comenzaron a usar cauris -caracoles de la especie “monetaria moneta”, considerados como algo precioso y que hasta entonces eran el principal regalo de intercambio, como una forma de dinero. Esto no debe sorprender: eran valiosos, portables, duraderos, reconocibles por todos, el suministro era limitado (provenían de las Islas Maldivas) y no podían falsificarse.
La referencia más antigua sobre el uso de los caracoles es la del Shjang-shu (libro de los documentos) por la que en torno al año 1400 A.C. el rey P´an-keng reprocha a sus ministros por “acumular el “huo” (dinero/caracoles) y el “pao” (jade) y obtener ganancia para su propio uso”.
Hacia al 900 A.C. la falta de caracoles lleva a que se hagan versiones de cauris en madera, hueso, jade y bronce (“dinero nariz-hormiga”; se desconoce el significado de los símbolos) y se comienzan a elaborar unas figuritas de bronce y plomo y plomo imitando palas -no miden mas de 6 cms. de largo-, en las que a partir del 770 A.C. se inscribe un número, el lugar de origen y el nombre del clan o artesano. Las primeras “monedas manufacturadas”, aparecieron mas de 100 antes de lo que dice la historia occidental y las emitieron artesanos y comerciantres privados.
Surge entonces algo parecido a un multimonetarismo, donde las transacciones grandes habrían sido realizadas con monedas metálicas (oro, cobre y bronce) y las más pequeñas y corrientes, con caracoles.
En el 335 A.C. el rey Xian de la dinastía Zhou, comienza a devastar las monedas de bronce y prohíbe el uso de los caracoles como medio de pago, para evitar la competencia. Un año más tarde la crisis económica lo obliga a volver a autorizar el empleo de los caracoles como moneda alternativa.
La primer unificación cambiaria la realiza la dinastía Quin en el 221 A.C. emitiendo unas piezas redondas de bronce con un agujero cuadrado en el medio (el cielo y la tierra), cuyo modelo seguirá vigente hasta la década de 1930.
Si bien entre el 140 y 119 AC Wu-ti había lanzado unos billetes de seda representativos de 40.000 piezas de cobre y existieron otro experimentos anteriores, el primer papel moneda surge cuando a raíz de la falta de monedas, los comerciantes de Sichuan comienzan en el 960 D.C. a emitir los Jiaozi a la par que se acuñan las primeras monedas de plata en China.
Esto no evitó que los caracoles continuasen circulando en paralelo. En sus memorias, Marco Polo (en realidad Rusticello da Pisa, que fue quien las escribió) cuenta sobre su viaje a China entre 1271 y 1291 que “todas las provincias de las que he estado hablando… utilizan caracoles y oro como moneda”, que hasta 1.375 pueden utilizarse incluso para el pago de impuestos, cuando la llegada de la dinastía Ming sumerge al país en una crisis económica y el uso de los cauri como medio de pago comienza a declinar.
India y África
Las primeras monedas hindúes, las “Karshapanas” (en plata, selladas y con forma irregular) comenzaron a acuñarse casi un siglo antes que en Grecia y con toda seguridad antes del 675 A.C.
Si bien existe alguna evidencia sobre el uso de los caracoles como dinero a partir del 321 A.C., el primer relato escrito sobre su empleo comercial es el de Faxian, un monje que había llegado de China en el 399 D.C. para comprar escrituras budistas: “En este país no conservan cerdos ni aves ni comercian con animales vivos, no hay ruinas ni tiendas de vino en torno a sus mercados. Usan caracoles como dinero en su tráfico comercial”.
Esto lo refrenda a mediados del siglo IX el comerciante árabe Sulaiman quien comenta en el “Salsilat ut-Tawarikh” que en Bengala “El comercio se lleva a cabo por intermedio de caracoles, que son la moneda del país”.
En 1805 los ingleses -en realidad la Compañía India del Este- decide prohibir el empleo de los caracoles como dinero, para imponer sus propias monedas (una de las causas de la rebelión Paik de 1817), que aun así continuaron utilizándose hasta los 1830`s.
El uso en África de los monetaria monetta como medio de pago parece haber arrancado en el siglo X y para el 1300 ya se había extendido al alto y medio Niger y los reinos de Mali y Songhay. (1260-1670), donde llegaban a través de la actividad de los comerciantes árabes.
En 1336 los esclavistas portugueses, los ingleses en 1562 y los holandeses a partir de 1636, comenzaron a importar caracoles desde la Maldivas que cambiaban por esclavos a los árabes, antes de transportarlos a Europa y a partir de 1526 a América.
Cuando este comercio arranca, por menos de cinco cauris se conseguía un esclavo, para el siglo XVII el precio había subido 40,000 (el transporte de caracoles que había sido un negocio “per se” con un retorno del 500%, ya no era redituable) y para fines del XVIII había trepado a 150.000.
Esto no tuvo que ver con el incremento del costo de los esclavos ni la prohibición británica del comercio a partir de 1807, sino conque los europeos habían inundado África con 9.000 millones de caracoles, lo que derivó en un proceso hiperinflacionario que destruyó su valor e hizo que a partir de 1850 dejaran de ser utilizados como moneda. En su certificado de defunción, los caracoles demostraron que eran “dinero”, sin lugar a dudas.
“El aspecto más importante del dinero es la predisposición humana a aceptarlo” (Stuart Chase, The Tyranny of Words, 1938)
De los cauri al Bitcoin
Para la visión aristotélica sobre que es el dinero y su origen, la idea de los “monetaria moneta” sean la primer forma de dinero resulta aberrante, a pesar de su uso global -Asia, África, Australia y la costa este de los EE.UU- a lo largo de más de 3500 años.
Para la visión aristotélica sobre que es el dinero y su origen, la idea que el Bitcoin y las criptomonedas sean la forma mas evolucionada de dinero resulta aberrante, a pesar que su uso ya es global.
Los caracoles y las criptomonedas, elementos cuyo valor es algo totalmente abstracto, han puesto en un brete al establishment económico -profesionales e instituciones- que, atados los principios aristotélicos, no sabe dónde ubicarlas.
Su mero origen y uso va de cabeza contra el paradigma clásico de una economía que evoluciona linealmente, donde en un principio no exista el crédito y el trueque (al contado), luego “dinero mercancía” -granos, ganado, minerales- y finalmente “la moneda fiduciaria” (en especial la estatal) aparecen como respuesta a la complejización de los problemas del intercambio de bienes y servicios.
Sin algo nos demuestran los cauri y las cripto es que nunca fue su valor material lo que hizo que eso surja y sea dinero, sino la confianza de las personas entre si… la seguridad en que estamos de acuerdo en que “eso” representa el valor de otras cosas -independientemente del precio- y que esto vamos a respetarlo.
Quien que no entienda que son esta confianza y el respeto a los compromisos la verdadera base de la economía y no -por más “genial” que parezcan sus planes- el egoismo etico o racional, no entiende la realidad.
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