💰Clima de negocios: el detrás de escena de los rumores de default en el campo y el regreso del fantasma de la sequíaPor Sebastián Catalano

“Lo que pasa es que acá muchos no la vieron”, sonríe un chacarero por videollamada, desde su campo, a varios cientos de kilómetros de Buenos Aires.

La referencia es al tembladeral que vive desde hace unas semanas, un sector que es clave para la Argentina y por el que el presidente Javier Milei demostró tener preferencia.

Lo cierto es que en el motor económico de la Argentina –al menos hasta que Vaca Muerta despegue de verdad– pasa de todo: empresas que avisaron que no podrán pagar sus deudas y generan dudas sobre un efecto contagio que lleve a un default generalizado para el rubro; el debate renovado sobre las retenciones, un impuesto que Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, prometen sacar… cuándo las cosas estén mejor; precios globales de los granos en mínimos históricos; y muchos interrogantes climáticos que hacen que se vuelva a hablar de sequía, una palabra que les causa escozor a todos, desde los productores y los analistas, hasta el Gobierno. Así arrancó 2025 para el campo.

La primera alerta de “ruido” en el sector saltó con Surcos, un fabricante local de insumos agrarios que no pagó millones en pagarés y fue denunciado por la CNV. Pero cuando en los últimos días del 2024 se supo que el Grupo Los Grobo le informó a la Bolsa de Comercio que no podía afrontar acreencias por unos USD 10 millones hasta marzo, hubo temor real de un contagio total para el negocio, empezando por los agroquímicos. Todo culpa de los llamados “pagarés bursátiles”.

Miguel Arrigoni, de First Capital, lo había adelantado días atrás en Infobae, cuando dijo que ese novedoso instrumento financiero era un verdadero problema para el agro. Se trata de una herramienta de financiación bastante laxa –mucho más que las obligaciones negociables, por caso– que permite tomar deuda de corto plazo. Funcionan de manera directa: el emisor obtiene recursos de inversores a cambio de un compromiso de pago en una fecha futura, generalmente con un interés determinado (en estos casos, atados al dollar linked).

Los Grobo hablaron de una “situación de iliquidez transitoria que impacta en el pago de los pagarés bursátiles emitidos para las empresas que componen el Grupo” y juraron que tiene un negocio sano desde el punto de vista operacional.

El megagrupo ruralista que hizo crecer desde Carlos Casares Gustavo Grobocopatel, quien fue bautizado en su momento como “Rey de la soja”, está desde 2016 en manos del fondo Victoria Capital Partners (VCP). Gustavo y su hermana Matilde tienen apenas el 10% del holding. “No podría agregar mucho a lo que se dijo. Ya llevo 8 años fuera de la operación”, se excusó en ese momento Grobocopatel ante una pregunta de este medio.

Rumores de tranquera hay para todos los gustos. Muchos dudan de un default por ese monto para una empresa como Los Grobo, que factura por año casi 100 veces más. ¿Tensión financiera y “momentum” para mandar una señal al Gobierno de lo que podría pasar en el campo? Quién sabe, pero suena raro: ¿se “quemaría” en el mercado por tan poco dinero una empresa de ese tamaño y con un nombre que es sinónimo de campo? Además, están los que creen que no suena lógico que un inversor financiero como VCP no consulte a Grobocopatel, a quien tiene sentado en su directorio y es uno de los “inventores” del negocio, por más accionista minoritario que sea.

Donde sí hay consenso de las fuentes es que todas se apuraron a aclarar que no es un tema “del campo” sino de algunas pocas firmas vinculadas a la venta de agroquímicos. El empresario se volvió a excusar ante una consulta de Infobae para esta nota. Tampoco quiso hablar Sebastián Calvo, presidente de Surcos, compañía desde la que aseguraron que están negociando con los acreedores y que “para fin de mes se debería alcanzar algún acuerdo”.

Polémicos agroquímicos

Un informe reciente del Ieral, de la Fundación Mediterránea, remarcó que “los indicadores disponibles no revelan el desarrollo de una crisis generalizada, al menos no en el corto plazo”. Sin embargo, Franco Artusso –autor del informe “El campo, a la espera de ‘un centro’ en 2025″– destacó que con precios deprimidos y la moneda fuerte, “un revés climático que afecte los rendimientos podría ser crítico, particularmente para productores que trabajan sobre campos alquilados”.

“En el actual contexto, un revés climático que afecte los rendimientos podría ser crítico para el sector, particularmente para productores que trabajan sobre campos alquilados y en zonas que vienen más castigadas por los eventos adversos de las últimas dos campañas”, agregó Artusso. También destacó que “las empresas declaradas en default en las últimas semanas parecen haber llegado a esta situación por debilidades propias, por exceso de toma de riesgo o deficiencias propias acumuladas de gestión económica (en los planos productivo, comercial y/o financiero), sin desconocer, por supuesto, que bajo un escenario macroeconómico más estable y una menor presión tributaria, alguna de estas compañías podría disponer de un mejor presente y haber logrado evitar la cesación de pagos”.

India y China son los grandes fabricantes globales de agroquímicos, un producto cuyo uso –por temas ambientales, de mercado y otros– bajó un 20% en los últimos años. En el país, algunas empresas de ese rubro, que son importantes, pero que no tienen la espalda de los gigantes globales del sector (cuyos recursos y portfolios son más amplios), apostaron por un dólar y una inflación altos y se sobrestockearon de agroquímicos que hoy deben vender por menos del precio de costo y, además, financiados. Un combo letal que, por otro lado, no es una novedad: la estrategia es “figurita repetida” en distintos momentos de la historia económica de las últimas décadas.

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